¿SABÍAS QUE…?
1. Hoy la puerta principal solo se abre para que el monarca inaugure la legislatura correspondiente.
2. El material de los leones de bronce fundido colocados en 1866 procede de material bélico incautado a los marroquíes tras la victoria en la batalla de Wad-Ras (1860).
3. Hasta 1978 no se acometió la primera ampliación del palacio, y hoy tienen despacho físico todos los diputados.
NOVIEMBRE
1 de noviembre
Don Juan Tenorio (1844)
Aunque en España, el Día de los Difuntos, según el santoral católico, es el 2 de noviembre, el día anterior, Día de Todos los Santos, está más asociado a los primeros que a los segundos, en parte por la influencia del mundo anglosajón —cada vez mayor— en la sociedad española (en las Islas Británicas y en América del Norte, la fiesta de Halloween, conocida también como «Noche de brujas», se celebra la noche del 31 de octubre).
En el mundo del teatro español, el 1 de noviembre se conecta con el personaje de don Juan Tenorio gracias a la obra homónima del vallisoletano José Zorrilla, que, a los veintiséis años de edad, la escribió en poco más de una semana. Don Juan Tenorio se estrenó en el madrileño Teatro de la Cruz el 28 de marzo de 1844, sin demasiada repercusión ni por parte del público ni de la crítica, fecha que no tiene nada que ver con la que la tradición ha situado como la más adecuada para representar este drama religioso de trama fantástica, aunque el escenario en el que se desarrolla la segunda parte quizá sea la razón que explique el porqué de esta costumbre.
José Zorrilla recogió el legendario argumento de don Juan para colocarlo en un ambiente característico del romanticismo más tópico; esto es, en un tiempo pasado, durante la noche, en un cementerio y entre difuntos. A diferencia de El burlador de Sevilla, la obra de Tirso de Molina en la que Zorrilla se inspiró y donde se pone el acento en los aspectos metafísicos del enfrentamiento entre el ser humano y Dios, en Don Juan Tenorio se presenta a un protagonista caracterizado como un pecador libertino y fanfarrón al que finalmente el amor redimirá, haciendo que se arrepienta de sus pecados y alcanzando de ese modo la salvación.
Se sabe que el 1 de noviembre de 1860 se reestrenó la obra en el Teatro Novedades de Madrid y que esta vez sí obtuvo un éxito inmediato, quizá porque para los jóvenes de clase media de aquella época el personaje de Zorrilla era una especie de héroe perdido, por muy disparatada que la obra pudiera resultar desde el punto de vista del realismo literario incipiente en aquellos años. Desde entonces, esta es probablemente la obra de teatro que más se ha representado sobre las tablas y una de las que más veces se ha llevado a la pantalla, tanto de cine como de televisión. Muchos teatros españoles el 1 de noviembre interrumpen sus funciones en cartel para representar el Tenorio de Zorrilla, y son cientos las salas y centros culturales que los ayuntamientos prestan para que miles de ciudadanos presencien los desafortunados amores de don Juan y doña Inés. Quizá sea este el motivo por el que la noche de Todos los Santos o de Difuntos sea una de las más alegres del año.