Capitulo 15: La promesa inquebrantable

 

La nieve se arremolinaba de nueva cuenta contra la helada ventana, la navidad se aproximaba rápidamente. Hagrid, sin ayuda de nadie, ya había colocado los doce árboles de navidad que habitualmente adornaban el gran salón; guirnaldas de acebo y oropel habian sido enrolladas alrededor del pasamanos de la escalera, velas interminables brillaban desde adentro de los yelmos de las armaduras y racimos de muerdago habian sido colgados a intevalos a lo largo de los pasillos. Grandes grupos de chicas trataban de converger con Harry debajo de los racimos de muerdago cada vez que pasaba, lo cual causaba bloqueos en los pasillos, sin embargo, y afortunadamente para Harry, sus frecuentes paseos nocturnos le habían dado un muy buen e inusual conocimiento de los pasajes secretos del castillo, así que a menudo recorría rutas libres de muérdago entre clases sin mucha dificultad.

 

 

Ron, quien alguna vez pudo haber encontrado necesarios esos desvíos, simplemente se reía a carcajadas del asunto, mas por hilarante que por celoso. Aunque Harry prefería a este nuevo Ron risueño y bromista al irritable y agresivo modelo que había tenido que aguantar las ultimas semanas. El mejorado Ron le costó un precio alto. En primera Harry tuvo que soportar la frecuente presencia de Lavander Brown, que parecía considerar que cada momento que no estuviera besando a Ron era un momento desperdiciado, y en segunda, de nuevo se encontraba siendo el mejor amigo de dos personas que al parecer no había probabilidad de que se volverían a hablar.

 

 

Ron, cuyas manos y antebrazos seguían teniendo los cortes y arañazos del ataque del ave de Hermione, estaba tomando un matiz defensivo y lleno de resentimiento.

 

- No puede quejarse- le dijo a Harry, - Si ella besuqueó a Krum, por qué no voy a encontrar yo también a alguien que quiera besuquearme. Bueno, es un país libre, no he hecho nada malo-.

 

Harry no contestó, pero fingió estar absorto en el libro que se suponía tenían que leer antes de la clase de Encantamientos de la mañana siguiente (Quintaescencia: una busqueda). Determinado a conservar como amigos tanto a Ron como a Hermione, había pasado mucho tiempo con la boca bien cerrada.

 

- Nunca le prometí nada a Hermione - refunfuñó Ron - Digo, de acuerdo, iba a ir a la fiesta de navidad de Slughorn con ella, pero ella nunca me dijo “solo como amigos”... soy un agente libre –

 

Harry cambió de pagina del Quintaescencia, cuidando que Ron lo estuviera mirando. La voz de Ron se fue apagando hasta convertirse en un murmullo apenas audible sobre el fuerte trepidar del fuego, aunque a Harry le pareció que alcanzaba a escuchar las palabras “Krum” y “no puede quejarse” otra vez.

 

 

El horario de Hermione estaba tan saturado que Harry solo podía hablar con ella en las tardes, cuando Ron estaba, en todo caso, tan firmemente envuelto alrededor de Lavander que no se daba cuenta de lo que Harry estaba haciendo. Hermione se negaba a sentarse en la sala común mientras Ron estuviera ahí, así que Harry generalmente se reunía con ella en la biblioteca, lo que significaba mantener sus conversaciones en susurros.

 

- Él es perfectamente libre de besar a quien sea que él quiera - dijo Hermione, mientras la bibliotecaria Madam Pince, rondaba los estantes detrás de ellos - Realmente no me podría importar menos –

 

 

Ella levantó su pluma y punteó una “i” tan furiosamente que hizo un hoyo en su pergamino. Harry no dijo nada. Penso que pronto su voz desaparecería por la falta de uso. Se inclino un poco mas en su libro de Preparación Avanzada de Pociones y continuo tomando notas de Elixires Eternos, haciendo pausas ocasionales para descifrar las útiles adiciones del Príncipe al texto de Libatius Borage.

 

- Y a propósito, - dijo Hermione después de un momento -Debes tener cuidado –

 

- Por ultima vez - dijo Harry en un tono levemente ronco después de tres cuartos de hora en silencio. - No voy a regresar este libro. He aprendido más del príncipe mestizo que lo que Snape y Slughorn me han enseñado en... –

 

 

- No estoy hablando de tu estupido autonombrado Príncipe - dijo Hermione dándole a su libro una mirada de desagrado, como si este hubiera sido grosero con ella. – Estoy hablando acerca de la fiesta. Fui al baño de chicas justo antes de venir aquí, y había cerca de una docena que chicas, incluyendo a esa Romilda Vane, tratando de decidir cómo darte disimuladamente una poción de amor. Todas ellas tienen esperanzas de que las lleves a la fiesta de Slughorn, y todas ellas parecen haber comprado pociones de amor de Fred y George, las cuales, temo decirte que probablemente funcionan... –

 

 

- ¿Y entonces porque no se las confiscaste? - le reclamó Harry, parecía como si esa extraordinaria manía por respetar las reglas la hubiera abandonado en esa crucial coyuntura.

 

- No tenían la poción con ellas en el baño – dijo desdeñosamente Hermione, - Sólo estaban discutiendo tácticas, como yo desconfio que el Príncipe Mestizo - y ella le dio al libro otra desdeñosa mirada - pueda idear un antídoto para doce diferentes pociones de amor. Si invitaras a alguien, eso detendría a todas las demás que piensan que todavía tienen la oportunidad de ir contigo. Es mañana en la noche, se están desesperando.

 

- No hay ninguna a la que yo quiera invitar - masculló Harry, que seguía intentando pensar lo menos posible en Ginny, a pesar del hecho de que ella seguía apareciendo en sus sueños de maneras que lo hacían estar devotamente agradecido de que Ron no pudiera realizar Legeremancia.

 

- Bueno, solo sé cuidadoso con lo que bebes, porque Romilda Vane se veía que actuaba enserio - dijo Hermione de manera inflexible.

 

Ella tiró del gran rollo de pergamino en el cual estaba escribiendo su ensayo de Artimancia, y continuó rayando con su pluma fuera del borde, Harry vio que su mente estaba muy lejos de ahí.

 

 

- Espera un momento - dijo él lentamente - Pensaba que Filch había prohibido cualquier cosa comprada en Sortilegios Weasley –

- ¿Y cuando alguien alguna vez le ha prestado atención a las prohibiciones de Filch? Pregunto Hermione aun concentrada en su ensayo.

 

- Pero yo pensé que todas las lechuzas estaban siendo registradas. Así que ¿Cómo estas chicas tienen la facilidad de traer pociones de amor a la escuela? –

 

 

- Fred y George las envían disfrazadas como perfumes y pociones para la tos - dijo Hermione - Es parte de su servicio de entregas por lechuza –

 

 

- Sabes mucho acerca de ello. –

 

Hermione lo vio con la misma clase de mirada desagradable que le acababa de dar a su copia de Preparación Avanzada de Pociones.

