Capitulo 19: El elfo vigila

-¿Entonces, después de todo, no fue uno de los mejores cumpleaños de Ron?- dijo Fred.

Era de tarde, el ala del hospital estaba tranquila, las cortinas corridas, las lámparas encendidas. La cama de Ron era la única ocupada. Harry, Hermione, y Ginny estaba sentados alrededor de el, habían pasado todo el día esperando del otro lado de las puertas dobles tratando de ver cuando alguien entrara o saliera. Madame Pomfrey les había permitido entrar hasta las ocho. Fred y George habían llegado a las diez.

-Esta no es la manera en la cual nos habíamos imaginado darle nuestro regalo-, dijo George, en tono grave, dejando un gran paquete envuelto en el gabinete al lado de la cama de Ron, mientras que se sentaba al lado de Ginny.

-Si, cuando nos imaginamos la escena, el estaba consciente-, dijo Fred.

-Allí estábamos, en Hogsmeade, esperando sorprenderlo…-dijo George.

-¿Estaban en Hogsmeade?- pregunto Ginny, mirándolos.

-Estábamos pensando en comprar Zonko-, dijo Fred melancólicamente. -Una sucursal en Hogsmeade, ya saben, pero no nos ayudara ahora que no tienen permiso de ir a Hogsmade a comprar nuestras cosas… Pero olvídenlo por ahora.-

Acercó una silla y se sentó al lado de Harry mirando la pálida cara de Ron.

-¿Cómo sucedió exactamente, Harry?-

Harry volvió a contar la historia que ya había contado, sintió como si hubieran sido cientos de veces, Dumbledore, McGonagall, Madame Pomfrey, Hermione, y Ginny.

-… y entonces le hice tragar el bezoar y su respiración disminuyó un poco, Slughorn corrió por ayuda, McGonagall y Madame Pomfrey aparecieron y trajeron a Ron aquí. Ellas reconocieron que se pondría bien. Madame Pomfrey dijo que tendría que estar aquí una semana o más… tomando esencia de rue…-

-Fue afortunado que encontraras el Bezoar-, dijo George en voz baja.

-Afortunado fue que hubiera uno en ese cuarto- dijo Harry que seguía pensando en que habría pasado si no hubiera sido posible tener a la mano esa piedrita.

Hermione dio un suspiro casi inaudible. Había estado excepcionalmente tranquila todo el día. Acongojada y con la cara pálida, abordó a Harry fuera del ala del hospital demandando saber qué le había pasado, no había tomado parte en la obsesiva discusión de Harry y Ginny acerca de cómo Ron había sido envenado, simplemente se mantuvo cerca de ellos, con los dientes apretados y una mirada asustada, hasta que al fin les fue permitido dejar verlo.

-¿Mamá y papá ya lo saben?- Fred le preguntó a Ginny. -Ellos ya lo vieron, llegaron hace una hora y ahora están en la oficina de Dumbledore, pero regresarán muy pronto...-

Hubo una pausa en la que todos miraron como Ron balbuceaba algo en su sueño.

-¿Entonces el veneno estaba en la bebida?- dijo Fred, discretamente.

-Si- dijo Harry, no podía pensar en otra cosa y estaba alegre por la oportunidad de empezar a discutirlo de nuevo. -Slughorn se lo extrajo…-

-¿Podría él haber sido capaz de verter algo en el vaso de Ron sin que nadie lo viera?-

-Probablemente-, dijo Harry, -Pero, ¿Para que querría Slughorn envenenar a Ron?-

-No lo se,- dijo Fred, frunciendo el seño.- ¿Podría haber mezclado los vasos por error?, quiero decir ¿tal vez para atraparte?-

-¿Porque querría Slughorn envenenar a Harry?- Pregunto Ginny.

-No lo se-, dijo Fred --Pero deben de haber muchas personas a las que les gustaría envenenarlo, ¿no creen? ¿El elegido y todo eso?-

-¿Entonces crees que Slughorn es un mortifago?- dijo Ginny.

-Cualquier cosa es posible- dijo Fred.

-Podría haber estado bajo la influencia de la maldición Imperius- dijo George.

-O podría ser inocente- dijo Ginny. -El veneno podría haber estado en la botella, en cuyo caso, probablemente fuese para Slughorn.-

-¿Quien querría matar a Slughorn?-

-Dumbledore reconoce que Voldemort querría a Slughorn de su lado,-dijo Harry. -Slughorn había estado escondido un año antes de venir a Hogwarts. Y…- pensó en el recuerdo que Dumbledore no había podido aun extraer de Slughorn. -y quizá Voldemort lo quiera fuera del camino, quizá porque piensa que podría ser muy valioso para Dumbledore.-

-Pero tu dijiste que Slughorn había estado planeando darle esa botella a Dumbledore para navidad,- Ginny le recordó, -Quizá el perpetrador este tras Dumbledore-.

-Entonces el perpetrador no conoce muy bien a Slughorn- dijo Hermione, hablando por primera vez en horas y sonando como si hubiese tenido una grave gripa. -Cualquiera que conozca a Slughorn sabría que había una buena oportunidad de que él guardara algo tan delicioso solo para si mismo-.

-Er-my-nee… - chilló Ron inesperadamente entre ellos.

Todos guardaron silencio, mirándolo ansiosamente, pero después de murmurar algo incomprensible por un momento simplemente comenzó a roncar.

Las puertas del dormitorio se abrieron de repente, haciéndolos saltar: Hagrid se acercó a ellos dando grandes zancadas, su cabello enmarañado, su abrigo de piel de castor ondeando detrás de el, una ballesta en la mano, dejando un rastro de lodosas huellas del tamaño de delfines por todo el piso.

-He estado en el bosque todo el día,- dijo, -Aragog está preocupado y le he estado leyendo ¡no sabia nada hasta la cena y es hasta ahora que la profesora Sprout me comentó acerca de Ron!, ¿Cómo esta?-

-No tan mal,- dijo Harry –El se pondrá bien.-

-¡No mas de seis visitantes a la vez!- dijo Madam Pomfrey, apresurándose a salir de su oficina.

-Hagrid es el sexto,- George destacó.

-Oh… si…-, dijo Madame Pomfrey, que parecía había contado a Hagrid como varias personas debido a su enorme tamaño. Para cubrir su confusión, se apresuró a limpiar las lodosas pisadas con su varita.

-No puedo creerlo,- dijo Hagrid roncamente, sacudiendo su gran y peluda mano mientas que miraba a Ron. -Solamente no lo puedo creer… mírenlo yaciendo ahí… ¿Quien podría querer lastimarlo, eh?-

-Eso justamente era los que estábamos discutiendo,- dijo Harry. -no sabemos.-

-¿Alguien podría tener algún rencor en contra del equipo de Quidditch de Gryfinndor?,- dijo Hagrid ansiosamente. -Primero Katie, y ahora Ron…-

-No me puedo imaginar a nadie que quiera deshacerse de un equipo de Quidditch-dijo George.

-Wood podría haber hecho una conexión con los Slytherins si hubiera tenido la oportunidad,- dijo Fred.

-Bueno no creo que tenga que ver con el Quidditch, pero hay una conexión entre los ataques,- dijo Hermione tranquilamente.

-¿Como llegaste a esa conclusión?,- preguntó Fred.

-Bueno, por alguna razón, ellos debían morir pero ninguno de ellos lo está, sin embargo fue por pura suerte. Y por otra, ni el veneno o el collar parecen haber llagado a la persona que debía ser asesinada. Claro-, agregó rotundamente, -Eso hace que la persona que está detrás de esto sea aun mas peligrosa, por que parece no importarle la cantidad de personas necesarias en su intento de llegar a su victima.-

Antes de que alguien pudiera responder a este siniestro pronunciamiento, las puertas del dormitorio se abrieron de nuevo y el Sr. y Sra. Weasley se apresuraban hacia el chiquillo. No hicieron mas que satisfacerse así mismos y decir que Ron se recuperaría completamente en la última visita al muchacho.

