¿SABÍAS QUE…?
1. El mariscal Pétain prohibió que Azaña fuera enterrado con honores de Estado y cubierto con la bandera tricolor republicana, hecho que hizo que el embajador mexicano en Francia dijera: «Lo cubrirá con orgullo la bandera de México». Y así se hizo.
2. En 1984 se encontraron en la Escuela Superior de Policía de Madrid una parte de los archivos personales de Azaña que habían sido incautados en París por las tropas de Hitler en 1940 y enviados posteriormente a Franco.
4 de noviembre
La rebelión de las Germanías (1519)
Tras asumir el trono en España, Carlos I tuvo que hacer frente a la crisis de las Comunidades, desencadenada por la falta de sensibilidad del nuevo monarca ante las reivindicaciones de las ciudades de Castilla, así como por su elección imperial y la hegemonía de los flamencos, que se hicieron cargo de la regencia durante su coronación en Aquisgrán en 1520. Por distintas ciudades se extendió un movimiento de desobediencia que desarmó a la autoridad real. Solo el apoyo de la nobleza y la deserción de algunas ciudades debilitaron la revuelta de los comuneros, que fue definitivamente derrotada en Villalar en abril de 1521.
Al mismo tiempo se produjo la sublevación de las germanías —o hermandades—, cuyo origen se halla en la difusión de la peste por Valencia en el verano de 1519, que hizo que la nobleza abandonara la ciudad. A esto se añadía la crisis económica, el aumento de la presión fiscal, la pérdida de mercado por parte de los gremios y las incursiones de los corsarios berberiscos. En efecto, solo era cuestión de tiempo que los artesanos valencianos dijeran «basta». Y así fue: el 4 de noviembre se levantaron en armas —los Reyes Católicos les habían otorgado el privilegio de poder formar milicias en caso de tener que hacer frente a los ataques de piratas, concesión que había prolongado el propio Carlos I—; se hicieron cargo del gobierno municipal, formaron una asamblea —conocida como la Junta de los Trece, que abarcaba los diversos gremios de artesanos y menestrales representados por trece ciudadanos— y se constituyeron en la autoridad local.
Aunque la Junta envió al año siguiente una embajada al rey —Carlos se encontraba en Alemania— para explicarle la situación y hacerle saber que nada había contra él, la oligarquía valenciana no reconoció la legitimidad del nuevo concejo y también envió sus quejas al monarca. Ante la seria oposición de la aristocracia levantina, los agermanados (o hermanados) no tuvieron más remedio que defender su posición con las armas y, cada vez más radicalizados, comenzaron a asaltar las propiedades rurales de los nobles valencianos. En 1521 el movimiento se había extendido por casi todo el reino de Valencia y llegaba hasta Mallorca. Entonces Carlos decidió intervenir, pero los agermanados resistieron los envites del virrey, Diego Hurtado de Mendoza, a quien, durante el verano, vencieron en las batallas de Gandía y Játiva.
Así pues, la nobleza levantina decidió seguir los pasos de la castellana durante la primavera anterior; es decir, unir fuerzas, formar ejércitos y ponerlos a disposición del virrey de Valencia. De ese modo lograron aplastar la rebelión levantina y las tropas de Hurtado de Mendoza entraron triunfales en Valencia en noviembre de 1521, dos años después del brote rebelde. El líder de los agermanats, Vicente Peris, y sus colaboradores más cercanos fueron ejecutados en marzo de 1522, cuando cayeron las dos únicas ciudades que aún se resistían: Játiva y Alcira. Exactamente un año después, una vez aplastadas también las germanías de Mallorca, más de un centenar de insurrectos pagaron su rebeldía con sus vidas.