 

- Esta todo en el reverso de las botellas que nos mostraron a Ginny y a mi en el verano - dijo ella fríamente - No voy por ahí poniendo pociones en las bebidas de la gente... y tampoco pretendiendo que lo hago, lo cual es igual de malo...-

 

- Sí, bueno, nunca pensé eso - dijo Harry rápidamente. – El punto es que Filch está siendo engañado ¿No?, ¡Estas chicas están trayendo cosas a la escuela simulando que son algo mas!, Así que ¿Por qué no pudo Malfoy haber traído el collar a la escuela de la misma manera? -.

 

 

- Oh, Harry... no otra vez eso... –

 

 

- Vamos, ¿Por qué no? - reclamó Harry.

 

- Mira - gimió Hermione - Los sensores secretos detectan maleficios, maldiciones y encantamientos ocultos ¿No?. Los usan para encontrar magia negra y objetos oscuros. Pueden encontrar una maldición poderosa, como la del collar en sólo unos segundos. Pero algo que es colocado ocultamente en una botella no sería registrado... de cualquier manera las pociones de amor no son oscuras ni peligrosas... –

 

 

- Es fácil para ti decirlo - murmuró Harry pensando en Romilda Vane.

 

- Así que es poco probable que Filch se diera cuenta que no es una poción para la tos; no es muy buen mago, dudo que pueda distinguir una poción de...-

 

Hermione se detuvo de golpe; Harry tambien lo habia escuchado. Alguien se había movido muy cerca de ellos por entre la oscuridad de los libreros. Esperaron, y un momento después la figura como de buitre de Madam Pince apareció por la esquina, su piel como pergamino y su larga y ganchuda nariz desfavorecedoramente iluminada por la lampara que llevaba.

 

 

- La biblioteca esta cerrando - dijo - Deben devolver cualquier cosa que se les haya prestado al... ¡¿Qué has estado haciendo muchacho depravado?! –

 

 

- ¡No es de la biblioteca, es mío! -- contesto rápidamente Harry quitando de la mesa su copia de haciendo pociones avanzadas al momento ella arremetía al libro con su mano como de garra.

 

 

- ¡Mal educado! - siseo ella - ¡Profano, sucio!-

 

-¡Sólo es un libro con anotaciones! – dijo Harry, soltándose de un tirón.

 

 

Ella se veía como si le fuera a dar un ataque; Hermione, quien había guardado rápidamente sus cosas, tomó arrebatadamente a Harry por el brazo y lo alejó a zancadas.

 

- Podría prohibirte entrar a la biblioteca si no tienes cuidado. ¿Por qué tenías que traer ese estúpido libro?

 

- No es mi culpa que ella este gritando como loca, Hermione. ¿O estas pensando que ha escuchado por casualidad que has sido descortés con Filch? Siempre he pensado que podría haber algo entre ellos...-

 

- Oh, ja, ja, ja...

 

Disfrutando el hecho de poder hablar normalmente otra vez, recorrieron su camino por los iluminados y desiertos pasillos de regreso a la sala común discutiendo si Filch y Madam Pince estuviesen o no enamorados secretamente el uno del otro.

 

- Baubles - dijo Harry a la señora gorda, ésta era la nueva contraseña por las festividades.

 

- Igualmente – dijo la señora gorda con una sonrisa picara, y se hizo a un lado para dejarlos pasar.

 

 

- ¡Hola Harry!- Dijo Romilda Vane al momento en que acababan de atravesar el hueco del retrato.

 

- ¿Gustas un gillywater? –

 

Hermione volteo sobre su hombro viéndolo con una de esa miradas de “que-te-dije”.

 

- No, gracias - contesto rápidamente Harry - No me gustan mucho-.

 

- Bueno de cualquier manera toma estos – dijo Romilda entregándole una caja en sus manos. – Calderos de chocolate, tienen Whisky de fuego adentro. Mi abuelo me los envió, pero no me gustan -.

 

- De acuerdo, muchas gracias- dijo Harry, que no pudo pensar otra cosa que decir- Esto... ahora mismo iba a ir con...-

 

Él corrió detrás de Hermione su voz iba apagándose.

 

 

- Te lo dije – dijo súbitamente Hermione, - entre mas pronto invites a alguien, mas pronto todas te dejaran en paz y tu puedes...-

 

Pero de repente su cara se puso blanca, acababa de distinguir a Ron y Lavander, quienes estaban acurrucados en el mismo sillón.

 

 

- Bueno, buenas noches Harry - dijo Hermione, aunque eran solo las siete de la noche y se fue al dormitorio de las chicas sin decir otra palabra.

 

 

Harry fue a la cama confortándole el hecho de que solo tenía que aguantar un día mas de clases, además de la fiesta Slughorn, después de lo cual él y Ron se marcharían juntos a la madriguera. Por ahora parecía imposible que Ron y Hermione pudieran reconciliarse antes de que empezaran las fiestas, pero quizá, de alguna manera, la separación les daría tiempo para calmarse, de pensar mejor en su comportamiento.

 

Pero sus expectativas no eran altas, y ellos las hicieron aun más pequeñas después de aguantarlos en la clase de transformaciones del siguiente día. Justo se acababan de embarcar en el inmensamente difícil tópico de la transfiguración humana, trabajando enfrente de espejos, se suponía que tenían que cambiar de color de sus propias cejas. Hermione se rió de una manera poco amable del desastroso primer intento de Ron, durante el cual, el de alguna manera, había conseguido hacerse un espectacular bigote que asemejaba el manubrio de una bicicleta; Ron se vengó haciendo una cruel pero exacta imitación de Hermione saltando en su asiento cada vez que la profesora McGonagall hacia una pregunta, la cual Lavander y Parvati encontraban sumamente divertido y que otra vez puso a Hermione al borde de las lagrimas. Ella salió corriendo del salón de clases en cuanto sonó la campana, dejando la mitad de sus cosas tras ella; Harry decidiendo que ella lo necesitaba más que Ron en ese momento, tomó rápidamente las cosas que dejó y la siguió.

 

 

Finalmente la rastreo hasta el baño de chicas del piso de debajo de donde ella salió. Estaba acompañada de Luna Lovegood, quien venia detrás con su siempre patente expresión despreocupada.

 

- Oh, hola Harry - dijo Luna - ¿ Sabías que una de tus cejas es amarillo brillante? -.

 

- Qué tal Luna. Hermione, dejaste tus cosas...-

 

Y le dio sus libros.

 

- Oh, si – dijo Hermione con voz ahogada, tomando sus cosas y alejándose rápidamente para ocultar el hecho de que se limpiaba los ojos con su caja de lápices - Gracias Harry, bueno sería mejor que fuera a...-.

 

Y se fue apuradamente, sin haberle dado tiempo a Harry de ofrecer palabras de consuelo, aunque debía admitir que no pudo pensar en ninguna.

 

 

- Ella esta un poco alterada – dijo Luna - Al principio pensé que se trataba de Myrtle la llorona, pero cuando salió vi que era Hermione. Ella dijo algo acerca de Ron Wesley...-.

 

- Si, tuvieron una pelea - dijo Harry.

 

- A veces él dice cosas graciosas ¿verdad? - dijo Luna mientras bajaban al pasillo juntos - Pero puede ser un poco cruel. Lo note desde el año pasado -.

