SABÍAS QUE ? Pragmática Sanción contra las costumbres de los moriscos (1566)

¿SABÍAS QUE…?

 

1. Se dice que el embajador español, tras besar la mano de Felipe V, dijo: «Ya no hay Pirineos», lo que provocó la risa de los presentes.

2. Felipe V abdicó la Corona de España (1724) en su hijo Luis, pero, al fallecer este a los ocho meses, volvió a asumir el trono.

3. Felipe V mantiene el récord de protagonizar el reinado más largo de la historia de España (cuarenta y seis años).

 

17 de noviembre

 

 Pragmática Sanción contra las costumbres de los moriscos (1566)

Tras el ataque de los otomanos a Menorca de 1558 y el merodeo que posteriormente hicieron en la costa mediterránea, desde Tarragona hasta Málaga, la inquietud de los cristianos fue en aumento, pero, más que por la presencia del turco, por la actitud de los moriscos de Aragón y Granada, que mostraban su algarabía sin ningún reparo, confiando en que estos reinos caerían en manos del sultán de Constantinopla. Así lo denunciaron los inquisidores en la Corte de Felipe II, hasta entonces más preocupados por el comportamiento herético de los cristianos que por la forma de vida de los musulmanes supuestamente conversos.

En la década de 1560 la Inquisición comenzó a meter el ojo cada vez más en los territorios con amplia población morisca, hasta que en 1564 se le permitió intervenir cuando se tuvieran noticias de que los moros practicaban ceremonias moras, cuando impidiesen el proceso de asimilación del cristianismo entre la población vecina y cuando se comprobara que los líderes locales hacían lo posible para que sus costumbres fueran practicadas de forma general entre sus gentes.

Dos años después, una junta de prelados, juristas y militares acordaron recomendar a Felipe II la aplicación de una serie de prohibiciones viejas contra la población musulmana. El rey accedió, y el 17 de noviembre de 1566 firmó una orden, en forma de Pragmática Sanción (disposición fundamental de alto valor normativo), «para que de aquí en adelante los moriscos del Reino de Granada, en las bodas, desposorios, velaciones y fiestas que hicieren no usen de ritos ni ceremonias moriscas y guarden la Santa Madre Iglesia».

La norma daba un plazo de tres años a los moriscos para que cumplieran sus disposiciones, que podrían resumirse en una serie de obligaciones y prohibiciones. Por ejemplo, se prohibía hablar, leer o escribir en árabe, usar nombres y sobrenombres moros, celebrar los viernes, cantar y bailar a la forma morisca —aunque las canciones no fueran contrarias al cristianismo—, utilizar los baños artificiales (hammam), tener esclavos y que las mujeres se maquillasen con alheña (henna) o se cubrieran la cara. También se obligaba a quienes poseyeran libros escritos en lengua árabe que los entregaran a las autoridades (Chancillería de Granada), que vistieran a la forma castellana, que tuvieran las puertas y ventanas de sus casas abiertas para vigilar sus oraciones y que celebraran las bodas, velaciones y fiestas a la manera cristiana. Asimismo se anularían todos aquellos contratos que estuvieran redactados en árabe.

Los plazos comenzaron a contar a partir del primer día del año siguiente. La tensión en todas las comunidades moriscas y, sobre todo, en el reino de Granada fue en aumento, a pesar de que la propia Inquisición no empleó todos los medios a su alcance, que la Iglesia de Granada se reunió en asamblea para impulsar la asimilación del morisco más que a denunciarlo y que una comisión de notables moriscos elevó peticiones al rey. No se pudo evitar: en diciembre de 1568 estalló la llamada rebelión de las Alpujarras.


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