Mientras la Sra. Weasley abrazaba fuertemente a Harry -Dumbledore nos dijo como lo habías salvado usando el bezoar,- sollozando. -Oh, Harry ¿que podemos decir?, salvaste a Ginny…salvaste a Arthur…y ahora has salvado a Ron.-

-No este… yo no…- dijo Harry

-La mitad de nuestra familia parece que ahora te debe la vida,- dijo el Sr. Weasley, con un tono grave.-Bueno, todo lo que puedo decir es que fue un afortunado día para los Weasley que Ron decidiera sentarse en tu compartimiento en el expreso de Hogwarts Harry.-

Harry no podía pensar en ninguna respuesta a esto y se puso contento cuando Madame Pomfrey entró para recordarles que solo se permitía la visita de seis personas. Entonces él y Hermione se levantaron al mismo tiempo para marcharse al igual que Hagrid que decidió acompañarlos, dejando a Ron con su familia.

-Es terrible,- gruñó Hagrid debajo de su barba, mientras los tres caminaban de regreso a través del corredor hacia las escaleras de mármol. -Toda esta seguridad y los chicos siguen siendo lastimados… Dumbledore se ha preocupado mucho… no dirá nada pero yo te puedo asegurar…-

-¿Aun no se le ha ocurrido nada, Hagrid?,- preguntó Hermione desesperada.

-Esperaba que el tuviera cientos de ideas, con lo inteligente que es,- dijo Hagrid. –Pero no sabe quien mandó el collar o el veneno en ese vino, o ellos ya habrían sido atrapados, ¿no?, -Lo que me preocupa,- dijo Hagrid, bajando la voz y echando un vistazo por encima del hombro (Harry por seguridad, revisaba el techo en busca de Peeves), -Es, por cuanto tiempo mas Hogwarts se mantendrá abierta si los chicos siguen siendo atacados, otra vez la Cámara de los secretos, ¿no?, habrá pánico, mas y mas padres llevando a sus hijos a otras escuelas y luego, ya saben, la junta de gobernadores…-

Hagrid dejo de hablar mientras que el fantasma de una mujer de cabello largo pasaba serenamente, entonces continúo con un ronco susurro, -… la junta de gobernadores empezará a hablar del posible cierre por seguridad.-

-¿No estás hablando en serio?- dijo Hermione luciendo preocupada.

-Tienen que verlo desde su punto de vista,- dijo Hagrid pesadamente, -Quiero decir, siempre ha habido algo de riesgo en mandar a un niño a Hogwarts, ¿no es cierto?, ellos esperaran accidentes ¿no?, con cientos de pequeños magos encerrados todos juntos, pero intentos de asesinato, eso es diferente, así que no es novedad que Dumbledore esté enojado con Sn…-

Hagrid se detuvo secamente, una familiar expresión de culpa era claramente visible en su cara debajo de la tupida barba.

-¿Qué?,- dijo Harry rápidamente. – ¿Dumbledore esta enojado con Snape?-

-Yo nunca dije eso,- respondió Hagrid, a pesar de que la mirada de pánico era más clara. -Miren, fíjense la hora ya casi es media noche,y necesito…-

-Hagrid, ¿Porque Dumbledore está enojado con Snape?,- preguntó Harry en voz alta.

-¡Shhhh!- dijo Hagrid, enojado y nervioso a la vez. -No grites cosas así Harry, que, ¿acaso quieres que pierda el trabajo?, no se supone que les importe, o ¿si?, no ahora que se han dado por vencidos en cuidado de criaturas…-

-No trates de hacerme sentir culpable, ¡no funcionará!- dijo Harry convincentemente. -¿Qué fue lo que hizo Snape?-

-No lo se Harry, ¡no debería de haberlo escuchado! … bueno, estaba saliendo del bosque la otra tarde y los escuché hablando, bueno, discutiendo. No les puse atención, así que trate de evadirlos y no escucharlos, pero eso fue bueno, una calurosa discusión y no fue fácil evitarla.-

-Y ¿luego?-, Harry lo apresuró, mientras que Hagrid arrastraba sus enormes pies con dificultad.

-Bueno --- solo escuché a Snape diciendo: que Dumbledore daba mucho por sentando y que quizá, --Snape—ya no querría hacerlo…-

-¿Hacer qué?-

-No lo se, Harry, sonaba como si Snape hubiese trabajado de mas, eso es todo--- de cualquier forma, Dumbledore le dijo firmemente que el estaría de acuerdo y que eso seria todo, muy firme con el, y luego algo acerca de que Snape estaría haciendo investigaciones en su casa, Slytherin, bueno, en eso no hay nada de raro,- Hagrid agregó rápidamente mientras que Harry y Hermione intercambiaban miradas. A todos los jefes de las casas, se les pidió que investigaran acerca del collar…-

-Si, pero Dumbledore no tiene querellas con el resto de ellos o ¿si?- dijo Harry.

-Miren,- Hagrid torció su ballesta fuertemente entre sus manos, hubo un fuerte ruido y luego partió en dos la ballesta.-Ya se lo que piensan acerca de Snape, Harry y no quiero que vean cosas donde no las hay.-

-¡Cuidado!- dijo Hermione secamente.

Voltearon justo en el momento para ver la sombra de Argus Filch que se proyectaba en el muro detrás de ellos antes de que el hombre girara en la esquina, jorobado y con las quijadas apretadas.

-¡Oho!- dijo resoplando. -Fuera de la cama tan tarde, ¡esto ameritará detención!-

-No, no, Filch,- dijo Hagrid, -Ellos ¿están conmigo no?-

-¿Y qué?-, pregunto Filch detestablemente.

-¡Soy un profesor, Squib entrometido!”, dijo Hagrid enérgicamente.

Hubo un desagradable siseo, mientras que Filch se hinchaba de furia, la Sra. Norris había llegado sin ser vista y estaba ronroneando y moviéndose sinuosamente alrdedor de los huesudos tobillos de Filch.

-Váyanse,- dijo Hagrid por la coyuntura de la boca.

No hubo necesidad de repetírselo a Harry, él y Hermione se apresuraron a desaparecer, mientras que Hagrid y Filch habían comenzado a levantar la voz, cuyo eco seguía a Harry y Hermione mientras seguían corriendo. Pasaron cerca de Peeves, por la torre de Gryfinndor, pero Harry estaba contento de escuchar la fuente de los gritos y las llamadas.

Cuando hay peleas y problemas

Llama a Peeves, él los hará el doble.

La señora gorda estaba roncando y no muy contenta por haber sido despertada, pero les permitió trepar al acogedor y pacifico salón común. Parecía que nadie sabía lo de Ron, cosa que alivió a Harry, ya que ya había sido interrogado suficientemente ese día. Hermione le deseó buenas noches y se dirigió hacia el dormitorio de las chicas, Harry sin embargo se quedó, tomó asiento a un lado del fuego y miró a las llamas que sucumbían.

Entonces Dumbledore había discutido con Snape. A pesar de todo lo que le había dicho a Harry, a pesar de su insistencia de que le tuviera confianza a Snape, el había perdido los estribos con él… pensó que Snape no había hecho lo suficiente por investigar a los Slytherins, o quizá, por investigar a uno solo de ellos: Malfoy?