 

- Supongo - dijo Harry, Luna estaba haciendo una demostración de su usual habito de decir verdades incomodas; nunca habia conocido a nadie como ella. - ¿Has tenido un buen curso? –

 

- Pues he estado bien - dijo Luna - un poco solitaria sin el E.D., aunque Ginny ha sido amable, ella detuvo el otra día a dos chicos en la clase de Transfiguración que me llamaban “lunática”...-.

 

- ¿Te gustaría ir conmigo a la fiesta de Slughorn de esta noche? -

 

Las palabras salieron de la boca de Harry antes de que pudiera detenerlas; se escucho a sí mismo como si su voz fuera la de alguien mas hablando.

 

 

Luna volteó a verlo sorprendida con sus protuberantes ojos.

 

- ¿La fiesta de Slughorn? ¿Contigo? –

 

- Si - dijo Harry – se supone que deberíamos llevar invitados, así que pensé que tal vez a ti te gustaría... quiero decir... – fue muy agudo en hacer que sus intenciones quedaran perfectamente claras. – Quiero decir, sólo como amigos, pero si tu no quieres...-.

 

Realmente tenia pocas esperanzas de que ella no quisiera.

 

- ¡Oh, no, me encantaría ir contigo como amigos! - dijo Luna, se veía tan radiante como nunca se habia visto antes. - ¡Nadie me había invitado a una fiesta, como amigos! ¿Es por eso que teñiste tu ceja, para ir a la fiesta? ¿Debo teñir la mía también? -.

 

- ¡No! - dijo Harry firmemente - Eso fue un error, iré con Hermione para que me la arregle. Así que entonces te veré en la entrada del salón a las ocho en punto -.

 

 

- ¡AHA! - se oyó una voz que gritaba sobre sus cabezas, ambos saltaron, ninguno de ellos lo había notado, estaban pasando justo debajo de Peeves, quien estaba colgando de cabeza del candelabro haciéndoles muecas maliciosamente.

 

 

- ¡ Potty invito a Lunatica a la fiesta! ¡Potty ama a Lunatica! ¡Potty amaaaaa a Luuuuuunaticaaaa! –

 

Y se alejó rápidamente chillando y cacareando,- ¡Potty ama a Lunatica! -.

 

- Seria mejor mantener esto en privado - dijo Harry suficientemente seguro de que no era momento de que toda la escuela debería saber que Harry Potter llevaría a Luna Lovegood a la fiesta de Slughorn.

 

 

- ¡Pudiste haber llevado a cualquiera! - dijo incrédulo Ron en la cena. - ¡Cualquiera!, ¿Y escogiste a Lunática Lovegood? –

 

- ¡No le digas así Ron! - replicó Ginny deteniéndose detrás de Harry camino a unirse con sus amigos. – Realmente me encantó que la hayas invitado, ella esta muy emocionada -.

 

Y siguió hacia el final de la mesa para sentarse con Dean. Harry trato sin mucho éxito, de sentirse contento de que Ginny estuviera encantada de que él llevara a Luna a la fiesta. Muy lejos en la mesa estaba sentada sola Hermione, jugando con su estofado. Harry notó que Ron la miraba furtivamente.

 

- Podrías pedirle disculpas - sugirió Harry bruscamente.

 

- ¡Qué!, ¿Y ser atacado por otra bandada de canarios? - murmuró Ron.

 

- ¿Por que tenias que imitarla? –

 

- ¡Ella se rió de mi bigote! –

 

- Y yo también, fue la cosa mas estupida que jamás haya visto.

 

 

Pero Ron parecía no haber oído; Lavander justo acababa de llegar con Parvati, quienes se apretujaron entre Harry y Ron, Lavander echo sus brazos alrededor del cuello de Ron.

 

 

- Que tal, Harry - dijo Parvati quien, como Harry, se veía ligeramente avergonzada y aburrida del comportamiento de sus dos amigos.

 

- Hola - dijo Harry, - ¿Cómo estas? ¿Entonces te quedas en Hogwarts?, Había oído que tus padres querían sacarte.

 

 

- Conseguí convencerlos por un tiempo, - dijo Parvati -Lo que paso con Katie realmente los asustó, pero no ha pasado nada desde... Oh, hola Hermione -.

 

 

Parvati expresaba una alegría exagerada. Harry podía decir que se sentía culpable por haberse reído de Hermione en Transfiguraciones. Miro hacia atrás y vió que Hermione estaba devolviéndole la sonrisa aun más exageradamente si eso es posible. Las chicas son muy extrañas veces.

 

 

- ¡Hola Parvati! - dijo Hermione ignorando completamente a Ron y Lavander. – ¿Vas a ir a la fiesta de Slughorn de esta noche? -.

 

- No me invitaron - dijo Parvati abatida - Me hubiera encantado ir, he oído que va a estar realmente bien... ¿Tú vas o no? -.

 

- Si, me voy a encontrar con Cormac a las ocho, y vamos...-.

 

Se escucho un ruido, como cuando una bomba que destapa un fregadero atascado es retirada y Ron se enderezó. Hermione se comportó como si no hubiera visto ni oído nada.

 

-... vamos a llegar a la fiesta juntos -.

 

- ¿Cormac? - dijo Parvati - Te refieres a Cormac Mclaggen? –

 

- Así es - dijo Hermione dulcemente - Uno de los que “casi” -- ella puso un gran énfasis en la palabra -- se convierte en el guardián de Gryffindor -.

 

- Entonces vas a salir con él - preguntó Parvati abriendo mucho los ojos.

 

- Oh, sí, ¿no sabias? - dijo Hermione con una risita no muy común en ella.

 

- ¡No! - dijo Parvati, que se notaba demasiado ansiosa en esa parte de la charla - Wow, te gustan los jugadores de Quidditch ¿No?, primero Krum, luego Mclaggen...-

 

- Me gustan los “realmente buenos” jugadores de Quidditch - la corrigió Hermione que seguía sonriendo. – Bueno, nos vemos, me tengo que preparar para la fiesta...-.

 

Y se fue, al momento Lavander y Parvati pusieron “manos a la obra” discutiendo el nuevo acontecimiento, hablando de todo lo que habían oído de McLaggen y todo lo que suponían acerca de Hermione. Ron se veía extrañamente blanco y no decía nada. Harry se puso a meditar en silencio a cuál de las dos chicas le gustaría hundirla por venganza.

 

Cuando llegó a la entrada del salón a las ocho en punto de la noche, encontró a un gran e inusual numero de chicas fisgoneando por ahí, todas ellas parecían estar mirándolo fijamente con resentimiento cuando se aproximo a Luna. Ella llevaba un conjunto de túnica con estrellas en color plata que causaba una cierta cantidad de risitas entre las espectadoras, pero, de una manera extraña, se veía bastante bien. En todo caso Harry estaba agradecido, de que ella hubiera dejado sus aretes de rábanos, su collar de corcho de cerveza de mantequilla y sus Espectroanteojos.

