SABÍAS QUE ? El Museo del Prado abre sus puertas al público (1819)

¿SABÍAS QUE…?

1. Con el voto favorable de cuarenta y cuatro países y la abstención de diez, España fue rechazada por cuatro: Birmania (hoy Myanmar), México, Uruguay y Yugoslavia.

2. El diplomático y escritor Salvador de Madariaga protestó enérgicamente desde Le Monde la decisión de la Unesco, y siete catalanes célebres —entre ellos, el músico Pau Casals— publicaron un escrito denunciando los excesos del régimen franquista para que se revocara la medida.

3. Fundada en 1945 por treinta y siete países, pero ratificada solo por veinte, la Unesco recuperó miembros a partir de 1947, y España fue el quincuagésimo noveno país en ingresar en dicho organismo.

19 de noviembre

 El Museo del Prado abre sus puertas al público (1819)

El edificio que hoy alberga el Museo del Prado fue construido por orden de Carlos III según proyecto del arquitecto Juan de Villanueva de 1785. De estilo clasicista, estaba destinado en origen al Gabinete de Historia Natural y a la Academia de Ciencias Naturales, pero acabaría acogiendo en tiempos de su nieto Fernando VII las colecciones de arte de la monarquía, al fundarse, siguiendo el modelo del Louvre, el Museo Real de Pintura, que enseguida pasó a denominarse Real Museo de Pinturas y Esculturas y después Museo Nacional de Pintura y Escultura. Al trasladarse la pinacoteca al edificio de Villanueva, la institución pasó a denominarse Museo Nacional del Prado, por estar situado en el paseo del mismo nombre. El origen de las colecciones que podían verse en este edificio se sitúa en los soberanos de la casa de Austria, desde el primero de ellos, Carlos I, si bien los Borbones no solo mantuvieron esta tradición, sino que incrementaron notablemente los tesoros artísticos del patrimonio real.

En 1810, José Bonaparte ordenó que se trasladaran las pinturas disponibles al palacio de Buenavista (actual Cuartel General del Ejército, junto a la plaza de Cibeles), pero la decisión no llegó a ejecutarse por falta de logística —España se encontraba en plena guerra por su independencia precisamente del rey firmante, hermano del invasor—. Sin embargo, en 1818, en pleno sexenio absolutista, el ominoso Fernando VII tuvo a bien pensar en el arte y cometió una de las raras buenas acciones de su reinado: ofrecer al público su colección pictórica, acometiendo las mejoras necesarias para exponerla, en el edificio que albergaría a partir de entonces el ya llamado Museo del Prado.

En noviembre de 1819, la Gaceta de Madrid publicó un buen resumen de cómo se había conseguido el traslado y notificaba la inminente apertura del museo:

Entre otros pensamientos de utilidad común que ha inspirado al rey nuestro señor el deseo que le anima del bien de sus vasallos, y de propagar el buen gusto en materia de bellas artes, fue uno el de formar y franquear al público una copiosa colección de cuadros nacionales y extranjeros por el orden de las diferentes escuelas. […] Destinó S. M. para tan digna empresa la gran copia de preciosas pinturas que estaban repartidas por sus reales palacios y casas de campo, y señaló fondos para habilitar los salones y galerías del magnífico edificio del Museo del Prado […] Al cabo de un año y medio que se ha trabajado en su ejecución está concluida una gran parte de la obra, donde se han ordenado, después de bien limpios y restaurados los cuadros de la escuela española, […] y se continúa la obra para habilitar sucesivamente los salones que deben contener las pinturas de las escuelas italiana, flamenca, holandesa, alemana y francesa; pero no queriendo S. M. dilatar a sus amados vasallos el gusto y la utilidad que puede resultarles de tener reunidas a su vista las más sobresalientes producciones de los pintores que han honrado con ellas a la nación, se ha dignado resolver que desde luego se franquee la entrada al público, y que desde el día 19 del corriente mes de noviembre esté abierto el museo.

Aunque era raro en él cumplir sus promesas, esta sí la cumplió.