SABÍAS QUE ? Fallece Salvador Dalí (1989)

¿SABÍAS QUE…?

1. Cuando los tripulantes revisaron el depósito de combustible en la isla de Fernando de Noronha se dieron cuenta de que no les hubiera dado más que para unos pocos minutos de vuelo.

2. El Plus Ultra fue regalado a la República de Argentina y está expuesto en el Museo de Luján de Buenos Aires.

3. En el Museo del Aire de Cuatro Vientos (Madrid) hay una réplica a tamaño real del hidroavión.

23 de enero

 Fallece Salvador Dalí (1989)

Salvador Dalí falleció, según el parte médico, a las 10:15 de la mañana del lunes 23 de enero de 1989 en el hospital comarcal de la ciudad que le vio nacer, Figueres (1904), a los ochenta y cuatro años de edad, tranquila y dignamente, según dijeron los que le acompañaron en sus últimas horas: su abogado, el alcalde de Figueres y su mayordomo.

Nada más trascender la noticia, la reacción general no se hizo esperar ni entre la población ni entre las diversas personalidades de instituciones culturales y políticas: el Ayuntamiento de Figueres decretó tres días de luto oficial y los balcones de la ciudad se llenaron de crespones negros; el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, acudió a la localidad del Empordà el mismo día, y tanto los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, como el presidente del Gobierno, Felipe González, enviaron sentidos telegramas al consistorio catalán, a la Generalitat y al presidente de la Fundación Gala-Salvador Dalí. Al día siguiente, el público pudo despedirse del genial artista en la capilla ardiente, que fue instalada en la Torre Galatea, en el Teatro-Museo Dalí de Figueres, donde fue enterrado.

Dalí fue el representante del surrealismo pictórico en España y uno de los artistas internacionales más importantes de su época. Pintor de depuradísima técnica y amante de los clásicos, estudió la evolución del arte en la época de las vanguardias del primer tercio del siglo XX. Las críticas que recibió su obra en su etapa surrealista le fueron separando paulatinamente de esta corriente para ofrecer otra versión de su pintura, mucho más personal y genial. En sus primeros años, cuadros como El manifiesto amarillo (1928) o la película que hizo con Buñuel, Un perro andaluz (1929), causaron gran escándalo, pero el pintor se convirtió en la figura más importante del surrealismo pictórico. En aquella época Dalí residía en París, y fue allí donde conoció a la mujer de Paul Éluard, Gala, el gran amor de su vida y con quien terminó casándose. Después de la Guerra Civil, vivió en Italia y en Estados Unidos, y regresó a España en 1948. Aquí desarrolló la tradición espiritual de los Murillo, Zurbarán y otros, o el misticismo literario de santos como Juan de la Cruz o Teresa de Jesús. Sus obras más famosas son La persistencia de la memoria (1931), Presagio de la guerra civil (1936), su versión de El ángelus de Millet o su Cristo de san Juan de la Cruz (1951), todas ellas de inconfundible e indudable originalidad. Sospechoso, sin embargo, de simpatizar con el fascismo, esto le valió la ruptura con algunos de los representantes del vanguardismo, de los que ya había empezado a alejarse motu proprio.

La muerte de Gala en 1982 le sumió en una profunda tristeza, abriendo las puertas de un largo y lento camino hacia la muerte. Es probable que la única pega a su forma de proceder en España fuera su adhesión pasiva, o no tanto, al franquismo. Pero si esto fue así, es momento quizá de recordar una frase que el propio artista dijo para explicar lo que en su opinión era un verdadero pintor: «… aquel que es capaz de pintar pacientemente una pera rodeado de los tumultos de la historia».