SABÍAS QUE ? El Cid conquista Valencia (1094)

¿SABÍAS QUE…?

1. En menos de un siglo (1708-1802), la isla de Menorca cambió de manos soberanas en seis ocasiones.

2. La Pascua Militar que, presidida por el rey, se celebra cada 6 de enero en el Salón del Trono del Palacio Real de Madrid con la presencia de las máximas autoridades civiles y militares, tuvo su origen en la recuperación de la isla de Menorca el 5 de enero de 1782.

17 de junio

 El Cid conquista Valencia (1094)

Cuando Alfonso VI de León y Castilla conquistó Toledo en 1085, los reyes de taifas de al-Ándalus solicitaron la ayuda de los almorávides. Su caudillo, Yusuf ibn Tasufin, desembarcó en Algeciras, y en mayo del año siguiente derrotó al rey Alfonso en la batalla de Zalaca (cerca de Badajoz). Estos dos acontecimientos propiciaron que Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, desterrado de Castilla por diversos motivos, instigados por los nobles rivales, se reconciliara con el rey cristiano. Alfonso, necesitado de apoyos, pensó entonces en recuperar para su ejército al Cid, al que acogió en Toledo y concedió la cesión hereditaria de cuantas tierras pudiera conquistar en Levante. Aunque hasta 1097 no se produjo la reconciliación definitiva —en 1089 llegó tarde a una cita con el rey en Villena para defender un castillo sitiado—, el Cid nunca dejó de considerarse vasallo de Alfonso VI.

En 1090, Rodrigo Díaz se dedicó a combatir en tierras levantinas y llegó a controlar un extenso principado feudal, hasta el extremo de tener que enfrentarse a Berenguer Ramón II, conde de Barcelona —este intentaba limitar la influencia del Campeador en la región—, al que derrotó. También consiguió reducir las aspiraciones de los taifas de Zaragoza y Lérida. Desde allí se dirigió hacia el sur, directamente a Valencia, donde el rey taifa al-Qadir se había hecho fuerte tras su salida de Toledo. Sitiada Valencia, finalmente los árabes se rindieron el 17 de junio de 1094 y al-Qadir juró vasallaje al Cid.

Reunidos los notables del lugar y los gobernadores de las plazas cercanas, Rodrigo Díaz de Vivar, convertido en administrador de justicia, anunció que los musulmanes valencianos conservarían sus heredades y únicamente habrían de contribuir con el pago del diezmo señalado por el Corán. A cambio exigía la fidelidad de los habitantes de la plaza que ahora constituía su señorío.

La toma de Valencia por el Cid contuvo la expansión almorávide hacia Aragón y Cataluña. Además, instaladas las tropas del castellano en la zona, estas se encontraban en disposición de emprender nuevas conquistas sobre las tierras dominadas por los almorávides, quienes, humillados, volverán a presentar batalla. Yusuf ibn Tasufin reorganizó su ejército en el norte de África y puso al mando de sus tropas a su sobrino. El nuevo desembarco en la Península tenía por objeto expulsar al Cid de Valencia, y ante esta amenaza, Rodrigo solicitó ayuda a Alfonso VI de Castilla y Pedro I de Aragón. Sin embargo, en 1095, ante el ataque precipitado del ejército almorávide, y sin esperar los refuerzos requeridos de castellanos y aragoneses, las huestes del Cid se lanzaron a la batalla. Gracias a una estrategia que sorprendió al enemigo, las tropas del Campeador obtuvieron una victoria aplastante: se hicieron con numerosos prisioneros y un cuantioso botín. Rodrigo Díaz de Vivar se instaló con su familia en el Alcázar valenciano y, al año siguiente, se declaró señor de Valencia y renovó el vasallaje a Alfonso VI, sometiendo sus nuevas posesiones a la soberanía del rey castellano-leonés.