SABÍAS QUE ? La toma definitiva de Granada (1492)

¿SABÍAS QUE…?

 

1. El «Himno de Riego», adoptado por la Segunda República (1931-1939), fue escrito por Evaristo San Miguel, que acompañaba al teniente coronel para instaurar una monarquía constitucional.

2. Informado de la ejecución (7 de noviembre de 1823) del protagonista del pronunciamiento, el rey Fernando VII, al parecer, exclamó: «Liberales, gritad ahora “Viva Riego”».

 

2 de enero

 

 La toma definitiva de Granada (1492)

La conquista del reino de Granada supuso el final de un largo proceso de campañas militares que se inició a comienzos de la década de 1480 y terminó con la rendición de su emir, Boabdil, el 2 de enero de 1492.

En el último tercio del siglo XV, Castilla se había hecho fuerte con la unión de tropas monárquicas, nobiliarias, locales y mercenarias, encaminadas a acabar con el único reducto de poder musulmán en la península Ibérica; eso sí, aprovechándose de la lucha interna que dividía Granada entre los partidarios de Muley Hacen (rey desde 1464), los de su hermano El Zagal (rey desde 1485) y los de su hijo Boabdil (rey desde 1487). Además, los castellanos se apoyaban en una política tolerante de concesiones que habían empezado a formalizarse mediante las capitulaciones firmadas por los reyes nazaríes desde 1482, año de la ocupación de Alhama por el marqués de Cádiz.

Si a estas capitulaciones añadimos las disidencias internas de los granadinos y la guerra de cerco militar y desgaste económico de los castellanos, la victoria cristiana era solo cuestión de tiempo. Pero aún más decisiva fue la batalla de Lucena (1483), y no por la derrota musulmana en sí, sino porque Boabdil fue capturado. Su liberación llevaba aparejada como condición la entrega del territorio granadino que gobernaba El Zagal, y por esta zona es por donde Castilla terminó penetrando en el reino de Granada. A la postre, la liberación de Boabdil desencadenaría una serie de victorias castellanas: entre 1485 y 1489 pasaron a manos de los castellanos las principales plazas del reino: Ronda (1485), Marbella (1485), Loja (1486), Málaga (1487), Almería (1488), Baeza (1489)…, y así hasta Granada.

Todas estas victorias y el final de la guerra concluyeron también en una serie de capitulaciones, firmadas por Boabdil el 25 de noviembre de 1491, en las que los Reyes Católicos mostraban su buena voluntad: los vencidos solo fueron obligados a entregar las fortalezas y las armas de fuego, y se les permitía conservar sus bienes y fijar su residencia. Estas concesiones, que solo exigían de los vencidos el reconocimiento de la soberanía de los Reyes Católicos y la reserva para los castellanos de las administraciones fiscal y militar, también favorecieron a los nobles nazaríes con la entrega de jurisdicciones señoriales. Esta actitud considerada de los reyes se confirmó con la concesión de una amnistía casi general y en una serie de licencias relacionadas con la tolerancia social y religiosa, si bien es cierto que, tras estas señales de respeto, Castilla se apresuró a designar un virrey y un capitán general, un arzobispo, un ministro para reconstruir y repoblar el nuevo reino y un corregidor.

La entrada de los Reyes Católicos en Granada, unida a la salida de Boabdil de la ciudad, constituye ahora, más de medio milenio después, casi un acto simbólico que nos permite marcar el fin de una era: la Reconquista, y el comienzo de otra: España.


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