 

- Hola - dijo él - Entonces, ¿vamos? –

 

- Oh, si - dijo ella felizmente - ¿Donde es la fiesta? –

 

- En la oficina de Slughorn - dijo Harry, llevándola hacia arriba por las escaleras de mármol, lejos de las miradas y los murmullos. - ¿escuchaste?, se supone que va a venir un vampiro –

 

- ¿Rufus Scrimgeour? - Pregunto Luna.

 

- Yo...¿qué..? - dijo Harry desconcertado - ¿El ministro de magia? –

 

- Si, él es un vampiro - dijo Luna como si fuera una hecho - Mi padre escribió un articulo cuando Scrimgeour sustituyó a Corneluis Fudge, pero alguien del ministerio lo forzó a no publicarlo. ¡Obviamente no quieren que la verdad salga a la luz! -.

 

Harry, que pensaba que era muy improbable que Rufus Scrimgeour fuera un vampiro, pero que estaba acostumbrado a que Luna repitiera los bizarros puntos de vista de su padre como si fueran un hecho, no le respondió; estaban muy cerca de la oficina de Slughorn, y el ruido de las risas, música y conversaciones en voz alta, se iban haciendo más fuertes a cada paso que daban.

 

Haya sido porque lo construyeron así, o porque usaron magia, pero la oficina de Slughorn parecía mucho más grande que una oficina común de maestro. El techo y las paredes habían sido cubiertos con adornos colgantes color esmeralda, carmesí y oro; asi que se veia como si estuvieran en una enorme carpa, el lugar estaba repleto y sofocante, bañado en una luz roja que salia de una lampara adornada en oro que colgaba del centro del techo, en el cual auténticas hadas estaban revoloteando, cada una brillaba como una particula de luz. Un fuerte canto acompañado de un sonido como de mandolinas venía de una esquina lejana. Una bruma de humo de pipa estaba suspendida sobre varios ancianos brujos metidos en la conversación, y un buen numero de elfos domésticos a chillidos trataban de abrirse paso por entre una selva de rodillas, ocultos por los pesados platones de plata que sostenían con comida, de modo que parecían como pequeñas mesas ambulantes.

 

- ¡Harry, mi muchacho! - Retumbó la voz de Slughorn, al momento que Harry y Luna eran apretujados al pasar la puerta.

 

 

- Pasen, pasen, ¡Hay mucha gente que quiero que conozcas! –

 

Slughorn estaba usando un sombrero con borla de terciopelo que combinaba con su chaqueta. Apretó tan fuertemente el brazo de Harry, que a él le hubiera gustado Desaparecerse, Slughorn lo llevó decididamente dentro de la fiesta. Harry asió la mano de Luna y la arrastro junto con él.

 

- Harry, quiero que conozcas a Eldred Worple, un viejo alumno mío, autor de “Hermanos de sangre. Mi vida entre vampiros”; y, por supuesto, su amigo Sanguini –

 

Worple, quien era un hombre con gafas, pequeño y corpulento, agarró la mano de Harry y la apretó muy entusiasmado; el vampiro Sanguini, quien era alto y demacrado, con oscuras sombras debajo de los ojos, apenas inclinó la cabeza. Se veía algo aburrido. Un grupo de chicas que se encontraban cerca de él lo miraban con curiosidad y emoción.

 

- Harry Potter, estoy realmente encantado - dijo Worple mirándolo muy de cerca - le estaba diciendo al profesor Slughorn el otro día ¿Dónde esta la biografía de Harry Potter que todos hemos estado esperando? –

 

- Esto... ¿De veras? – dijo Harry

 

- Tan modesto como Horace lo describió - dijo Worple - Pero en serio - de pronto su actitud se volvió más formal - estaría encantado de escribirla personalmente, ¡La gente está anhelando saber de tí muchacho, anhelando!. Si estuvieras preparado para concederme unas cuantas entrevistas, digamos de cuatro o cinco horas la sesión, así podríamos tener el libro terminado en unos meses, y todo sólo con un pequeño esfuerzo de tu parte, te lo aseguro, pregúntale a Sanguini si no es así, ¡Sanguini, quédate aquí!, -- de pronto le espetó Worple en tono severo al vampiro que estaba a punto de aproximarse al grupo más cercano de chicas con una mirada hambrienta -- -- ten aquí, un pastel de carne -- dijo Worple tomando uno de un elfo que iba pasando atiborrándole la mano a Sanguini antes de volver su atención a Harry -- -Mi querido muchacho, el oro que podrías ganar, no tienes idea -.

 

- Definitivamente no estoy interesado – dijo Harry firmemente - disculpe, acabo de ver una amiga mía - arrastró a Luna tras de si hacia la muchedumbre, en efecto acababa de ver una larga melena de cabello castaño desaparecer entre dos chicas que parecían miembros de las Brujas de Macbeth.

 

- ¡Hermione, Hermione! –

 

- ¡Harry, ahí estas, gracias a Dios! ¡Hola Luna! –

 

- ¿Qué te paso? - Preguntó Harry a Hermione que lucía claramente despeinada, parecía como si acabara de luchar por liberarse de Lazo del Diablo.

 

- Oh, acabo de escaparme, digo, de dejar atrás a Cromac - dijo ella - debajo del muerdago - añadió a su explicación, mientras Harry continuaba viéndola con mirada de interrogación.

 

- Creíste que era una buena idea venir con él - le dijo él severamente.

 

- Creí que era lo que más molestaría a Ron - dijo Hermione desapasionadamente - por un tiempo consideré a Zacharias Smith, pero pensé en todo el... –

 

- ¿Consideraste a Smith? Le revocó Harry

 

- Si, lo hice, y estoy empezando a desear haberlo escogido, McLaggen hace que Gwarp parezca un caballero. Vamonos por este lado, nos será más fácil ver si viene para acá, es tan alto... - los tres se dirigieron al otro lado del salón, achicando las bebidas de sus copas en el camino. Se dieron cuenta demasiado tarde de que la profesora Trewlaney se encontraba ahí, sola.

 

- Hola - dijo Luna saludando atentamente a la profesora Trewlaney.

 

- Buenas tardes querida - dijo la profesora Trewlaney enfocándose en Luna con cierta dificultad, Harry pudo percibir otra vez un olor a jerez para cocinar - Hace tiempo que no te he visto en mis clases -.

 

- No, me toco con Firenze este año - dijo Luna

 

-Ah, por supuesto - dijo molesta la profesora Trewlaney con una risilla de borracha - O Dobbin, como yo prefiero llamarlo. ¿Has pensado, o tal vez no, que ahora que estoy de regreso en la escuela el Profesor Dumbledore debería librarse del caballo? Pero no, compartimos clases... es un insulto, francamente un insulto sabes... - la Profesora Trewlaney parecía demasiado tomada para poder reconocer a Harry.

 

 

Mientras ella hacia su furiosa critica sobre Firenze, Harry aprovecho para acercarse a Hermione y decirle - Vamos a ser honestos, ¿Estas pensando en decirle a Ron que interferiste en las pruebas para seleccionar guardián? –

 

Hermione levantó las cejas - ¿Realmente crees que habría caído tan bajo? –

.

Harry la miro con sutileza - Hermione, si puedes invitar a McLaggen -.

