2021-11-13
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¿SABÍAS QUE…?
1. En 1904 adoptó definitivamente el seudónimo de Azorín, sacado del personaje autobiográfico de sus primeras novelas (Antonio Azorín), después de haber utilizado otros sobrenombres, como Cándido, Charivari, Juan de Lis o Fray José.
9 de junio
El 9 de junio de 1973 los españoles se levantaron con la noticia de un hecho inédito durante todo el régimen de Franco: el jefe del Estado, mediante un decreto, nombraba por primera vez a un presidente del Gobierno distinto de su propia persona: «De conformidad con lo establecido en el artículo catorce de la Ley Orgánica del Estado y previa presentación de terna por el Consejo del Reino, vengo en nombrar presidente del Gobierno a don Luis Carrero Blanco».
Es cierto que el almirante Carrero había alcanzado en 1967 el máximo poder político al que cualquier español podía aspirar, ya que ese año fue nombrado vicepresidente del Gobierno. En efecto, hasta junio de 1973 y durante todo el régimen franquista, por encima del vicepresidente solo se encontraba el propio Franco, quien, desde la Guerra Civil, asumió las dos magistraturas (jefatura del Estado y jefatura del Gobierno). Sin embargo, ahora parecía desprenderse de las labores gubernamentales para ocupar solo la posición de máxima representación institucional, a modo de rey absoluto más que de presidente de una república. Con el nombramiento del almirante, estrecho colaborador del Generalísimo desde 1941, probablemente pretendía extender el dominio militar a las altas esferas políticas, justo cuando la decadencia del régimen, desde finales de la década de 1960, amenazaba su estabilidad institucional.
A lo largo de los años se habían difundido rumores y especulaciones sobre la separación de las dos magistraturas que el Generalísimo había asumido desde el comienzo de la Guerra Civil, si bien Franco solo fue capaz de desprenderse de una de ellas cuando se dio cuenta de su imposibilidad de ejercer físicamente el poder, una imposibilidad que era más que evidente a comienzos de 1973. Se suponía, además, que este nuevo Gobierno estaba pensado para la transición política, aunque partiendo de la idea de la continuidad del régimen. Para ello el almirante tuvo la libertad de nombrar a su propio ejecutivo, salvo al ministro de la Gobernación (Interior), que Franco destinó a Arias Navarro.
El Gobierno de Carrero Blanco se caracterizó —además de por la diversidad de tendencias entre sus componentes— por poco más que por su brevedad, ya que a los seis meses el almirante murió asesinado en un brutal atentado perpetrado por la banda terrorista ETA (en realidad no hubo tiempo de averiguar si emprendería o no una reforma política de verdad). Su sucesor fue Carlos Arias Navarro, ministro de la Gobernación, y no el vicepresidente del Gobierno, Torcuato Fernández-Miranda. A pesar de su declaración de buenas intenciones pronunciada el 12 de febrero de 1974, hasta la muerte de Franco Arias realizó una política demasiado titubeante como para pensar que el Generalísimo había cedido la jefatura del Gobierno en junio de 1973 con esos mismos propósitos aperturistas.