Fue por eso que Dumbledore no quería que Harry hiciese algo tonto, que tomara estos asuntos en sus propias manos, ¿que pretendiese que no había nada de cierto en las sospechas de Harry?, eso parecía, podría ser incluso que Dumbledore no quisiera que nada interrumpiera a Harry en sus lecciones, o de aquel recuerdo de Slughorn. Quizá Dumbledore no pensó en confiarle sus sospechas a un niño de 16 años.

-¡Allí estas, Potter!-

Harry se puso de pie de un salto, con la varita lista. Había estado convencido de que el salón común estaba vacío y no estaba preparado para que una figura de aquellas se le apareciera de tan de repente. Una mirada mas cercana demostró que era Cormac McLaggen.

-He estado esperando a que regresaras,- dijo McLaggen, indiferente a la varita de Harry. -Debo haberme quedado dormido. Mira, yo los observé llevando a Ron al ala del hospital un poco más temprano. Y parece que no estará en el partido de la próxima semana.-

A Harry le tomó unos momentos entender de lo que estaba hablando McLaggen.

-Oh... si… Quidditch- dijo bajando su varita y de nuevo en el cinturón de sus pantalones de mezclilla mientras que con una mano se agarraba el cabello. -Si… quizá el no esté en el próximo encuentro.-

-Bueno, entonces, estaré jugando de guardián, ¿no?- dijo McLaggen.

-Si,- dijo Harry. -Si creo que si…-

Harry no podía pensar en algún argumento en contra después de todo McLaggen había sido el segundo mejor en las pruebas.

-Excelente,- dijo McLaggen con tono de satisfacción. -¿Entonces cuando es la práctica?-

-Que, ahh, si. Hay una mañana en la tarde.-

-Bien. Escucha Potter, deberíamos tener una plática antes del partido, tengo algunas ideas acerca de la estrategia que quizá nos podrían ser útiles.-

-Ok.- dijo Harry sin entusiasmo. -Bueno, las escucharé mañana, estoy cansado por ahora… hasta luego.”

La noticia de que Ron había sido envenenado se esparció rápido al siguiente día, pero no causó el mismo revuelo que la del ataque de Katie había hecho. La gente pensó que podría haberse tratado de un accidente, quizá por que se encontraban en el salón de pociones y que éste le habría proporcionado un antídoto inmediatamente no habiendo daños de consideración. De hecho los Griyfindors estaban mucho mas interesados en la cercana contienda de Quidditch contra Hufflepuff, muchos querían ver a Zacharias Smith, que jugaba como cazador en el equipo de Hufflepuff y que había sido castigado por el comentario que había hecho durante el partido de apertura en contra de Slytherin.

Harry, sin embargo, había estado cada vez menos interesado en el partido de Quidditch, rápidamente su interés se centraba en Draco Malfoy. Checando el mapa del merodeador en cuanta oportunidad tuviera, algunas veces se desviaba hacia donde estaba Malfoy, pero aun no lo había detectado haciendo nada fuera de lo común. Y todavía quedaban esos momentos en los que Malfoy simplemente desaparecía del mapa…

Pero Harry no tenía mucho tiempo para considerar el problema, con la práctica de Quidditch, tarea y el hecho de que había estado asediado por Cormac McLaggen y Lavender Brown a donde quiera que fuera.

El no podía decidir quien de ellos era más irritante. McLaggen mantenía una constante corriente de consejos que lo podrían convertir en un mejor guardián para el equipo que Ron y ahora que Harry lo había visto jugar regularmente el podría pensar de la misma manera también, McLaggen también se mostraba interesado en criticar a los otros jugadores y proveerle a Harry detallados esquemas de entrenamiento, cosa que obligó a Harry a recordarle quien era el capitán.

Mientras tanto, Lavender mantenía hablando a Harry acerca de Ron, cosa que Harry encontró aun más molesta que las lecturas de Quidditch de McLaggen. Al principio, Lavender había estado muy molesta de que nadie le hubiese dicho que Ron estaba en el hospital –¡quiero decir soy su novia!—pero desafortunadamente ella había decidido perdonarle a Harry este lapso de pérdida de memoria con unas charlas muy, muy profundas acerca de los sentimientos de Ron, una desagradable experiencia que Harry felizmente hubiese querido olvidar.

-¿Oye por qué no hablas acerca de esto con Ron?- Le preguntó Harry, después de una larga charla con Lavender que trató de todo. Harry pensó que Ron debería pensar su relación con Lavender seriamente.

-Bueno, yo podría, pero ¡el siempre esta dormido cuando lo voy a visitar!- dijo Lavender, inquieta

-¿Dormido dices?- dijo Harry, sorprendido, ya que el lo había encontrado totalmente alerta cada vez que lo visitaba en el ala del hospital, muy interesado tanto en las noticias de la pelea entre Dumbledore y Snape, así como en la cantidad de trabajo que se le debería dar a McLaggen.

-Hermione Granger, ¿todavía lo sigue visitando?- Preguntó Lavender.

-Si, creo. Bueno, ellos son amigos, ¿no? Dijo Harry incómodamente.

-Amigos, ¡no me hagas reír!- respondió Lavender con desprecio. -¡Ella no le ha hablado por semanas después de que empezó a salir conmigo! Pero supongo que ahora le parece interesante…-

-¿Llamarías ser envenenado algo interesante? Preguntó Harry, -de cualquier forma, disculpa, me tengo que ir, ahí viene McLaggen y seguramente querrá hablar de Quidditch- dijo Harry apresuradamente, mientras que aceleraba a través de lo que parecía ser un muro sólido hacia el atajo que lo llevaría hacia Pociones donde afortunadamente, ni Lavender o McLaggen podrían seguirlo.

En la mañana del partido de Quidditch en contra de Hufflepuff, Harry visitó el ala del hospital antes de dirigirse hacia el campo. Ron se encontraba muy agitado, Madame Pomfrey no le permitiría ver el partido, cosa que lo hacia sentir mas que emocionado.

-¿Entonces como está McLaggen?- le preguntó a Harry nervioso, aparentemente olvidando que ya la había preguntado dos veces.

-Ya te he dicho- dijo Harry pacientemente -Podría ser un jugador de clase mundial y no lo quiero mantener. Se la pasa tratando de decirnos qué hacer y piensa que puede jugar todas las posiciones mejor que el resto de nosotros. No puedo esperar para librarme de el. Y hablando de molestarse con alguien- Harry agregó, poniéndose de pie y tomando su saeta de fuego -¿podrías dejar de hacerte el dormido cuando Lavender viene a visitarte? Me esta volviendo loco también.-

-oh,- dijo Ron, avergonzado –si, está bien.

-Si no quieres salir con ella le deberías decir- agregó Harry.

-Si… bueno… no es tan fácil o ¿si?- dijo Ron. Tomó aire y agregó. -Hermione ¿vendrá antes de ir a ver el partido?-

-No, de hecho ella ya esta en el campo con Ginny.-

-oh,- dijo Ron, tristemente. -Está bien. Bueno. Buena suerte, espero que aplastes a McLaggen, quiero decir, Smith.-

-Lo intentare- dijo Harry poniendo la mano en su escoba. -Te veré después del partido.-

Se apresuro a bajar por los corredores desiertos, toda la escuela estaba vacía, todos estaban ya en el estadio o dirigiéndose hacia el. Harry miraba por las ventanas y trataba de averiguar la cantidad de viento a la que se enfrentaría, cuando un ruido delante le hizo voltear hacia arriba y ver a Malfoy, el cual se dirigía hacia él, acompañado de dos chicas, las cuales lucían tanto enfurruñadas como resentidas.

Malfoy se detuvo cuando miró a Harry, entonces soltó una leve carcajada y continúo caminado.