 

 

- Hay una diferencia - dijo Hermione con dignidad - No tengo planes de decirle a Ron nada de lo que podría o no haber pasado en las pruebas para guardián -.

 

- Bien - dijo Harry fervientemente, - Porque él se caería a pedazos de nuevo, y perderemos el siguiente partido -.

 

- Quidditch - dijo muy enojada Hermione -¿Es todo lo que les importa a los chicos? Cormac no me ha hecho una sola pregunta acerca de mí, no, de lo único que habla es de “Las 100 grandes salvadas de McLaggen”... ¡Oh no, aquí viene! - Se movió tan rápido que parecía haber Desaparecido, en un momento estaba ahí, y al siguiente había logrado pasar por entre dos brujas que reían a carcajadas, y se esfumó.

 

- ¿Vieron a Hermione? - pregunto McLaggen un minuto después, abriéndose paso por entre la multitud.

 

- No, lo siento - dijo Harry, que giro rápidamente para unirse a la conversación de Luna, olvidando por un instante con quién estaba hablando ella.

 

- ¡Harry Potter! - dijo la profesora Trewlaney en un profundo y vibrante tono, reparando en él por primera vez.

 

- Oh, hola - dijo Harry sin mucho entusiasmo.

 

- Mi querido muchacho - dijo ella en un muy claro susurro. – ¡Los rumores! ¡Las historias! ¡El elegido!, Por supuesto tu lo sabias desde hace mucho tiempo...los presagios nunca fueron buenos Harry...pero, ¿Por qué no regresaste a Adivinación? ¡Para ti, para todos, esta asignatura es de suma importancia! -.

 

- ¡Ah, Sybill, todos pensamos que nuestras asignaturas son las más importantes! - dijo una voz fuerte, y Slughorn apareció al otro lado de la profesora Trewlaney, con la cara muy roja, su sombrero de terciopelo un poco ladeado, un vaso de hidromiel en una mano y un enorme pastel de carne en la otra. – ¡Pero no creo haber conocido jamás a alguien tan innato para las pociones! - dijo Slughorn refiriéndose a Harry con aprecio, sus negros ojos enrojecieron - Es instintivo, sabes, ¡Como su madre!. Yo sólo le he tenido que enseñar unas cuantas cosas... con esa clase de habilidad... te diré una cosa Sybill ¿Por qué aun Severus...? - Y para horror de Harry, Slughorn tiró de un brazo y pareció como si sacara a Snape del escaso aire que había alrededor de ellos. - ¡Deja de esconderte y únete a nosotros, Severus! - Slughorn hipeo felizmente - Justamente estaba hablando de las excepcionales pociones que puede hacer Harry, parte del crédito es tuyo, por supuesto, ¡Tu le enseñaste por cinco años!.

 

 

Atrapado, con el brazo de Slughorn alrededor de sus hombros, Snape recorrió con la mirada a Harry contrayendo sus ojos negros. – Es gracioso, nunca tuve la impresión de haberle podido enseñar nada al señor Potter –.

 

- ¡Bueno, entonces es una habilidad natural! Grito Slughorn -Debiste haber visto lo que hizo, primera lección, Poción de los Muertos Vivientes, nunca tuve a un estudiante que produjera algo mejor al primer intento, creo que ni siquiera Severus...-.

 

- ¿De verdad? - dijo Snape tranquilamente, sus ojos aun penetraban a Harry, quien sentía cierta inquietud, lo último que quería era que Snape empezara a investigar la fuente de su recién descubierta capacidad para hacer pociones.

 

- ¿Recuérdame que otras asignaturas estás tomando Harry? - pregunto Slughorn.

 

- Defensa contra las artes oscuras, Encantamientos, Transfiguraciones, Herbologia...-.

 

- En resumen, todas las asignaturas que se requieren para un Auror - dijo Snape con una mirada despectiva.

 

- Si, bueno, es lo que me gustaría ser - dijo Harry desafiante.

 

- ¡Y serás uno muy bueno! Bramó Slughorn.

 

- No creo que deberías ser un Auror, Harry - dijo Luna inesperadamente, todos voltearon a verla - Los Aurores son parte de la conspiración Rotfang, yo pensé que todos sabían eso, están planeando echar abajo al Ministerio de Magia desde adentro, usando una combinación de magia negra y mal de goma.

A Harry se le salió la mitad de su hidromiel por la nariz cuando comenzó a reírse, realmente valió la pena haber traído a Luna solo por esto. Emergiendo de su copa, tosiendo y empapado pero aun riendo, vio algo que calculó elevaría su espíritu aun más alto: Draco Malfoy siendo arrastrado de la oreja hacia ellos por Argus Filch.

 

- Profesor Slughorn - Filch resollaba con dificultad, su quijada temblorosay el maniático brillo detector de travesuras en sus hinchados ojos. – Descubrí a este chico escondiéndose en las escaleras del pasillo, él decía haber sido invitado a su fiesta, pero que no le enviaron a tiempo la invitación ¿Usted lo invitó? –

 

Malfoy logró safarse de Filch, mirándolo furioso -¡De acuerdo, no fui invitado! - dijo muy enojado - Estaba tratando de colarme ¿Contento? –

 

- ¡No, no lo estoy! - dijo Filch con regocijo en los ojos, tenía una declaración completa y e indiscutible. – ¡Estás en problemas, sí que lo estas!, ¿Acaso no dijo el Director que no merodearan por las noches a menos que tuvieran permiso, eh?.

 

- Está bien, Argus, está bien - dijo Slughorn haciendo un gesto con la mano - Es navidad y no es un crimen querer venir a la fiesta. Sólo por esta vez olvidemos los castigos; Te puedes quedar Draco -.

 

La expresión de agravio y decepción era perfectamente predecible, pero se preguntaba Harry por lo que podía ver, ¿Por qué Malfoy lucía casi igual de infeliz, y por qué Snape parecía enojado con Malfoy y...¿Sería posible?... ¿Un poco asustado también?. Pero justo antes de que Harry asimilara lo que había visto, Filch dio la vuelta y se alejo arrastrando los pies, refunfuñando por lo bajo; Malfoy habia recompuesto su expresión, ahora sonreia agradeciendo a Slughorn su generosidad, y el rostro de Snape volvia a ser inescrutable.

 

- No es nada, nada - dijo Slughorn rechazando el agradecimiento de Malfoy - Después de todo conocía a tu abuelo... –

 

- El siempre habló muy bien de usted señor - dijo Malfoy rápidamente -Decía que usted es el mejor que jamás haya conocido haciendo pociones -.

 

 

Harry miraba fijamente a Malfoy. No eran los halagos lo que lo intrigaba, había visto a Malfoy hacer eso con Snape durante mucho tiempo, era el hecho de que Malfoy, dentro de todo, lucía un poco enfermo. Esta era la primera vez en mucho tiempo que veía a Malfoy de cerca, y notó que ahora Malfoy tenia oscuras ojeras, y un marcado matiz grisáceo en la piel.

 

- Me gustaría hablar contigo, Draco - dijo de pronto Snape.

