SABÍAS QUE ? Sí a la OTAN (1986)

¿SABÍAS QUE…?

 

1. Entre las personas fallecidas, 141 eran de nacionalidad española; el resto procedía de otros dieciséis países.

 

12 de marzo

 

Tras su llegada a la Presidencia del Gobierno a finales de 1982, Felipe González fue poco a poco modificando su postura acerca de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). El Gobierno anterior de Calvo-Sotelo había aprobado su incorporación a la institución transnacional, pero el PSOE, contrario desde tiempo atrás con su eslogan «OTAN, de entrada no» tuvo que cambiar de parecer y defender la permanencia. González, su principal valedor, había prometido, eso sí, un referéndum —incluido en el programa electoral que le dio su primera victoria—, que se convertiría en uno de los acontecimientos críticos del primer Gobierno del PSOE. La aparente solución se haría a través de condicionar la pregunta de la consulta popular sobre el mantenimiento de España en la OTAN a la no integración en su estructura militar, a la prohibición expresa de instalar artefactos nucleares en territorio nacional y a la paulatina reducción de las tropas y bases estadounidenses sobre suelo español. La cuestión en concreto fue: «¿Considera conveniente para España permanecer en la Alianza Atlántica en los términos acordados por el Gobierno de la Nación?».

Recién oficializada la entrada de España en la Comunidad Económica Europea (CEE), el 1 de enero de 1986, el tema de la OTAN no solo supuso una auténtica disyuntiva en la sociedad española, sino también en el seno del PSOE, en el que una parte importante de la militancia rechazaba abierta y rotundamente ese cambio radical de parecer que enturbiaba la ideología renovada de los socialistas españoles en el Congreso de Suresnes (1974). Incluso la Unión General de Trabajadores (UGT), sindicato vinculado ideológicamente al PSOE, pidió el «NO» hasta el último día de campaña electoral. De la misma forma inexplicable, pero al contrario, Alianza Popular (AP), cuyos miembros siempre se habían caracterizado por su fuerte defensa de pertenecer a una organización militar como la atlántica, dio un giro de ciento ochenta grados y pasó a defender la abstención en el referéndum. El Partido Comunista (PCE), por su parte, fue de los pocos grupos políticos que permanecieron fieles a su ideario, manifestándose en contra de la Alianza Atlántica.

Salvo el caso del PCE como formación política de peso, aquellos sinsentidos ideológicos repentinos en los partidos principales colaboraron enormemente a generar un caos en la intención de voto del electorado que llegó hasta el mismo día de los comicios: los resultados de las encuestas publicadas en los últimos días de campaña curiosamente daban la victoria al «NO», con una diferencia sensible con el «SÍ» (a más de diez puntos de media). Pero tras una intensa campaña de lavado de imagen —que se remontaba incluso hasta días antes de la convocatoria, en enero de 1986— en que Felipe González hubo de comprometer su prestigio personal, el referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN se celebró el 12 de marzo de 1986. Un 52,5 % de los votantes se manifestó en favor de ella, un 39,8 % lo hizo en contra y un no desdeñable 6,5 % votó en blanco. La abstención, promovida por la oposición conservadora, superó el 40 %.


Понравилась статья? Добавь ее в закладку (CTRL+D) и не забудь поделиться с друзьями:  



double arrow
Сейчас читают про: