SABÍAS QUE ? Promulgación del Decreto de Nueva Planta de Cataluña (1716)

¿SABÍAS QUE…?

 

1. Según la Historia General de España (1821), Isabel dijo a Fernando antes de la firma: «Sería yo muy necia si a vos yo no estimase más que a todos los Reinos. Donde fuere yo Reina, vos seréis Rey; quiero decir, Gobernador de todo sin límite ni excepción alguna. Esta es nuestra determinación, y será para siempre».

 

16 de enero

 

 Promulgación del Decreto de Nueva Planta de Cataluña (1716)

Las postreras disposiciones políticas dictadas por el último rey español de la Casa de Austria, Carlos II de España, por las que Felipe de Anjou (Felipe V de España) accedería en 1700 al trono español, no fueron respetadas en lo que respecta al mantenimiento de las leyes propias de cada territorio. Durante la Guerra de Sucesión española (1700-1715), el nuevo monarca impulsó los Decretos de Nueva Planta (1707), que para la corona de Aragón significaron un drástico cambio en su dependencia política: los fueros y órganos de autogobierno de sus cuatro territorios principales (Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca) fueron suprimidos en respuesta al apoyo de estos territorios al archiduque Carlos VI de Austria. Detrás de estos decretos existía también una búsqueda de unidad política y administrativa basada en las leyes y tradiciones de Castilla.

El proceso de implantación de las nuevas estructuras no fue uniforme. Los decretos de los territorios de Aragón y Valencia fueron promulgados en 1707; el de Mallorca, en 1715, y el de Cataluña, en 1716. Lo que sí se hizo con carácter general fue instituir en cada territorio una audiencia o chancillería, una capitanía o comandancia general y una intendencia encargada de recaudar los nuevos impuestos. Pero los decretos no solo afectaron al funcionamiento de sus organismos políticos y al desarrollo de sus instituciones, también establecieron un nuevo sistema de contribución fiscal y de registro demográfico a fin de engrandecer los recursos del Estado, mientras que en el plano cultural las manifestaciones locales en los cuatro territorios serían paulatinamente reprimidas hasta culminar con la obligatoriedad de que la enseñanza pública se diera en castellano.

La constitución política del principado catalán había sido siempre objeto de discusión desde el Gobierno de la Casa de Austria, y la victoria de Felipe de Anjou en la Guerra de Sucesión le permitió poner fin a unas instituciones que nunca habían sido bien vistas por los sucesivos gobernantes. Sin embargo, con la publicación de la «Nueva Planta de la Real Audiencia del Principado de Cataluña, establecida por su Magestad, con decreto de diez y seis de Enero de mil setecientos y diez y seis», comenzaría una disputa política y cultural entre el principado y el Estado que aún persiste.

La derrota de las tropas austracistas comenzó a consolidarse a partir de 1711 con la coronación del archiduque Carlos VI de Austria como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Para Cataluña, la victoria felipista se consumó con la capitulación de Barcelona el 11 de septiembre de 1714 y el decretazo de Nueva Planta, concretado en la abolición de la Generalitat, el Consell de Cent (órgano de autogobierno municipal de Barcelona), las veguerías —sustituidas por las nuevas corregidurías—, los somatenes (milicias armadas) y el latín como lengua institucional de la Real Audiencia (órgano de administración de justicia) y el catalán como idioma institucional y vehicular de la cultura y la educación.

No obstante la circunscripción de todos los decretos, la nueva política centralista de la monarquía no estaba pensada solo para los territorios del reino de Aragón, sino que su alcance iba más allá incluso de los límites de la Península, Baleares y Canarias; servía también para las colonias y virreinatos de ultramar.


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