 

- Ahora Severus, - dijo Slighorn hipando de nuevo - Es navidad, no seas demasiado duro...-.

 

- Soy su Jefe de la Casa, y yo decidiré que tan duro ser - dijo Snape de manera cortante - sígueme Draco -.

 

 

Se fueron, Snape por delante guiándolo, Malfoy se veía resentido. Harry permaneció indeciso por un momento, entonces dijo - regreso en un segundo Luna...ehm...baño –.

 

- Esta bien – dijo Luna alegremente, él se fue deprisa pensando que lo había escuchado, tan pronto como se metió entre la multitud, ella retomó el tema de la conspiración Rotfang con la profesora Trewlaney, quien se veía sinceramente interesada. Fue fácil, una vez fuera de la fiesta, sacar en el pasillo que estaba totalmente desierto la capa de invisibilidad de su mochila y cubrirse con ella; lo que sí fue difícil era encontrar a Snape y Malfoy. Harry corría por el pasillo, el ruido de sus pisadas se disimulaba con la música y las fuertes voces que aun provenían de la oficina de Slughorn que había dejado atrás. Quizás Snape había llevado a Malfoy a su oficina en los calabozos, o quizá lo estaba escoltando de regreso a la sala común de Slytherin.... Harry iba puerta tras puerta presionando su oreja, recorriendo rápidamente el pasillo, hasta que, sacudiéndose de la emoción, se inclinó hasta la cerradura del último salón de clases del pasillo y escuchó voces.

 

-... no podemos permitir errores Draco, porque si eres expulsado... –

 

- No tenía nada que hacer al respecto ¿De acuerdo? –

 

- Espero que me estés diciendo la verdad, porque fue torpe e insensato, ya eras sospechoso de tener las manos metidas en eso –

 

- ¿Quién sospecha de mí? - - dijo Malfoy muy molesto - Por ultima vez, yo no lo hice, ¿OK? Esa chica Bell debe haber tenido algún enemigo del que nadie sabe nada... ¡No me mire así! ¡Sé lo que está haciendo, pero no le funcionara... Puedo detenerlo! -.

 

Hubo una pausa y luego dijo tranquilamente Snape - Ah... tu tía Bellatrix te ha estado enseñado Oclumancia, ya veo ¿Qué estas tratando de ocultar de tu Amo?

- ¡No estoy tratando de ocultar nada de él, solo quiero que usted no se meta en esto! - Harry presionó aun más su oreja contra la cerradura... Qué pudo haber hecho que Malfoy le hablara de esa manera a Snape, Snape era único maestro por el que siempre había mostrado respeto, y más aun, predilección.

 

- ¿Así que por eso es que me has estado evitando este semestre? ¿Tenías miedo de que interfiriera? Entiende, ¿Alguna vez alguien había dejado de venir a mi oficina cuando le decía repetidamente que lo quería ahí Draco? -.

 

- ¡Pues póngame en detención! -¡Repórteme con Dumbledore! - dijo Malfoy en tono burlón.

 

 

Hubo otra pausa, entonces Snape dijo - Sabes perfectamente bien que no quiero hacer ninguna de esas cosas -.

 

- ¡Entonces será mejor que deje de decirme que vaya a su oficina! -.

 

- Escúchame - dijo Snape bajando tanto la voz que Harry tuvo que presionar fuertemente su oreja contra la cerradura - Estoy tratando de ayudarte, le juré a tu madre que te protegería. Hice la Promesa Inquebrantable, Draco -.

 

- ¡Parece que tendría que romperla entonces, porque no necesito su protección!, Es mi trabajo, él me lo dio y lo estoy haciendo, tenía un plan y va a funcionar; sólo esta tomando más tiempo de lo que debía -.

 

- ¿Cuál es tu plan? -.

 

- ¡No es asunto suyo! -.

 

- Si me dices lo que estas tratando de hacer, podría ayudarte...-.

 

- ¡Tengo toda la ayuda que necesito, gracias, no estoy solo! -.

 

- Ciertamente estabas solo esta noche, lo cual fue extremadamente tonto, deambulando por los pasillos sin guardias ni respaldo, esos son errores elementales -.

 

- ¡Crabble y Goyle hubieran estado conmigo si usted no los hubiera puesto en detención! -.

 

- ¡Baja la voz! - le espetó Snape, porque la voz de Malfoy había subido con la excitación. – Si tus amigos Crabble y Goyle tienen la intención de pasar su TIMO de Defensa Contra la Artes Oscuras este año, necesitaran trabajar un poco más duro de cómo lo han estado haciendo hasta aho...-.

 

- ¿Y eso que importa? - dijo Malfoy -Defensa Contra las Artes Oscuras es una broma ¿O no? Parte de una representación. Como si alguno de nosotros necesitáramos protegernos de las artes oscuras...-.

 

 

- ¡Es una “parte” que es crucial para el triunfo, Draco! -- dijo Snape - ¿Dónde piensas tú que hubiera estado todos estos años si no supiera esa “parte”? ¡Ahora escúchame!, Estas siendo incauto, deambulando por las noches, dejando que te atrapen y depositando tu confianza en asistentes como Crabble y Goyle -.

 

 

- ¡No son los únicos, tengo a otras personas de mi lado, que son mejores! -.

 

- Entonces por qué no confías en mi, yo puedo...-.

 

 

- ¡Sé lo que quiere hacer! ¡Quiere robar mi gloria! -.

 

 

Hubo otra pausa, entonces Snape dijo fríamente - Estas hablando como un niño, entiendo bien que la captura y encarcelamiento de tu padre te alteró, pero...-.

 

Harry tuvo apenas un segundo de advertencia; escucho los pasos de Malfoy al otro lado de la puerta y se arrojo lejos de su camino justo cuando se abrió violentamente. Malfoy se alejaba a zancadas por el pasillo, pasóla puerta abierta de Slughorn y dio vuelta en la esquina más distante, fuera de su vista. Apenas atreviéndose a respirar, Harry permaneció agachado mientras Snape salía lentamente del salón de clases. Con expresión insoldable regreso a la fiesta. Harry permaneció en el piso, su mente corría.

 

 

Capítulo 16: Unas Navidades muy frías

 

- ¿Así que Snape estaba ofreciéndose a ayudarle? ¿Estaba claramente ofreciéndose a ayudarle?

 

- Si lo preguntas otra vez- dijo Harry- te voy a clavar esta raíz.

 

- ¡Sólo quiero comprobarlo!- dijo Ron. Estaban sentados solos cerca del fregadero de la cocina de La Madriguera, pelando una montaña de raíces para la señora Weasley. Frente a ellos, la nieve caía poco a poco al otro lado de la ventana.

 

-¡Sí, Snape estaba ofreciéndose a ayudarle!-dijo Harry.- Dijo que había prometido a la madre de Malfoy que lo protegería, que había hecho un Juramento Inquebrantable o algo así.

 

-¿Un Juramento Inquebrantable?-dijo Ron, pareciendo aturdido.- No, Snape no puede haber… ¿estás seguro?

 

- Sí, estoy seguro -dijo Harry. ¿Por qué, qué significa eso?

