SABÍAS QUE ? Adiós a la peseta (2002)

¿SABÍAS QUE…?

1. Una ley de las Cortes Constituyentes, de 26 de noviembre de 1931, declaró a Alfonso XIII «culpable de alta traición» y proscrito (fue derogada por otra del Gobierno de Franco en diciembre de 1938).

2. Al comenzar la Guerra Civil, Alfonso XIII apoyó a las tropas sublevadas, ya que se consideraba un «falangista de primera hora».

 MARZO

1 de marzo

 Adiós a la peseta (2002)

El Tratado de la Unión Europea (1992) preveía el establecimiento de una moneda única en dos fases: la primera trataba de abrir un periodo en el que los Estados miembros convergieran sus políticas económicas, y la segunda, la propia creación efectiva de una moneda única y la institucionalización de un auténtico Banco Central Europeo (BCE). El 1 de enero de 1999 el euro entró en vigor como moneda única de la UE; tres años después los españoles comenzaron a utilizarlo y el 1 de marzo de 2002, dijeron adiós a la peseta.

En esos dos primeros meses de 2002, euro y peseta convivieron en los comercios, pero cuando dejó de admitirse la última como forma de pago, lo más preocupante fue el redondeo. A pesar de que, tras la firma de Tratado de Maastricht, el ministro de Economía español había dicho que se pondría todo el empeño en controlar la inflación, lo cierto es que diez años después el índice de precios al consumo (IPC) se le fue de las manos al Gobierno. El cambio se había fijado en 166,386 pesetas por euro, pero la realidad de la calle puso a ambas monedas en una teórica paridad de 1 a 1, teniendo como base el céntimo de euro. Si una barra de pan costaba por aquel entonces en torno a las cien pesetas, con la entrada de la moneda única europea el producto de primera necesidad pasó a costar alrededor de noventa céntimos de euro, y no sesenta, como habría correspondido. Y así ocurrió con otros productos básicos. La gravedad de esta cuestión radicaba en que los salarios de las empresas privadas y de las administraciones mantuvieron la equivalencia oficial, transformando estrictamente las transferencias bancarias y otras formas de pago, por lo que la mayoría de asalariados, que cobraban en torno a las 150.000-200.000 pesetas mensuales netas, pasaron a convertirse en mileuristas.

La historia de la peseta ha pasado por muchas fases, casi todas ellas bastante complejas. Su origen podemos encontrarlo en Cataluña y en las colonias de ultramar, y con ella se designaba al real de a dos de plata, cuyo significado venía a ser «peso pequeño». Pero fue instaurada como unidad monetaria oficial española el 19 de octubre de 1868, tras el derrocamiento de Isabel II. Hasta 1874 solo se acuñaba en metal, y ese año el Estado reconoció al Banco de España como emisor exclusivo de billetes. Más de medio siglo después sufrió una gravísima desvalorización, motivada por la Guerra Civil (1936-1939), que impidió que durante la posguerra la moneda fuera estable, por lo que el Gobierno se vio obligado a implantar en 1959 un plan de estabilización que fijó la paridad con el dólar en sesenta pesetas. Tras otros cambios fijos (valores determinados por las autoridades monetarias), quince años después la moneda fue puesta en flotación (valor fijado por el mercado) y otros tantos años más tarde entró a formar parte del sistema monetario europeo.

Más de una década después de que el euro fuera implantado, siguen utilizándose en España expresiones como «pesetero» o «ni un duro».