2021-11-13
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¿SABÍAS QUE…?
1. Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 89,9 % de los ciudadanos no conocía apenas el texto de la Constitución Europea antes de votar.
2. España, que en 2004 representaba el 9 % de la población de la UE, tuvo cinco representantes (4,2 %) entre los 118 de la convención redactora del texto constitucional y cuatro más (3,9 %) entre los 102 suplentes, lo que sumaba un total de nueve (4,1 %) de los 220 miembros totales.
21 de febrero
Nace José Zorrilla (1817)
El prolífico dramaturgo y poeta José Zorrilla es una de las figuras más destacadas del Romanticismo español, quien ya en su tiempo, y a pesar de llevar una vida algo irresponsable, gozó de gran popularidad. Como poeta destacó por la fluidez y musicalidad de sus versos y por libros como Poesías (1837), Cantos del trovador (1840), Recuerdos y fantasías (1844) o La azucena silvestre (1845), pero su fama se la debió principalmente al teatro y a su Don Juan Tenorio (1844), obra en la que da una vuelta al viejo tema de don Juan, y otras como El puñal del godo (1843), Más vale llegar a tiempo que rondar un año (1845), El rey loco (1847), La creación y el diluvio universal (1848) o Traidor, inconfeso y mártir (1849).
El autor vallisoletano se crió en Madrid y estudió leyes en Toledo y Valladolid, aunque no terminó sus estudios porque a los diecinueve años se fugó para volver a la capital y vivir de forma bohemia con el fin de absorber las corrientes literarias del momento, principalmente la romántica. Esto le causó un disgusto enorme a su padre, bien posicionado socialmente, tradicionalista, religioso y carlista.
Las lógicas necesidades de Zorrilla, derivadas del tipo de vida que escogió, encontraron pronto solución a raíz del entierro de Larra, el 14 de febrero de 1837, durante el cual se adelantó entre los asistentes a leer un texto propio titulado «A la memoria del joven literato Mariano José Larra», que causó sensación, entre otros a José de Espronceda, malogrado poeta con quien entablaría amistad y quien, antes de morir (1842), le abrió las puertas del mundo literario español.
En 1839 se casó con una madre viuda mayor que él, a la que abandonó a cambio de una cada vez mayor fama y una vida bohemia y posiblemente promiscua. A mediados y a finales de la década de 1840 viajó un par de veces a Francia y, entre medias, fue nombrado miembro de la Real Academia Española (1848).
A pesar de su éxito, en 1854 viajó a México para probar mejor suerte económica, que solo obtuvo gracias al sustento de sus admiradores capitalistas, ya que allí (también pasó un año en Cuba) no se dedicó a nada concreto. No regresó a España hasta 1866, ya viudo de su primera esposa, y tres años después volvió a contraer matrimonio. Su periodo económico más estable tuvo lugar entre 1871 y 1876, ya que recibió un encargo oficial para investigar en Italia, donde residió aquel lustro. De vuelta a España, se dedicó a hacer giras para recitar poemas, y en 1885 por fin tomó posesión de su asiento en la RAE, donde leyó su discurso de ingreso en verso.
En sus años finales recibió algunos reconocimientos oficiales, como una pobre pensión y el honor de coronarse como poeta laureado de España (1889). Cuatro años después falleció en Madrid, ciudad que lo honró con una multitudinaria asistencia a sus actos fúnebres.