 

- Bueno, un Juramento Inquebrantable no puede romperse…

 

- Aunque parezca raro, eso ya lo había descubierto solo. ¿Y qué pasa si se rompe?

 

- Mueres- dijo Ron simplemente.- Cuando tenía cinco años, Fred y George intentaron que hiciera uno. Casi lo consiguen, ya estaba dándole la mano a Fred cuando Papá nos encontró. Se puso furioso- dijo Ron, con un brillo de recuerdo en los ojos. - Es la única vez que he visto a Papá tan enfadado como Mamá. Fred dice que desde entonces su trasero no ha sido el mismo.

 

- Sí, claro… pero sin tener en cuenta el trasero de Fred…

 

- ¿Cómo has dicho?- se escuchó decir a la voz de Fred, a la vez que los gemelos entraban en la cocina.

 

- Ehh…George, mira esto. Están usando cuchillos y de todo. ¡Dales tu bendición!

 

- Dentro de dos meses ya tendré diecisiete años- exclamó Ron malhumorado- ¡y entonces ya podré hacerlo con magia!

 

-Pero hasta entonces,- dijo George, sentándose en la mesa de la cocina y poniendo sus pies encima de ésta- podemos divertirnos viendo como haces una demostración sobre el uso correcto de un…

 

- ¡Mira lo que me has hecho hacer!- dijo Ron furiosamente, chupándose un corte en el pulgar- ¡espera hasta que tenga diecisiete y…!

 

- Seguro que nos deslumbras con técnicas mágicas desconocidas- bostezó Fred.

 

- Y hablando de técnicas desconocidas, Ronald,- dijo George, - ¿qué es eso que hemos oído acerca de ti y una señorita llamada- a menos que nuestra información no sea correcta- Lavender Brown?

 

Ron se puso un poco rosa, pero no pareció ofendido mientras volvía a sus coles.

 

-Métete en tus asuntos.

 

- Qué irascible te pones- respondió Fred.- Realmente no sé qué piensas de ellos. No, bueno, lo que queremos saber es... ¿cómo pasó?

 

- ¿Qué quieres decir?

 

- ¿Ella tuvo un accidente o algo?

 

-¿Qué?

 

- Bueno, ¿cómo sufrió un daño cerebral tan amplio? ¡Eh, cuidado ahora!

 

La señora Weasley entró en la habitación justo a tiempo de ver a Ron lanzar el cuchillo de las raíces a Fred, que lo convirtió en un avión de papel con un vago movimiento de su varita.

 

-¡Ron!- exclamó ella furiosa.- ¡No quiero volverte a ver otra vez lanzando cuchillos de esa manera!

 

-Yo no- dijo Ron,- ya verás…añadió en voz baja, dándose la vuelta hacia el montón de raíces.

 

- Fred, George, lo siento, queridos, pero Remus llegará esta noche, así que tendrán que darle un lugar a Bill con ustedes dos.

 

- No hay problema- dijo George.

 

- Entonces, si Charlie no viene a casa, Harry y Ron se quedan en el desván, y si Fleur se pone con Ginny…-

 

- Seguro que eso hará felices las Navidades a Ginny…-murmuró Fred.

 

-… y así todos deberíamos estar cómodos. Bueno, de todas maneras, tendrán una cama –dijo la señora Weasley, con voz algo agobiada.

 

- ¿Al final no vamos a ver la fea cara de Percy entonces?- preguntó Fred.

 

La señora Weasley se dio la vuelta, antes de contestar.

 

- No, estará ocupado, me imagino, en el Ministerio.

 

- O es el mayor imbécil del mundo- dijo Fred, mientras la señora Weasley dejaba la cocina. –Una de las dos. Bueno, vamos a seguir entonces, George.

 

- ¿Qué están tramando?- preguntó Ron.- ¿No pueden ayudarnos con estas raíces? Sólo tienen que usar la varita, y ¡así nosotros estaremos libres también!

 

- No, creo que no podemos hacer eso- dijo Fred seriamente. – Aprender a pelar raíces sin magia es algo muy bueno para construir el carácter y todo eso te hace apreciar lo difícil que es para los Muggles y los Squib…

 

- Y si quieres que la gente te ayude, Ron, - añadió George, lanzándole el avión de papel- yo no les tiraría cuchillos. Sólo es un pequeño consejo. Nos vamos hacia el pueblo, hay una chica muy guapa que trabaja en la papelería, que piensa que mis juegos de cartas son algo maravilloso…casi como magia de verdad…

 

- Idiotas…- dijo Ron tristemente, mirando a Fred y George marcharse a través del patio nevado.- Sólo les habría costado diez segundos, y ahora podríamos habernos marchado también.

 

- Yo no –dijo Harry.- Le prometí a Dumbledore que no saldría por ahí mientras estoy aquí.

 

- Sí, claro…- respondió Ron. Peló unas cuantas raíces más y entonces dijo- ¿Le contarás a Dumbledore la conversación que oíste entre Snape y Malfoy?

 

- Sí- respondió Harry.- Se lo diré a todo el que pueda pararlo y Dumbledore es el primero de la lista. Creo que también debería tener otra conversación con tu padre.

 

- Sin embargo, es una lástima que no oyeras lo que Malfoy está haciendo realmente.

 

- No podría haberlo oído, ¿no? Eso es lo importante, que se negara a decírselo a Snape.

 

Hubo un silencio por un instante o dos y entonces Ron dijo- Claro que ¿sabes lo que dirán todos? ¿Papá y Dumbledore y todos ellos? Dirán que Snape no está intentando ayudar realmente a Malfoy, que sólo está intentando averiguar lo que Malfoy se trae entre manos.

 

- Ellos no le oyeron- afirmó Harry, rotundamente.- Nadie es tan buen actor, ni siquiera Snape.

 

- Ya…sólo estoy diciendo que…-dijo Ron.

 

Harry se giró para mirarle, con el ceño fruncido.

 

- Crees que tengo razón, ¿no?

 

- ¡Claro que sí, te creo!- exclamó Ron precipitadamente- En serio, ¡claro! Pero todos ellos están convencidos de que Snape está en la Orden, ¿no?

 

Harry se quedó callado. Ya se le había ocurrido antes que esa sería la principal objeción a su nueva evidencia, incluso podía oír a Hermione:

 

- Harry, es evidente que estaba fingiendo que ofrecía su ayuda para engañar a Malfoy y que así le dijera lo que está haciendo…

 

No obstante, esto era pura imaginación, ya que Harry no había tenido oportunidad de contarle a Hermione lo que había oído por casualidad. Ella había desaparecido de la fiesta de Slughorn antes de que él volviera, o eso le había dicho McLaggen furioso, y ella ya se había acostado cuando Harry volvió a la Sala Común. Como él y Ron se habían marchado temprano hacia La Madriguera, apenas había tenido tiempo de desearle una Feliz Navidad y de decirle que tenía noticias muy importantes que contarle a su regreso de las vacaciones. Sin embargo, Harry no estaba absolutamente seguro de que Hermione le hubiera oído; justo en ese momento, Ron y Lavender se habían estado despidiendo a conciencia delante suyo, no precisamente con palabras.