-¿A donde te diriges?- Le preguntó Harry.

-Si, realmente te lo iba a decir, por que es de tu incumbencia, Potter- se burló Malfoy. -Te deberías apresurar, ya que todos estarán esperando por “El capitán elegido”, “el chico que anotó” o como quiera que te llamen en esta ocasión.-

Una de las chicas soltó una risita. Harry solo se limitó a mirarla. Ella se sonrojó. Malfoy se apresuró a irse, pasado enfrente de Harry, seguido por las dos chicas en un leve trote, dieron la vuelta a la esquina y desaparecieron.

Harry permaneció paralizado en donde estaba mirándolos desaparecer. Estaba furioso, estaba a tiempo para llegar al partido y aun así ahí se encontraba a Malfoy, merodeando, mientras que el resto de la escuela estaba ausente, la mejor oportunidad de descubrir lo que Malfoy estaba haciendo. Los segundos pasaban y Harry permanecía donde estaba, congelado, mirando el lugar por donde Malfoy se había desvanecido…

-¿Donde has estado?- le preguntó Ginny mientras Harry llegaba corriendo a los vestidores. Todo el equipo esta listo, Coote y Peaks, los golpeadores, estaban golpeando nerviosamente sus garrotes contra sus piernas.

-Me encontré a Malfoy- Le dijo en voz baja, al tiempo que se pasaba su túnica por arriba de la cabeza.

-¡Así que quise averiguar que es lo que hace en el castillo con su pareja de novias mientras que todo el mudo se encuentra aquí…!-

-¿Y eso importa en este momento?-

-Bueno, ¿no estoy para responderlo ahora, o si?- Dijo Harry, mientras agarraba su Saeta de fuego y se ponía los anteojos. -¡Venga entonces!-

Y sin ninguna palabra marcharon hacia el campo entre porras y abucheos.

Había poco viento, las nubes se conformaban de manera caprichosa y había deslumbrantes destellos de luz solar.

-Condiciones difíciles- McLaggen dijo al resto del equipo. -Coote, Peakes, deberían volar hacia el sol, así ellos no los verán venir-

-Yo soy el capitán, McLaggen, deja de darles instrucciones- dijo Harry enojado. -Solo asegúrate de no dejar pasar los goles-

Una vez que McLaggen se marchó, Harry regresó con Coote y Peakes.

-Asegúrense de volar lejos del sol- les dijo de mala gana.

Harry estrecho las manos con el capitán de Hufflepuff y luego, al silbido de Madame Hooch, dieron una patada al suelo y se elevaron por el aire, mas alto que el resto de su equipo, moviéndose rápido por el campo en busca de la snitch. Si tan solo la pudiese agarrar rápido, tendría una buena oportunidad de regresar al castillo, tomar el mapa del merodeador, saber lo que hacía Malfoy…

-Y ahora Smith de Hufflepuff tiene la quaffle- dijo una soñadora voz que resonaba por los terrenos de Hogwarts. -El que hizo los comentarios la última vez claro y Ginny Weasley vuela hacia él, creo que a propósito. Smith había sido muy grosero acerca de Gryfindor y espero que se arrepienta ahora que está jugando en contra de ellos. Oh, miren, perdió la quaffle, Ginny se la arrebató, ella me agrada, es muy amable…-

Harry miro hacia el palco del comentarista, seguramente nadie en su sano juicio dejaría que Luna Lovegood comentase el partido, pero no había error, enmarañada cabellera rubia, collar de corchos de botella de cerveza de mantequilla… al lado de Luna, la profesora McGonagall parecía un poco incómoda, pensando quizá acerca de su decisión.

-…y ahora ese enorme jugador de Hufflepuff le quita la quaffle, no puedo recordar su nombre, es algo como Bibble, no Buggins-

-Es Cadwallader!- gritó la profesora McGonagall al lado de Luna. La multitud se echó a reír.

Harry miró alrededor en busca de la snitch, de la cual no había señal alguna. Momentos después Cadwaller anotaba. McLaggen le estaba reclamando a Ginny por dejarse quitar la quaffle, sin que se diera cuenta de la enorme bola roja que había pasado muy cerca de su oreja derecha.

-¡McLaggen, podrías poner atención a lo que se supone debes hacer y dejar de molestar a los demás!- Bramó Harry volteando para mirar perfectamente a su guardián.

-¡Pues tu no estás poniendo un buen ejemplo!- McLaggen le respondió con la cara roja de furia.

-Y ahora Harry Potter esta teniendo una discusión con su guardián- dijo Luna tranquilamente, mientras que en las gradas ambos los Hufflepuffs y Slytherins abucheaban y aplaudían. -No creo que eso ayude a encontrar la snitch, tal vez es una lista estrategia…-

Insultando amargamente, Harry emprendió de nuevo la búsqueda de la snitch, observando los cielos y el campo en busca de la pequeña alada pelota dorada.

Ginny y Demelza anotaron un gol cada quien, dándoles a los seguidores de los colores rojo y dorado algo que festejar. Entonces Cadwaller anotó de nuevo, haciendo que las cosas se nivelaran, pero a Luna parecía no importarle, ya que parecía no interesarse en tan mundanas cosas como las anotaciones, y seguía intentando llamar la atención de los espectadores a cosas mas importantes como las formas de la nubes y la posibilidad de que Zacharias Smith fallase tanto en mantener la quaffle por mas de un minuto, el cual estaba sufriendo de “ansiedad de perdedor”.

-Setenta a cuarenta, a favor Hufflepuff!- gritó la profesora McGonagall en el megáfono de Luna.

-¿Ya? ¿Tan rápido?- dijo Luna vagamente. -No miren, el guardián de Gryffindor tomó el garrote de uno de los golpeadores.

Harry giró en medio del aire. Seguramente McLaggen, por razones que solo el conoce, tomó el garrote de Peake y decidió mostrarle como golpear una bludger, lanzándosela hacia un Cadwaller que se aproximaba.

-¿Se lo podrías regresar y volver a tu posición en los postes de meta?- gruñó Harry, arrojándole una mirada de enojo a McLaggen al tiempo que éste le propinaba un golpe furioso a una bludger y la despedía lejos.

Una ciega… enferma sensación de dolor… un destello de luz… gritos lejanos… y la sensación de estar cayendo por un largo túnel…

Y la siguiente cosa que Harry supo, es que yacía en una cama caliente y cómoda, mirando hacia una lámpara que arrojaba un círculo de luz dorada en un oscuro techo. Levantó su cabeza un poco. Ahí, a su derecha había un rostro familiar, pecoso y con el cabello rojo.

-Que amable de tu parte pasar por aquí.- Dijo Ron sonriendo.

Harry parpadeó y miró a su alrededor. Claro, se encontraba en el ala del hospital. El cielo estaba de un azul muy oscuro mezclado con algo de rojo del atardecer. El partido debe de haber terminado hacia horas, ya no había manera de atrapar a Malfoy. La cabeza de Harry se sentía extrañamente pesada, levantó una mano y sintió un duro y apretado turbante de vendas.

-¿Que sucedió?-

-Un cráneo fracturado- Respondió Madame Pomfrey, apresurándose a acomodarle las almohadas evitando que se levantara. -Nada de preocuparse, lo enmendé de una sola vez, pero mejor que te quedes en la noche, no te debes de mover por las próximas horas.-

-No quiero pasar la noche aquí- respondió Harry enojado, sentándose y echando a un lado las cobijas. -Quiero encontrar a McLaggen y matarlo-

-Me temo que te estás emocionando de mas- dijo Madame Pomfrey, queriéndolo regresar a la cama, mientras levantaba su varita amenazadoramente. -Estarás aquí hasta que yo te de alta Potter o llamaré al director-

Ella regresó a su oficina y Harry se hundió entre sus almohadas muy enojado.

