SABÍAS QUE ? Los almorávides entran en la Península (1086)

¿SABÍAS QUE…?

 

1. Los concordatos con la Santa Sede fueron reformándose a lo largo de los años, pero el Reino de España mantuvo el derecho de patronato universal hasta el advenimiento de la Segunda República, en 1931.

 

29 de julio

 

Tras la guerra civil y la caída en 1031 de Hisham III, se produjo la disolución del califato de Córdoba, que dejó al-Ándalus fragmentada en numerosos reinos hispanomusulmanes de pequeño tamaño: las taifas. Estos reinos guerrearon contra los cristianos, pero pugnaron también entre sí, debilitando el poder islámico y facilitando el avance de la Reconquista. Muchos de ellos, para evitar su desaparición, aceptaron el pago de tributos a las monarquías cristianas (las parias) en señal de sumisión y vasallaje. Los primeros reinos de taifas sobrevivieron hasta la llegada de los almorávides, que penetraron en la Península reclamados por los emires de Badajoz, Sevilla y Granada tras la caída de Toledo a manos de Alfonso VI de Castilla en el año 1085.

En efecto, cuando Alfonso VI de Castilla conquistó Toledo, los emires musulmanes de al-Ándalus solicitaron la ayuda de los almorávides, dinastía bereber que dominaba el noroeste de África desde Marrakech, temida tanto por los cristianos como por los propios musulmanes, habida cuenta de la interpretación rigurosísima del islam de que hacía gala. Para convencer al emir almorávide, Yusuf ibn Tasufin, le ofrecieron una ciudad dependiente de la taifa de Sevilla situada en la bahía de Algeciras, de nombre al-Yazira, previa evacuación de sus habitantes, para que la utilizara como centro de operaciones. No obstante, en la primavera de 1086 la plaza no había sido evacuada del todo, como había podido comprobar un emisario de Tasufin. Así que, desconfiado, el emir de Marrakech se plantó en el anochecer del 29 de julio en medio de la bahía y tomó la pequeña isla frente a la ciudad. En el amanecer del día 30, desde al-Yazira podía verse que toda la bahía estaba llena de navíos.

Enterado Alfonso VI de Castilla del desembarco, marchó con sus tropas hacia Badajoz, en cuyas cercanías se encontró, casi tres meses después, con las de Tasufin. El encuentro no pudo ser más desfavorable para el rey cristiano, que comprobó la verdadera fuerza bélica del contrario. La victoria almorávide no tuvo consecuencias graves inmediatas para los castellanos, pero dos años después los almorávides tomaban posiciones políticas en la mitad sur peninsular, sin que Alfonso pudiera hacer nada para evitarlo. En 1090 el rey de Granada fue depuesto y desterrado al norte de África; en 1093, Tasufin ocupó Sevilla; en 1094, tomó Badajoz; en 1102, tras la muerte, en 1099, de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, Valencia… En 1110, llegaron hasta Zaragoza.

Yusuf ibn Tasufin, según la Crónica general de España de Alfonso X el Sabio, «defendió muy bien su tierra y sus pueblos, y mantuvo sus gentes en justicia, y a los que se le alzaban los guerreaba hasta que los ponía bajo su señorío». Su hijo y sucesor, Ali ibn Yusuf, sin embargo, tuvo que hacer frente al malestar de los musulmanes de al-Ándalus, a la oposición de los mozárabes en sus dominios y a los ataques de Alfonso I de Aragón, el Batallador. En 1143, los almohades, otra dinastía bereber, se hicieron con el poder en el noroeste de África, cruzaron el estrecho de Gibraltar en 1146 y, antes de que el siglo acabara, se hicieron con todo el territorio islámico peninsular.


Понравилась статья? Добавь ее в закладку (CTRL+D) и не забудь поделиться с друзьями:  



double arrow
Сейчас читают про: