¿SABÍAS QUE…?
1. El poeta Miguel Hernández estuvo en el frente de Teruel y dedicó varios poemas a la batalla.
2. Desde el 15 de diciembre hasta el 8 de enero se simultanearon tres grandes nevadas y dos olas de frío en la zona. Con el viento, se llegaron a sufrir sensaciones térmicas inferiores a los treinta grados bajo cero.
9 de enero
Primer vuelo con éxito del autogiro (1923)
Juan de la Cierva y Codorniu (Murcia, 1895-Croydon, Reino Unido, 1936) era un ingeniero de caminos y construcciones aeronáuticas interesado principalmente en la aviación, ya que, además, era piloto aviador de primera clase. Con veinticuatro años construyó el segundo trimotor de la historia —el primero fue el Caproni italiano—, que consiguió hacer volar pero no aterrizar, porque se destruyó durante la prueba.
Esto fue lo que le llevó a preocuparse por la estabilidad de la nave durante el aterrizaje. Por ello diseñó un vehículo que, en caso de parada de motor repentina durante el vuelo, cayera lenta y suavemente, como lo hacen algunas hojas de árbol, en leve autogiro. El aparato se sostendría por medio de un ala rotatoria de movimiento libre, que giraría por la acción de las fuerzas aerodinámicas, mientras la propulsión la proporcionaría una hélice como la de los aviones. Es decir, construyó un híbrido de aeroplano y helicóptero. En efecto, para finales de 1922 ya tenía terminado el diseño, el Cierva C.4, y el 9 de enero de 1923 ensayó su prototipo en el aeródromo de Cuatro Vientos (Madrid). El piloto Alejandro Gómez Spencer consiguió elevarlo a unos veinticinco metros de altura y desplazarlo en el aire a casi doscientos metros de distancia. Fue tal el éxito que pronto se interesaron por él los Gobiernos de Reino Unido y Francia. De la Cierva hizo demostraciones en estos países y más tarde en Italia, Alemania y Estados Unidos. Al año siguiente consiguió trasladarlo del aeródromo de Getafe al de Cuatro Vientos (10,1 kilómetros). Había nacido el autogiro.
Para comercializar el aparato, patentó su denominación y constituyó la sociedad británica The Cierva Autogiro Co., aunque se reservó la exclusiva para explotarlo en España, y se crearon otras compañías para diseñar sus patentes en otros países, como The Autogiro Company of America. De la Cierva adquirió entonces fama mundial y obtuvo numerosas distinciones y premios.
En 1929, el autogiro alcanzó su consagración científica con la travesía del Canal de la Mancha (33 kilómetros), pero cinco años después De la Cierva efectuó otro vuelo de ida y vuelta entre Inglaterra y España, esta vez desde Valencia, para descender sobre el portaaviones Dédalo, operación que se realizaba por primera vez en la historia.
El autogiro hizo que Alemania retomara definitivamente la carrera hacia la fabricación del helicóptero, que llevaba tiempo en proceso de estudio. El primer modelo de este tipo salió a la luz en 1937, y la popularidad del autogiro fue en poco tiempo desplazada por la del helicóptero.
El accidente aéreo que acabó con la vida de Juan de la Cierva el 9 de diciembre de 1936 parecería indicar que el ingeniero y piloto murió con las botas puestas, pero realmente ocurrió durante un vuelo comercial de pasajeros en el sur de Londres.