-¿Sabes por cuanto perdimos?- Le preguntó a Ron entre los dientes.

-Bueno si se- dijo Ron disculpándose. -El resultado fue trescientos veinte a sesenta-

-Excelente- dijo Harry salvajemente. -¡Realmente excelente! Cuando le ponga las manos encima a McLaggen-

-No lo querrás agarrar, quiero decir, es del tamaño de un troll- dijo Ron razonablemente.

-Personalmente, creo que debe de haber mucho que decir acerca de el y tal vez hechizarlo con la cosa esa para las uñas de los pies. De cualquier manera, el resto del equipo debe de haberse enfrentado a el, antes de que salieras de ahí, ellos no están muy felices…-

Hubo un dejo de júbilo en el tono de voz de Ron, Harry podía darse cuenta de que no le molestaba en lo mas mínimo que McLaggen lo hubiera arruinado. Harry estaba ahí, mirando el techo vagamente iluminado, su cráneo recién curado no le molestaba, y se sentía ligero y delicado entre tal cantidad de vendajes.

-Podía escuchar el partido desde aquí- dijo Ron, su voz vibraba con algo de risa. -Espero que Luna comente de ahora en adelante… ansia de perdedor…-

Pero Harry aun estaba muy enojado para encontrar algo de humor en tal situación y después de que los ronquidos de Ron cesaron.

-Ginny vino a visitarte mientras estabas inconsciente- Dijo después de una larga pausa y la imaginación de Harry empezó a volar rápidamente construyendo una escena en donde Ginny, lloraba delante de su cuerpo sin vida, confesando sus mas profundos sentimientos de intensa atracción hacia él, mientras que Ron les daba su bendición… -Ella me dijo que llegaste apenas en tiempo para el partido, ¿que sucedió? Te fuiste de aquí muy temprano.-

-oh…- dijo Harry, mientras que la escena en su mente seguía creciendo. -Si… bueno, vi a Malfoy merodeando con un par de chicas a las que parecía no agradarle estar con él y esa es la segunda vez que estoy seguro no ha estado en el campo de Quidditch con el resto de la escuela, no fue al ultimo partido, ¿recuerdas?- Harry dijo. -Desearía haberlo seguirlo ahora que se que el partido fue todo un desastre…-

-No seas estúpido- dijo Ron bruscamente -No te puedes escapar de un partido de Quidditch, ¡eres el capitán!-

-Solo quiero averiguar que es lo que Malfoy esta haciendo- dijo Harry. -Y no me digas que todo está en mi cabeza, no después de lo que he escuchado entre él y Snape-

-Yo nunca he dicho nada de que lo estés imaginando- dijo Ron, apoyándose en un codo y frunciendo el ceño -¡pero es que no hay ninguna regla acerca de que haya mas de una persona a la vez conspirando en este lugar! Te estás obsesionando con Malfoy, Harry. Quiero decir, pensar en perder un partido solo para seguirlo…-

-¡Lo quería atrapar!- dijo Harry frustrado. -¡Quiero saber a donde va cuando desaparece del mapa!-

-No lo se… ¿Hogsmeade?- sugirió Ron, bostezando.

-Nunca lo he visto por ninguno de los pasadizos secretos en el mapa. Y además creo que ahora están vigilados, ¿no?-

-Bueno, quien sabe- respondió Ron.

Un silencio cayó entre ellos. Harry volteo al techo vagamente iluminado, pensando…

Si tan solo tuviera el poder de Rufus Scrimgeour, podría ser capaz de ponerle una cola a Malfoy, pero desafortunadamente, Harry no tenia una oficina llena de Aurores bajo sus órdenes… Harry pensó muy seriamente en intentar poner a alguien con el A.C., pero el problemas era que algunas personas no entrarían a clases, además de que sus horarios estaban repletos de ellas.

Se escuchó un leve ronquido proveniente de la cama de Ron. Después de un rato llegó Madame Pomfrey, esta vez vistiendo una gruesa bata. Era fácil fingir estar durmiendo, Harry solo se volteó en su cama y escuchó como todas las cortinas se cerraban al tiempo que Madame Pomfrey batía su varita. Las lámparas se apagaban y ella regresaba a su oficina; Harry escuchó la puerta cerrarse detrás de ella y supo que ya se había retirado a dormir.

Esta era, pensó Harry en la oscuridad, era la tercera vez que había sido llevado al ala del hospital por causa de una lesión en el Quidditch. La última vez había caído de su escoba por la presencia de dementotes en el campo y la vez anterior a ésta, todos los huesos de su brazo habían sido removidos por el incurable inepto Profesor Lockhart… esa había sido la mas dolorosa lesión de todas por mucho… recordó la enorme agonía de que le crecieran todos los huesos del brazo en una noche, un descontento no aliviado por la llegada de un inesperado visitante en medio de la…

Harry se reincorporó, su corazón latiendo rápidamente, el turbante de vendas ladeado. El tenía la solución al fin: había una forma de seguir a Malfoy ¿Cómo era posible que se le hubiese olvidado? ¿Por que no había pensado en eso antes?

Pero la pregunta era ¿como llamarlo? ¿Como hacerlo? Silenciosamente y vacilando, Harry habló en la oscuridad.

-¿Kreacher?-

-Hubo un ruidoso crack y los sonidos de escaramuzas y chillidos llenaron el cuarto. Ron se levanto con un aullido.-

-¿Qué sucede?-

Harry apuntó su varita rápidamente a la puerta de la oficina de Madame Pomfrey y murmuró “Mufliato”, así ella no podría venir corriendo. Entonces se movió al final de la cama para tener una mejor vista de lo que sucedía.

Dos elfos domésticos se estaban revolcando por todo el piso del dormitorio, uno vestía un ajustado jersey y varios sombreros de lana, el otro, un sucio y harapiento taparrabos hecho jirones. Hubo otra explosión y Peeves el Poltergeist apareció en el aire arriba de los elfos que peleaban.

-¡Estaba mirando eso, Potter!- le dijo a Harry indignado, apuntando a la pelea de abajo antes de soltar una carcajada. -Miren a estas pobres criaturas, peleando, malo, malo, pegue y pegue-

-Kreacher no insultará a Harry potter en frente de Dobby, no, no lo hará o ¡Dobby se encargara de cerrarle esa boca por el!-Chilló Dobby en voz alta.

-Patada y rasguño- chilló Peeves feliz, arrojando ahora pedazos de tiza a los elfos para enfurecerlos más. -¡Golpe, redoble!-

-Kreacher dirá lo que le agrada de su amo, oh si y que clase de amo es apestoso amigo de los sangre sucia, oh, ¿que mas podría el pobre Kreacher decir?-

Exactamente lo que Kreacher no pudo decir fue algo que nadie supo, ya que en ese momento Dobby le propinó un puñetazo con su pequeña mano el cual le tiró más de la mitad de los dientes. Harry y Ron saltaron de sus camas y trataron de apartar a los dos elfos, sin embargo ellos continuaban tratando de patear el uno al otro, mientras que Peeves los seguía provocando y revoloteaba alrededor de la lámpara chillando

-Métele los dedos en la nariz, agarra un tapón y pónselo en las orejas-

Harry apuntó su varita a Peeves y dijo, “Langlock!” Peeves agarró su garganta, pasó saliva y entonces empezó a revolotear alrededor del cuarto haciendo ademanes obscenos pero incapaz de hablar, debido a que su lengua se había pegado a su paladar.

