SABÍAS QUE ? La batalla de Tetuán (1860)

¿SABÍAS QUE…?

 

1. Con solo veintitrés años publicó su primera obra: Disertaciones históricas del orden, y cavallería de los templarios, en la que mostraba su ideología regalista respecto a las relaciones Estado-Pontificado.

2. Su espíritu reformista e innovador en los terrenos sociocultural y político ha llevado a muchos investigadores a considerarlo masón.

 

4 de febrero

 

 La batalla de Tetuán (1860)

Las plazas españolas del norte de África venían siendo objeto de frecuentes ataques por parte de Marruecos desde mediados de la década de 1840, de forma que el Gobierno de la Unión Liberal, presidido por el isabelino Leopoldo O’Donnell, en el ámbito de una política internacional encaminada a recuperar parte del prestigio perdido, decidió intervenir militarmente. Entre el entusiasmo popular, las Cortes declararon la guerra a Marruecos el 22 de octubre de 1859, constituyendo lo que puede denominarse la primera guerra de Marruecos (1859-1860). Este conflicto fue muy importante tanto para la política exterior española como para el ejército español, ya que supuso la ocasión perfecta para recuperar el prestigio tras la pérdida de las colonias americanas durante el proceso de emancipación que había acontecido unas cuantas décadas antes (1810-1830). España, por tanto, debía mantener a toda costa el dominio de sus posesiones en África y hacer creer al resto de Europa que esto sería beneficioso para los intereses europeos —salvo Gran Bretaña, que no lo veía claro—, como así hizo, ya que la declaración de guerra estuvo apoyada por más de una decena de países.

El Gobierno se dio prisa por comenzar la campaña. A los pocos días las tropas españolas, bajo el mando directo del general O’Donnell, desembarcaron en Ceuta y se dirigieron hacia Tetuán. El primer gran escollo tuvieron que superarlo el primer día de 1860, gracias a la actuación del general Prim, que consiguió doblegar, no sin derramar sangre, la resistencia marroquí en los Castillejos, a unos cinco kilómetros al sur de Ceuta. Las tropas de Juan Prim estaban notablemente mermadas —unos setecientos muertos—, pero esto no impidió que continuaran su avance hacia Tetuán, a pesar del continuo hostigamiento, casi diario, de las milicias marroquíes y de la escasez de víveres. A pesar de ello tomaron importantes posiciones en Monte Negrón, punto que les facilitó el camino para llegar al objetivo final.

El 4 de febrero se consiguió organizar casi todo el ejército del norte de África para atacar Tetuán. El Cuerpo de Artillería realizó una preparación previa, que consistió en lanzar más de tres mil proyectiles, tras lo cual el general Prim avanzó hacia las trincheras que impedían la entrada en la ciudad, consiguió tomarlas y despejar la entrada de marroquíes. Al día siguiente, el general O’Donnell entró en Tetuán, que ya no ofreció resistencia. El comandante de las tropas magrebíes, Muley el-Abbas, hermano del sultán de Marruecos, trató de prorrogar las negociaciones de capitulación para fijar las condiciones de paz con el objeto de rehacer sus fuerzas, cosa que consiguió hasta la batalla de Wad-Ras, el 23 de marzo.

Ambas batallas decidieron la campaña a favor de los intereses de España. Las condiciones de paz impuestas por el Gobierno de O’Donnell el 26 de abril en Tetuán incluían la ampliación del perímetro de Ceuta, el reconocimiento de la soberanía española sobre la ciudad de Sidi-Ifni —cuya región, Ifni, terminaría siendo una provincia española en medio del actual Estado de Marruecos hasta 1969— y una cuantiosa indemnización de guerra.


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