2021-11-13
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¿SABÍAS QUE…?
1. Solo un cuarto de siglo después, en 1521, España transgredió el tratado, pero se valió de un portugués, Fernando de Magallanes, que estaba al mando de una expedición camino de las islas Molucas por Occidente —para evitar las aguas portuguesas—, para hacerse con un archipiélago (las futuras Filipinas) en nombre de España.
2. El tratado de Tordesillas puede considerarse el primer acuerdo oceánico de la historia.
8 de junio
Nace José Martínez Ruiz, Azorín (1873)
El 8 de junio de 1873 nació en Monóvar (Alicante) el escritor que se convertiría en una de las figuras más importantes de la Generación del 98 y que llegó a considerar que el valor de la literatura consistía en el planteamiento y la solución de problemas sociales. José Martínez Ruiz, Azorín, nació en el seno de una familia tradicionalista de desahogada situación económica. Estudió como interno en el Colegio de los Padres Escolapios de Yecla (Murcia), experiencia que recordaría en Las confesiones de un pequeño filósofo, y Derecho en la Universidad de Valencia.
Con tan solo veintidós años publicó Anarquistas literarios. Notas sobre la literatura española (1895), título que indica la tendencia política que el autor tenía entonces. En 1896 se trasladó a Madrid, donde, salvo breves interrupciones, vivió hasta el final de sus días. Allí conoció a Valle-Inclán, Baroja, Maeztu, etc., y desde sus numerosos artículos periodísticos siguió lanzando críticas contra las instituciones y los valores consagrados. En 1897 publicó un volumen de fragmentos de su diario Bohemia, en el que ya aparecen algunas de las constantes de su obra: el gusto por el paisaje y la vena cínica. Siguieron Soledades (1898), dedicado a Leopoldo Alas, y Diario de un enfermo (1901).
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Entre 1900 y 1902 se consolidó su amistad con Baroja y Maeztu, con quienes participó en varios actos conjuntos que darían pie a la formación de la Generación del 98. En 1902 publicó su primera y más significativa novela, La voluntad, primera parte de una trilogía en la que por medio de su protagonista, Antonio Azorín, presenta el tema de la formación del intelectual y de su lucha contra el medio, así como el conflicto entre acción y contemplación. La obra, claramente autobiográfica, es representativa de las preocupaciones e ideales comunes de todo el grupo y en ella se aprecia el influjo de los hermanos Goncourt, creadores de la novela impresionista, construida con fragmentos de vida y sensaciones aisladas. Azorín se hace con el fondo y la forma, y escribe utilizando una técnica de pinceladas rápidas, frases breves, una sintaxis sencilla y una gran variedad de adjetivos por medio de los cuales busca la sonoridad. La trilogía se completa con Antonio Azorín (1903) y la ya mencionada Las confesiones de un pequeño filósofo (1904).
Abandonadas las veleidades anarquistas de sus primeros años, se convirtió sobre todo en ensayista y adoptó una ideología mucho más conservadora, llegando a ocupar la Subsecretaría del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes (1917-1919) y la silla «P» de la Real Academia Española (1924). La mayoría de sus libros son recopilaciones de artículos periodísticos, en los que el autor intenta captar la realidad española a través de los pequeños detalles de la vida cotidiana. Algunos de los más destacados son El alma castellana (1900), La fuerza del amor (1901), La ruta de don Quijote (1905), Castilla (1912), Clásicos y modernos (1913), Los valores literarios (1914), Old Spain (1926) o Brandy, mucho brandy (1927). Durante la Guerra Civil estuvo en Francia, y a su vuelta, en 1939, escribió algunas novelas, como El escritor (1942) y El enfermo (1943), y llevó una vida retirada de la que dan fe sus Memorias inmemoriales, publicadas el mismo año en que recibió la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio.