 

Aún así, incluso Hermione no podría negar una cosa: Malfoy se traía algo entre manos, y Snape lo sabía, así que Harry se sentía completamente justificado para afirmar “Te lo dije”, lo cual ya había dicho antes unas varias veces a Ron.

Harry no tuvo oportunidad para hablar con el señor Weasley, que estaba trabajando hasta muy tarde en el Ministerio, hasta la tarde de Nochebuena. Los Weasleys y sus invitados estaban sentados en la sala de estar, la cual Ginny había decorado con tanto lujo que más bien parecía que estuvieran sentados en medio de una explosión de cadenas de papel. Fred, George, Harry y Ron eran los únicos que sabían que el ángel en la copa del árbol era en realidad un gnomo de jardín que había mordido a Fred en el tobillo, mientras recogía zanahorias para la cena de Navidad. Aletargado, pintado de dorado, embutido en un tutú en miniatura y con unas pequeñas alas pegadas en su espalda, miraba a todos desde arriba con el ceño fruncido, el ángel más feo que Harry había visto nunca, con una enorme cabeza tan calva como una patata y unos pies bastante peludos.

 

Se suponía que todos deberían estar escuchando la retransmisión de Navidad de la cantante preferida de la señora Weasley, Celestina Warbeck, cuya voz gorjeaba desde la enorme radio de madera. Fleur, que parecía encontrar a Celestina muy aburrida, estaba hablando tan alto desde un rincón, que la enfadada señora Weasley mantenía su varita apuntando hacia el control del volumen, de modo que Celestina se escuchaba cada vez más alto. Al abrigo de un particularmente llamativo número llamado “Un caldero lleno de amor caliente y fuerte”, Fred y George lanzaron un Snap explosivo hacia Ginny. Ron siguió lanzando miradas disimuladas hacia Bill y Fleur, como esperando… Entretanto, Remus Lupin, más delgado y más desmejorado que nunca, estaba sentado junto al fuego, con los ojos clavados en el fondo de las llamas, como si no pudiera escuchar la voz de Celestina.

 

Oh, ven y remueve mi caldero,

Y si lo haces con esmero

Te herviré un amor caliente y fuerte

Y así esta noche será ardiente.

 

- ¡Lo bailábamos cuando teníamos dieciocho años!- dijo la señora Weasley, enjugándose los ojos en la calceta.- Arthur, ¿te acuerdas?

 

- Mphf?- dijo el señor Weasley, cuya cabeza había estado inclinándose sobre la naranja que estaba pelando.- Oh, sí, una melodía maravillosa…

 

Haciendo un esfuerzo, se sentó algo más erguido, y volvió la cabeza hacia Harry, que estaba sentado a su lado.

 

- Perdona por esto- dijo, sacudiendo su cabeza hacia la radio, mientras Celestina comenzaba a cantar el estribillo.- Se acabará pronto.

 

- No pasa nada- respondió Harry, sonriendo abiertamente.- ¿Ha habido mucho trabajo en el Ministerio?

 

- Mucho- dijo el señor Weasley.- No me importaría si estuviéramos llegando a alguna parte, pero dudo que alguna de las tres detenciones que hemos hecho en los dos últimos meses corresponda a un mortífago auténtico. Bueno, esto no lo repitas, Harry- añadió rápidamente, pareciendo de repente mucho más despierto.

 

- Ya no retienen a Stan Shunpike, ¿no?- preguntó Harry.

 

- Me temo que sí- dijo el señor Weasley.- Sé que Dumbledore intentó hablar directamente a Scrimgeour acerca de Stan… quiero decir, cualquiera que le haya entrevistado realmente, está de acuerdo en que tiene lo mismo de Mortífago que esta naranja, pero los altos cargos quieren aparentar que estuvieran haciendo algún progreso, y “tres detenciones” suena mejor que “tres detenciones erróneas y luego puestas en libertad”, pero, te repito, esto es todo alto secreto…

 

- No diré nada- dijo Harry. Dudó por un momento, preguntándose cómo enfocar lo que quería decir; mientras ponía en orden sus ideas, Celestina Warbeck comenzó una balada llamada “Encantaste el corazón fuera de mí”

 

- Señor Weasley, ¿se acuerda de lo que le dije en la estación cuando íbamos a partir hacia el colegio?

 

- Lo comprobé, Harry- dijo inmediatamente el señor Weasley.- Fui y registré la casa de los Malfoy. No había nada, ni roto ni entero, que no debiera estar allí.

 

- Sí, lo sé, leí en El Profeta que había estado mirando… pero esto es algo distinto…bueno, algo más…

 

Y contó al señor Weasley todo lo que había oído por casualidad entre Malfoy y Snape. Mientras Harry hablaba, vio la cabeza de Lupin girar un poco hacia él, atendiendo a cada palabra. Cuando hubo terminado, hubo un silencio, sólo roto por el canturreo de Celestina.

 

Oh, mi pobre corazón, ¿dónde se ha ido?

Me ha dejado por una temporada…

 

- Harry, se te ha ocurrido- dijo el señor Weasley- que Snape estuviera simplemente fingiendo…

 

- ¿Fingiendo que ofrecía su ayuda, para así averiguar qué se trae Malfoy entre manos?- dijo rápidamente Harry.- Sí, pensé que diría eso. Pero, ¿cómo lo sabemos?

 

- Saberlo no es asunto nuestro- dijo Lupin inesperadamente. Había girado su espalda hacia el fuego, y ahora miraba a Harry de frente, al otro lado del señor Weasley.- Es asunto de Dumbledore. Dumbledore confía en Severus, y eso debería ser suficiente para todos nosotros.

 

- Pero- dijo Harry,- tú piensas que Dumbledore se equivoca con Snape.

 

- La gente lo ha dicho, muchas veces. No importa si confías o no en el juicio de Dumbledore. Yo lo hago, por lo tanto, confío en Severus.

 

- Pero Dumbledore puede equivocarse- discutió Harry. Él mismo lo dijo. Y tú…

 

Miró a Lupin directamente a los ojos.

 

- ¿De verdad te gusta Snape?

 

- Ni me gusta ni me disgusta Severus- dijo Lupin.- No, Harry, estoy diciendo la verdad- añadió, mientras Harry ponía una expresión escéptica.- Nunca seremos amigos íntimos, quizás; después de todo lo que pasó entre James y Sirius y Severus, hay también mucho más rencor. Pero yo no puedo olvidar que durante los años que enseñé en Hogwarts, Severus hizo la Poción Curativa de Lobos para mí todos los meses, la hizo perfectamente, y así no tuve que sufrir como hago normalmente cuando hay luna llena.

 

- Pero, “accidentalmente” dijo que eres un hombre-lobo, y ¡tuviste que irte!- dijo Harry furiosamente.

 

Lupin se encogió de hombros.

 

- Se habría sabido de todas maneras. Los dos sabíamos que él quería mi empleo, pero él podía haberme causado un daño mucho mayor, estropeando la poción. Pero me mantuvo sano. Debo estarle agradecido.

 

- ¡Quizá no se atrevió a estropear la poción, con Dumbledore vigilándole!- dijo Harry.


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