SABÍAS QUE ? Referéndum de la Ley para la Reforma Política (1976)

¿SABÍAS QUE…?

 

1. España apareció en el último lugar de los países admitidos sencillamente porque fue el último Estado en enviar la solicitud (30 de septiembre de 1955).

2. El 15 de diciembre de 1955, el diario ABC titulaba así la noticia (página 31): «España ha entrado en la ONU por diez votos y una abstención (Bélgica)».

3. Además de Bélgica, también se abstuvo México, que colaboraba con el Gobierno español republicano en el exilio, cuyos miembros hicieron lo posible para que el país americano votara en contra de la admisión de España.

 

15 de diciembre

 

 Referéndum de la Ley para la Reforma Política (1976)

Con el acceso a la presidencia del Gobierno de Adolfo Suárez (julio de 1976) dio comienzo la fase crítica de la transición democrática en España. Pieza clave en este proceso fue la Ley para la Reforma Política, que, en resumidas cuentas, debía conducir posteriormente a la convocatoria de elecciones generales libres. Una vez aprobado el proyecto por la amplia mayoría de las Cortes franquistas —hecho en sí extraordinario, ya que implicaba la disolución de la institución «representativa»—, fue anunciado su sometimiento a referéndum nacional para el 15 de diciembre de 1976.

La primera campaña electoral auténtica en décadas dio comienzo entre la expectación de unos y la desidia de otros. Algunos se preguntaban si la consulta era de verdad o si, por el contrario, tenía el carácter de las anteriores. Pronto se vio que la campaña se disputaría en un terreno abierto con más opciones que las que cabría atribuir a un referéndum, apoyadas por formaciones de gran disparidad ideológica. A pesar de los contactos con Suárez, la oposición antifranquista se negó a apoyar el nuevo texto legal, aunque no se opuso abiertamente y se limitó a promover débilmente la abstención, en el caso de los grupos de izquierda, o a otorgar libertad de voto en el de los democristianos, liberales y socialdemócratas. Es decir, salvo en el caso del «NO» a la ley o a favor del voto en blanco —ahí se ubicaron los partidos de extrema derecha—, la izquierda, el centro y la derecha podían encontrarse en las demás opciones. Por destacar los más conocidos, en el lado del «SÍ» se situaron partidos como Alianza Popular o el Partido de Acción Socialista (PASOC); en el de la libertad de voto, la monárquica Alianza Liberal y nacionalistas como Esquerra Republicana de Catalunya o Unió Democràtica de Catalunya, y en el de la abstención, el PSOE, demás partidos socialistas, el PCE, demás partidos comunistas y Falange Española Auténtica.

La propaganda electoral oficial fue clara desde el primer momento y sus eslóganes, dirigidos directamente al ciudadano, se posicionaban a favor del objeto de la ley que iba a someterse a referéndum: «Tu voz es tu voto», «Si quieres la democracia, vota», «La democracia la hacemos entre todos votando». Los mensajes parecían el preámbulo de la papeleta del «SÍ» a la pregunta que los votantes iban a encontrarse en los colegios electorales: «¿Aprueba el proyecto de LEY para la REFORMA POLÍTICA?». Con todo este bagaje acumulado en la campaña, además del concepto «reforma política» destacado en mayúsculas en la papeleta, no es de extrañar que el 15 de diciembre de 1976 el 94,2 % de los votantes se manifestara afirmativamente.

Aquel miércoles de diciembre acudieron a las urnas 17.600.000 españoles, el 77,7 % del censo electoral, una participación altísima comparada con el resto de comicios venideros. Votó en contra solo el 2,6 %, incluso menos de los que lo hicieron en blanco (casi el 3 %). La Ley para la Reforma Política, refrendada casi unánimemente por los ciudadanos, abría una clara y novísima etapa de la historia de España.


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