-Buen tiro- dijo Ron apreciándolo, levantando a Dobby un poco de manera que sus pequeños miembros no tocaran más a Kreacher.

-Otro hechizo de príncipe eh?-

-Si- dijo Harry, torciendo el brazo de Kreacher en medio de una llave Nelson. -Bien, ¡te prohíbo seguir peleando! Bueno, Kreacher, tienes prohibido pelear con Dobby. Dobby se que no tengo permitido darte órdenes pero…-

-Dobby es un elfo libre y puede obedecer a quien quiera y ¡Dobby puede hacer todo lo que Harry Potter le diga!- dijo Dobby con lágrimas corriendo por su arrugada y pequeña cara y por su jersey.

-Está bien, entonces- Dijo Harry, él y Ron soltaron a los elfos que cayeron en el piso pero que no continuaron peleando.

-El amo ¿me llamó?- gruñó Kreacher dando una reverencia al tiempo que le daba una mirada de “te deseo la muerte”.

-Si, te llamé- dijo Harry, inclinándose hacia la puerta de la oficina de Madame Pomfrey para checar si el hechizo Mufliato estuviera aun trabajando, no había señal de que ella hubiera escuchado algo de la conmoción. -Tengo un trabajo para ti-

-Kreacher hará todo lo que el amo desee- dijo Kreacher, tan acongojado que sus labios parecían tocar sus torcidos pies -porque kreacher no tiene otra opción, pero Kreacher esta muy apenado de tener un amo como este, si-

-Dobby lo hará, Harry Potter!- replicó Dobby, sus ojos del tamaño de pelotas de tenis todavía tenían lágrimas. -Dobby estará muy orgulloso de ayudar a Harry Potter!-

-Eso está bien, será mejor si los tengo a los dos- dijo Harry. -Está bien entonces, quiero que sigan a Draco Malfoy-

Ignorando la mirada de sorpresa y exasperación en la cara de Ron, Harry prosiguió -Quiero saber a donde va, con quien se reúne y que esta haciendo, quiero que se conviertan en su sombra-

-Si Harry Potter!- dijo Dobby, sus grandes ojos brillaban con emoción. -Y si Dobby lo hace mal, Dobby se arrojará de la torre mas alta Harry Potter!-

-No habrá necesidad de hacerlo lobby- Se apresuró a responder Harry.

-El amo quiere que siga al mas joven de los Malfoys?- Preguntó Kreacher. -¿El amo quiere que espíe a un sangre limpia, gran sobrino de mi antigua dama?-

-Eso es- dijo Harry, previendo un gran peligro y determinado a evitarlo inmediatamente. -Y tienes prohibido advertirle, Kreacher o mostrar que estas ahí, o hablarle, o escribirle mensajes o… o contactarlo de cualquier manera, ¿entendiste?-

Harry creyó que podía ver a Kreacher luchando por encontrar algo malo en las instrucciones que había recibido y esperó. Después de un momento o dos y para la satisfacción de Harry, Kreacher dio una profunda reverencia y dijo con un profundo resentimiento -El amo piensa en todo y Kreacher debe obedecer, a pesar de que Kreacher estaría mejor sirviéndole al chico Malfoy, o bueno…-

-Es un acuerdo, entonces- dijo Harry. -Querré reportes regulares, pero quiero que me los entreguen cuando no esté rodeado de gente. Ron y Hermione está bien. Y no repitan a nadie lo que están haciendo. Solo sigan a Malfoy como si fueran su sombra.-

 

Capítulo 20: La Petición de Lord Voldemort

Harry y Ron dejaron la enfermería el Lunes temprano por la mañana, completamente sanos gracias a los cuidados de Madame Pomfrey y disfrutando de los beneficios de haber sido golpeados y envenenados, de los cuales el mejor era que Hermione volvía a mostrarse amistosa con Ron. Hermione incluso los acompañó a desayunar, dándoles la noticia de que Ginny había discutido con Dean. Ese sentimiento dentro de Harry, despertó nuevamente y con nuevas esperanzas.

¿Por qué pelearon? - preguntó, tratando de sonar casual mientras daban vuelta en el pasillo del 7° piso que estaba vacío, excepto por una chica que había estado examinando el tapiz de los Trolls en Tu-tú. Se alarmó al ver que los de 6° año se acercaban y dejó caer la pesada balanza de cobre que llevaba consigo.

- Está bien – dijo Hermione amablemente, apresurándose a ayudarla. – Aquí tienes... -

Tocó la balanza rota con su varita y murmuró – Reparo -. La chica no agradeció el gesto, pero permaneció en el mismo lugar mientras pasaban y los observó alejarse; Ron volteó a verla.

-Juro que se están volviendo más pequeñas – Dijo.

No le hagas caso – dijo Harry, un poco impaciente. – ¿Por qué peleaban Ginny y Dean, Hermione? –

-Ah, Dean se estaba riendo de que McLaggen te arrojara esa Bludger – dijo Hermione.

-Debió ser gracioso – dijo Ron pensativo.

-No fue nada gracioso!- dijo Hermione enfadada. – Fue terrible y si Coote y Peakes no hubieran alcanzado a Harry podría haberse hecho mas daño!–

-Si, bueno, no había necesidad de que Ginny y Dean se separaran por eso – dijo Harry tratando de sonar de lo más normal. - ¿O siguen juntos? –

-Si, aun lo están... pero ¿por qué estas tan interesado? – preguntó Hermione, viendo a Harry directamente.

-¡Es solo que no quiero que mi equipo de Quidditch se vuelva a desorganizar! – contestó rápidamente, pero Hermione seguía con esa mirada de sospecha. Se sintió muy aliviado cuando una voz lo llamó.

-Harry! – Dándole la oportunidad de voltear.

 

-Ah, hola, Luna! –

-Fui a la enfermería a buscarte,- dijo Luna, buscando algo en su bolso.- Pero dijeron que ya habías salido... –

Puso lo que parecía ser una cebolla verde, un hongo grande y con manchas, y una considerable cantidad de lo que parecía ser deshechos gatunos en las manos de Ron, finalmente sacó un pedazo de pergamino que le pasó a Harry.

-... me pidieron que te diera esto.-

Era un pequeño pergamino que Harry reconoció como una invitación para una clase con Dumbledore.

-Esta noche.- les dijo a Ron y Hermione cuando lo abrió.

-Buena narración la del ultimo partido! – le dijo Ron a Luna mientras tomaba de sus manos la cebolla verde, el hongo y la suciedad de gato. Luna sonrió un poco.

-Te estas burlando de mi, verdad? – dijo Luna – todos dicen que fui un desastre.-

-No, en serio! – dijo Ron seriamente – No puedo recordar haber disfrutado tanto una narración – continuó, sosteniendo el objeto que parecía cebolla al nivel de lo ojos.

-Oh, es una Gurdyroot- dijo, poniendo el hongo y la suciedad de gato de nuevo dentro de su bolso. – Puedes quedártela si quieres, yo tengo algunas mas. Son excelentes para protegerse de los Gulping Plimpies.- Y se alejó, dejando a Ron algo confundido, aun agarrando la Gurdyroot.

-Saben, me empieza a agradar, Luna- dijo mientras se dirigían al Gran Comedor – sé que está loca, pero en el buen...- Dejó de hablar de repente. Lavender Brown estaba parada al pie de la escalera de mármol y parecía muy enfadada.

-Hola – Dijo Ron, nervioso.

-Vámonos -Le dijo Harry a Hermione y se retiraron, no sin antes escuchar a Lavender decir- ¿por qué no me dijiste que salías hoy? ¿por qué estaba ella contigo?

