SABÍAS QUE ? El tratado de Alcaçovas (1479)

¿SABÍAS QUE…?

 

1. En la víspera de la final falleció el padre de Pepu Hernández, a quien su hijo honró con una victoria inigualable. Para que la noticia no afectara al equipo, Hernández decidió no comunicársela a los jugadores.

2. Hasta esta final en un Mundial, España había jugado seis de alta competición (cinco europeas y una olímpica) en setenta años y las había perdido todas. Posteriormente, la selección volvió a jugar otras seis en nueve años, y fue campeona en tres ocasiones (en los campeonatos de Europa de 2009, 2011 y 2015).

 

4 de septiembre

 

 El tratado de Alcaçovas (1479)

A la muerte de Enrique IV de Castilla (diciembre de 1474), el trono fue disputado por los partidarios de su supuesta hija, Juana, y los de su hermana paterna, Isabel. Los isabelinos alegaban que Juana era solo hija de la reina consorte, Juana de Portugal, fruto de la relación con su favorito, Beltrán de la Cueva, duque de Alburquerque, por lo que pasó a ser conocida como Juana la Beltraneja.

En marzo del año siguiente sonaron las primeras cornetas que anunciaban la guerra de sucesión al trono de Castilla y, en mayo, Alfonso V de Portugal, tío de Juana, cruzó la frontera de Castilla para comprometerse en matrimonio con su sobrina. La guerra ya era un hecho, pero, además, al conflicto sucesorio se sumaba otro de índole oceánica, ya que ni Castilla ni Portugal tenían claro qué islas y territorios de ultramar poseía cada uno. Los partidarios de Isabel obtuvieron victorias decisivas en tierra, como en Toro (1476) y en La Albuera (1479), pero no lograron imponer sus criterios a los portugueses y a los seguidores de Juana en el mar. Pero la ventaja de los partidarios de Isabel era clara, pues, desde comienzos de 1479, y esta contaba con el apoyo absoluto de su marido, el ya rey Fernando II de Aragón.

Las conversaciones de paz se iniciaron de inmediato, porque era urgente resolver la situación. Las negociaciones fueron complejas y muy tensas, hasta que finalmente se llegó a un acuerdo que fue ratificado, el 4 de septiembre de 1479, en la población de Alcaçovas (en el Alentejo portugués) por representantes de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, por un lado, y de Alfonso V de Portugal y su hijo Juan, por otro.

El resultado fue bastante satisfactorio para ambos bandos, pero más problemático de lo que cabía esperar: Juana tuvo que elegir entre casarse con Juan, heredero de los Reyes Católicos, para renunciar así a toda pretensión directa en Castilla, o ingresar en un monasterio y jurar sus votos con el fin de evitar nuevos pactos matrimoniales. Los nobles aliados de Alfonso V fueron perdonados, las relaciones amistosas entre ambos reinos se restablecieron y en el Atlántico se acordó reservar para Portugal —además de confirmar su soberanía sobre las Azores y Madeira— la costa africana situada al sur de las islas Canarias, y para Castilla, este archipiélago.

Isabel fue reconocida como reina y Alfonso V de Portugal rehusó formalizar el matrimonio con Juana, que ingresó en el convento de Santa Clara de Coimbra, donde, al parecer, no se comportó como una verdadera religiosa, sino como la reina castellana que siempre creyó ser hasta su muerte (Lisboa, 1530). Los primogénitos de los soberanos de Castilla y Portugal (Isabel y Alfonso, respectivamente, de nueve y cinco años) se casaron en 1490 en virtud de una cláusula («tercerías de Moura») ejecutada en la ciudad de Moura, donde los dos jóvenes estuvieron confinados en régimen de tercerías a la espera del enlace.


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