SABÍAS QUE ? Primeras elecciones generales de la España de Juan Carlos I (1977)

¿SABÍAS QUE…?

 

1. El pleno de las Cortes que aprobó la ley no fue tan «pleno», ya que se ausentaron de la sesión nada menos que 117 procuradores, algo más de una quinta parte de los convocados.

2. La ley no pudo ponerse en práctica hasta que el Código Penal no reconociera determinado tipo de asociaciones (19 de julio), ya que el mismo pleno que aprobó la ley por la mañana rechazó la reforma de dicho código por la tarde.

 

15 de junio

 

 Primeras elecciones generales de la España de Juan Carlos I (1977)

Las elecciones generales celebradas el 15 de junio de 1977 tienen un valor político incalculable, probablemente con mayor calado histórico que el del propio referéndum para la Reforma Política celebrado en diciembre de 1976 o de la propia ley que aprobaba —muy parcialmente— la existencia de partidos políticos exactamente un año antes. Como han señalado de una u otra forma varios historiadores, las elecciones del 15 de junio fueron las que devolvieron de forma efectiva la voz al pueblo. Tanto que hasta podrían parecer superficiales los resultados electorales cuando lo que parecía celebrarse era que a los ciudadanos se les restituía el derecho de poder elegir a su máximo dirigente, en este caso, el presidente del Gobierno. El corolario general de su significado, con muchas vertientes, de­sembocaba necesariamente en la formación de unas Cortes que posteriormente aprobarían la nueva Constitución española.

Con una participación del 78,83 %, la Unión de Centro Democrático (UCD) de Adolfo Suárez obtuvo el 34,4 % de los votos, y como fuerza más votada fue la que llevó el timón del Gobierno, aunque sostenido gracias a la «política de consenso» que caracterizaría la legislatura constituyente. La derecha, representada por la Alianza Popular (AP) de Manuel Fraga, fracasó en su intento de ganarse a los conservadores franquistas, ya que solo recibió el apoyo del 8,2 % de los ciudadanos, a pesar de que los sondeos habían llegado a otorgarle casi el doble de votos. Los dos principales partidos de izquierda, recién nacidos legalmente, tuvieron un éxito dispar: el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se convirtió en el principal partido de la oposición gracias a su meritorio 29,3 % de votos. De ese modo se premiaba a su secretario general, Felipe González, que había mantenido una intensa actividad durante 1976, año en el que, sin estar el PSOE todavía legalizado (lo consiguió en febrero de 1977), sostuvo diferentes contactos con el Gobierno y el resto de formaciones políticas que aún permanecían en la clandestinidad. Mención aparte merece el Partido Comunista de España (PCE), cuyo protagonismo en el exilio y durante los dos primeros años de la Transición democrática no fue recompensado en la consulta electoral (solo obtuvo el 9,3 % de los votos), a pesar de que la historiografía reconoce el papel fundamental que esta formación desempeñó durante aquellos años.

El arco parlamentario quedó coloreado por nueve formaciones políticas: UCD, 165 escaños; PSOE, 118; PCE, 20; AP, 18; Pacte Democràtic de Catalunya, 13; Partido Nacionalista Vasco, 8; Unión Socialista, 6; Esukadiko Eskerra, 1, y Frente Democrático de Izquierdas, 1. El 13 de julio de 1977 tuvo lugar la apertura de la legislatura que debía fijar una nueva Constitución. El rey Juan Carlos I pudo inaugurarla en el Congreso de los Diputados con las siguientes palabras: «Al presidir esta histórica sesión veo cumplido un compromiso al que siempre me he sentido obligado como rey: el establecimiento pacífico de la convivencia democrática sobre la base del respeto a la ley». Concluyó su discurso diciendo que ahora se trataba de consolidar dicha convivencia, justo después de afirmar que «la democracia ha comenzado».


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