Ron parecía molesto y preocupado cuando apareció en el desayuno media hora mas tarde, y aunque se sentó junto a Lavender, Harry vio que no cruzaron ni una palabra en todo el tiempo que estuvieron juntos.

Hermione actuaba como si no se hubiera dado cuenta de esto, pero una o dos veces Harry vio una extraña sonrisa dibujada en su rostro. Todo el día pareció estar de muy buen humor y esa noche en la sala común hasta aceptó revisar (en otras palabras, terminar de escribir) el ensayo de Herbología de Harry, algo que había rehusado hacer hasta ahora, porque ella sabia que luego Harry dejaría a Ron copiarlo.

-Muchas gracias Hermione – dijo Harry, dándole una palmada en la espalda mientras checaba su reloj y vio que casi eran las ocho. – Bien, tengo que apresurarme o llegaré tarde con Dumbledore... –

Ella no contestó, solo tachó alguna de las oraciones que Harry había escrito con un gesto. Harry se apresuró a salir por el hueco de la puerta y se dirigió a la oficina del Director. La gárgola se hizo a un lado al sonido de “dulces de crema”, y Harry subió por la escalera en espiral de dos escalones a la vez, tocando la puerta justo cuando el reloj marcaba las ocho.

-Adelante – Contestó Dumbledore, pero cuando Harry movió la mano para empujar la puerta, ésta se abrió desde dentro. Ahí estaba la Profesora Trelawney.

-Aha! – Exclamó, señalando a Harry mientras parpadeaba detrás de sus grandes gafas. -Así que esta es la razón por la que soy echada fuera de su oficina, Dumbledore-

-Mi querida Sybill- Dijo Dumbledore alzando un poco la voz.- No es que tengas que salir de ninguna parte, pero Harry tiene una cita, y no creo que haya mas que decir.-

-Muy bien – Dijo la profesora Trelawney, con una voz resentida.- Si no va a despedir al caballo usurpador, que así sea... quizá deba encontrar un colegio donde mis talentos sean mejor apreciados.-

Pasó junto a Harry y desapareció bajo la escalera espiral, la oyeron tropezar a mitad del camino, y Harry creyó que se había resbalado con uno de sus múltiples chales.

-Por favor cierra la puerta y siéntate, Harry.- Dijo Dumbledore, sonando bastante cansado.

Harry obedeció, notando mientras se sentaba en su lugar acostumbrado, que el pensadero estaba puesto entre ellos otra vez, y que también había dos pequeñas botellas de cristal llenas de recuerdos.

-¿A la Profesora Trelawney aun no le parece que Firenze este dando clases? – Preguntó Harry.

-No – Dijo Dumbledore – Adivinación resultó ser un problema más grande de lo que yo podría haber predicho, nunca estudié esa materia. No puedo pedirle a Firenze que regrese al bosque donde ya no es bienvenido y no puedo pedirle a Sybill Trelawney que se retire. Entre nosotros, ella no tiene ni idea del peligro que correría si estuviera fuera del castillo – y creo que seria un error contarle – que ella fue quien hizo la profecía acerca de ti y Voldemort, ¿entiendes?

Dumbledore dio un gran suspiro, y luego dijo:

- Pero no te preocupes por mis problemas con los profesores. Tenemos cosas más importantes que discutir. Primeramente, ¿pudiste realizar la tarea que te encomendé al final de la última sesión?

-Ah - Dijo Harry, recordando. Con las lecciones de aparición y el Quidditch, Ron envenenado, la fractura de su cráneo y su determinación por encontrar lo que Malfoy estaba planeando, Harry casi había olvidado que Dumbledore le había pedido extraer ese recuerdo del Profesor Slughorn. – Bueno, le pregunte al Profesor Slughorn al respecto al final de pociones, pero, ehm, él no me lo dio.- Hubo un pequeño silencio.

-Ya veo – Dijo Dumbledore, observando a Harry por encima de sus gafas de media luna y dándole a Harry la conocida sensación de que lo están examinando con rayos X. – Y crees que has hecho tu mejor esfuerzo para conseguirlo, ¿verdad? ¿Que has utilizado toda tu inventiva? ¿Que has utilizado todo tu valor para conseguir la tarea de obtener ese recuerdo?-

-Bueno, - Comenzó decir Harry, sin saber que decir después. Su único intento por obtener ese recuerdo parecía vergonzoso. – Bueno, el día que Ron tomó por error la poción de amor lo llevé con el Profesor Slughorn. Pensé que si encontraba al Profesor de buen humor –

-Y eso funcionó? – Preguntó Dumbledore.

-Bueno, no, señor, porque Ron quedó envenenado...-

-Lo que naturalmente te hizo olvidarte de tratar de conseguir el recuerdo. No habría esperado otra cosa mientras tu mejor amigo estaba en peligro. De todos modos esperaba que una vez que supieras que el Sr. Weasley se recuperaría totalmente, volvieras al trabajo que te asigné. Creo que te hice ver qué tan importante es ese recuerdo. De verdad. Hice mi mejor esfuerzo para que entendieras que este recuerdo es el mas crucial de todos y que estaremos desperdiciando el tiempo sin el.

Un sentimiento de vergüenza se esparció de la cabeza de Harry hasta la punta de sus pies. Dumbledore no había alzado la voz, ni siquiera sonaba enojado, pero Harry habría preferido que gritara, esa decepción era lo peor.

-Profesor – Dijo, un poco desesperado.- No es que no me preocupara, lo que pasa es que he tenido otras cosas...-

-Otras cosas en tu cabeza.- Dumbledore completó el enunciado por el. – Entiendo.-

El silencio cayó sobre ellos de nuevo, el más incómodo silencio que Harry había experimentado con Dumbledore, parecía que no terminaría, interrumpido solo por los ronquidos del retrato de Armando Dippet que estaba sobre la cabeza de Dumbledore. Harry se sentía un poco pequeño, como si se hubiera encogido desde que entró a la habitación. Cuando ya no pudo soportarlo mas dijo:

-Profesor, lo siento mucho, debí haber hecho mas... debí haber entendido que no me lo habría pedido si no fuera de verdad importante.-

-Gracias por decir eso, Harry- Dijo Dumbledore calmadamente – ¿Puedo esperar, entonces, que le darás al asunto mayor prioridad desde ahora? Nuestra próxima reunión tendrá muy poco sentido a menos que tengamos ese recuerdo.-

-Lo haré, señor, lo conseguiré- Dijo seriamente.

-Entonces no diremos mas de esto por ahora.- Dijo Dumbledore más amable- Continuemos con nuestra historia donde la dejamos. ¿Recuerdas donde fue?-

-Si, señor – Dijo Harry rápidamente. – Voldemort mató a su padre y abuelos e hizo que pareciera como si su tío Morfin lo hubiera hecho. Luego volvió a Hogwarts y le preguntó... le preguntó al Profesor Slughorn sobre los Horcruxes- Murmuró apenado.

-Muy bien,- Dijo Dumbledore.- Ahora, espero que recuerdes qué te dije, al inicio de estas reuniones, que entraríamos en los campos de adivinar y especular?

-Si, Señor-

-Entonces, espero que estés de acuerdo, en que te he mostrado hechos en los que se basa lo que he deducido acerca de Voldemort cuando tenia 17?

Harry Asintió.

