2021-11-13
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¿SABÍAS QUE…?
1. El momento de la toma de Valencia está recogido en el Cantar de Mio Cid: «Grandes son los gozos que van por es logar / quando mio Çid gañó a Valençia e entró en la çibdad».
2. Los restos mortales del Cid, que viajaron casi tanto como él mientras vivió, reposan en la catedral de Burgos, pero fueron originalmente exhumados en Valencia, donde falleció cinco años después de conquistarla.
18 de junio
Creación del Canal de Isabel II (1851)
El 18 de junio de 1851, el presidente del Gobierno, Juan Bravo Murillo, firmó un documento dirigido a la reina Isabel II en el que exponía los motivos para la creación de un sistema de abastecimiento de agua en la villa de Madrid. El texto del primer ministro describe tanto los antecedentes del proyecto como la situación en la que hasta ese momento se encontraban los madrileños al respecto:
Señora, la primera, la más urgente necesidad del pueblo de Madrid es el abastecimiento de aguas, necesidad que todos sus habitantes sienten y deploran, y que sería por tanto inútil encarecer. Más de un siglo ha que se están formando proyectos y discurriendo métodos para llevar a cabo tan importante empresa, sin que hasta ahora se haya conseguido otra cosa más que demostrar la posibilidad de traer con alguna abundancia aguas saludables para los usos de necesidad y comodidad de la vida, y aun para la industria agrícola y fabril, y la evidencia de que los medios que el Ayuntamiento de Madrid tiene a su alcance, y que se halla dispuesto a emplear con el más laudable y honroso celo, no bastan por sí solos para la realización de una empresa de tanta magnitud.
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Razonados los presupuestos iniciales, y solicitados los que tanto la iniciativa privada como el Estado pudieran aportar, Bravo Murillo concluía diciendo que podrían «principiarse las obras en dentro del término de dos meses, tomando por guía en lo general los trabajos hechos y publicados por el Ministerio de […] Obras Públicas en 1848 y 1849, pues aunque estos no pueden considerarse […] definitivo[s], encierran bases suficientes para comenzar las obras, sin perjuicio de practicar a la vez las operaciones y rectificaciones que se consideren oportunas. El ministro que suscribe confía por tanto en que V. M. se dignará dispensar su aprobación al adjunto proyecto de decreto […]».
La respuesta de la reina fue inmediata. El mismo día 18 de junio firmó un real decreto que atendía la solicitud del presidente del Gobierno:
Persuadida de la necesidad de proveer a la población de Madrid […] del agua suficiente para los usos ordinarios de la vida y para los de la industria, hasta donde fuere posible, […] vengo en decretar lo que sigue: Mi Gobierno procederá directamente a la ejecución de las obras necesarias para abastecer a Madrid de aguas saludables por medio de un canal derivado del río Lozoya, que se denominará Canal de Isabel II, admitiendo la participación del Ayuntamiento y de los particulares en los términos que se determinan en este decreto.
En menos de dos meses, el 11 de agosto, el marido de Isabel y rey consorte, Francisco de Asís de Borbón, ponía la primera piedra del Pontón de la Oliva (a treinta y cuatro kilómetros de Madrid). Siete años después, tras la construcción de varios acueductos y algo más de setenta kilómetros de canal, tuvo lugar, en la nueva fuente monumental de la calle ancha de San Bernardo, la inauguración de la primera traída de aguas a la capital.