-Pero ahora, Harry- Dijo Dumbledore- ahora las cosas se vuelven más oscuras y más extrañas. Si fue difícil encontrar evidencia del joven Riddle, ha sido casi imposible encontrar a alguien preparado para recordar a Voldemort. De hecho, dudo que exista una persona viva, aparte de él, que pueda darnos una historia completa de su vida desde que dejó Hogwarts. Aun así, tengo dos recuerdos que me gustaría compartir contigo.- Dumbledore señalo las pequeñas botellas de cristal junto al pensadero. – Me gustaría saber si las conclusiones que obtuve de ellos te parecen correctas.-

La idea de que Dumbledore valorara tanto su opinión hizo a Harry sentirse aun más avergonzado de haber fallado en obtener el recuerdo acerca de los Horcruxes, y se acomodó en su asiento sintiéndose un poco culpable, mientras Dumbledore tomaba la primera de las botellas y la examinaba en la luz.

-Espero que no estés cansado de entrar en los recuerdos de otras personas, estas dos son extrañas- Dijo.- la primera vino de una vieja Elfa domestica llamada Hokey. Antes de que veamos lo que Hokey presenció, debo relatar rápido como Lord Voldemort abandonó Hogwarts.

-Alcanzó el séptimo grado de sus estudios con, como habrás esperado, altas notas en cada evaluación que tomaba. Todos sus compañeros estaban diciendo qué trabajos tomarían una vez que dejaran Hogwarts. Casi todo el mundo esperaba cosas espectaculares de Tom Riddle, prefecto, ganador del premio por servicios especiales a la escuela. Sé que varios maestros, el Profesos Slughorn entre ellos, le sugirieron que se uniera al Ministerio de Magia, le ofrecieron concertar citas, presentarle a varios contactos. Abandonó todas las ofertas. La siguiente cosa que el profesorado supo fue que Voldermort estaba trabajando en Borgin y Burkes-

-¿En Borgin y Burkes? – Repitió Harry sorprendido.

-En Borgin y Burkes.- Repitió Dumbledore.- Creo que entenderás lo que lo atrajo a ese lugar cuando entremos a la memoria de Hokey. Pero esta no era la primera opción de trabajo para Voldemort. Casi todo el mundo lo supo después, yo era uno de los pocos en los que el director de entonces confiaba, pero Voldemort primero se acercó con el Profesor Dippet y le pidió permanecer en Hogwarts como profesor.

-¿El quería quedarse aquí? ¿ Por qué?- Preguntó Harry, aun mas asombrado.

-Creo que tenía varias razones, aunque no le menciono ninguna al Profesor Dippet.- Dijo Dumbledore.- Primero, y muy importante, Voldemort estaba, yo creo, más atado a la escuela de lo que había estado a alguna persona. Hogwarts fue donde había sido mas feliz, el primer y único lugar en el que se había sentido en casa.-

Harry se sintió un poco incomodo ante estas palabras, porque así era como el veía a Hogwarts también.

-Segundo, el castillo es un lugar lleno de magia antigua. Sin duda, Voldemort había traspasado muchos más de sus secretos que la mayoría de los estudiantes que pasan por aquí, pero debió haber sentido que aun había misterios por resolver, magia por encontrar.

-Y Tercero, como profesor, habría tenido un gran poder de influencia sobre los jóvenes magos y brujas. Tal vez obtuvo la idea del Profesor Slughorn, el maestro con el que el se entendía mejor, quien había demostrado qué tan influyente puede llegar a ser un maestro. No creo que Voldemort planeara pasar el resto de su vida en Hogwarts, pero si creo que lo veía como un lugar en donde reclutar y empezar a construir su propio ejercito.-

-Pero no obtuvo el empleo?-

-No, no lo obtuvo. El Profesor Dippet le dijo que era muy joven con sus 18 años, años, pero lo invitó a solicitarlo de nuevo en unos años, si aun deseaba enseñar.

-¿Como se sintió usted acerca de eso?- Preguntó Harry dudando.

-Muy inquieto- Dijo Dumbledore.- Le había advertido a Armando acerca de esa solicitud. No le di las razones que estoy dándote, ya que el Profesor Dippet confiaba en Voldemort y estaba convencido de su honestidad. Pero yo no quería a Lord Voldemort de vuelta en esta escuela, y seguramente no en una posición con poder.-

-¿Que trabajo quería? ¿Que materia quería impartir? –

De alguna manera, Harry sabía la respuesta antes de que Dumbledore la diera.

-Defensa Contra las Artes Oscuras. Estaba siendo impartida por una vieja profesora llamada Galatea Merrythought, quien había estado en Hogwarts por casi 50 años.-

-Así que Voldemort fue a Borgin y Burkes, y todo el profesorado que lo había admirado dijo que era un desperdicio, un mago tan brillante como ese, trabajando en una tienda. Aun así, Voldemort no era solo un asistente. Educado, guapo e inteligente, pronto le dieron trabajos especiales del tipo que solo existe en Borgin y Burkes, que se especializa, como sabes Harry, en objetos con propiedades inusuales y poderosas. Voldemort fue enviado a vender esos tesoros, y era sobre todo, especialmente hábil haciendo esto.-

-Ya lo creo que si.- Dijo Harry, incapaz de contenerse.

-Bueno,- Dijo Dumbledore, con una sonrisa.- Y ahora, es tiempo de escuchar a Hokey una Elfo domestico, quien trabajó para una muy vieja y muy rica bruja, llamada Hepzibah Smith.-

Dumbledore tocó la botella con su varita, el corcho salió disparado, y vació el remolino de recuerdos en el pensadero, diciendo – Después de ti Harry.-

Harry se puso de pie y se inclino una vez más sobre el remolino plateado contenido en la vasija de piedra hasta que su cara lo tocó. Giró en medio de la oscuridad y aterrizó en una sala, frente a una mujer muy gorda y vieja que usaba una elaborada peluca y una túnica rosada que le daba el aspecto de un pastel de helado derritiéndose. Estaba mirándose en un pequeño espejo con joyas y aplicándose rubor en sus ya rojas mejillas, mientras el Elfo más pequeño y viejo que Harry había visto le colocaba unas pantuflas de satín en sus pies.

-De prisa, Hokey!- Dijo Hepzibah arrogantemente.- ¡Dijo que vendría a las cuatro, solo faltan unos minutos y nunca ha llegado tarde!-

Hizo a un lado su maquillaje mientras la Elfo se levantaba. La cabeza del Elfo apenas alcanzaba el asiento de la silla de Hepzibah.

-¿Cómo me veo?- Dijo Hepzibah, girando su cabeza para admirar los distintos ángulos de su cara en el espejo.-

-Hermosa, Madam.- Chilló Hokey.

Harry asumió que estaba establecido en el contrato de Hokey que ella debía mentir cuando le hicieran esta pregunta, porque Hepzibah Smith no parecía nada hermosa en su opinión.

El timbre sonó y ambas, ama y Elfa saltaron.

-¡Rápido, rápido, esta aquí Hokey!- Grito Hepzibah y la Elfa salió de la habitación, que estaba tan llena de objetos que era difícil ver como podía alguien abrirse camino sin derribar al menos una docena de cosas: había gabinetes llenos de cajas brillantes, repisas llenas de libros dorados, otras mas de esferas, y muchas plantas florecientes en macetas de cobre. De hecho, la habitación parecía una mezcla entre una tienda de antigüedades y un conservatorio

La Elfo regresó en pocos minutos, seguida por un hombre alto que Harry no tardó en reconocer como Voldemort. Vestía un traje negro, su cabello un poco mas largo de lo que había estado en la escuela y tenia hoyuelos en las mejillas, pero todo esto le sentaba bien, se veía más atractivo que nunca. Se abrió paso entre la atestada habitación con un aire que demostraba que ya la había visitado antes y se inclinó para besar la gorda mano de Hepzibah.


Понравилась статья? Добавь ее в закладку (CTRL+D) и не забудь поделиться с друзьями:  



double arrow
Сейчас читают про: