SABÍAS QUE ? Las Cortes de Castilla reconocen a Carlos I como rey (1518)

¿SABÍAS QUE…?

 

1. La batalla de Tetuán fue inmortalizada en los cuadros de dos de los más grandes pintores españoles del siglo XIX, Eduardo Rosales (1860) y Mariano Fortuny (1862).

2. Por esta victoria, Leopoldo O’Donnell recibió el título de duque de Tetuán.

 

5 de febrero

 

Desde 1504, año de la muerte de la reina Isabel la Católica, la nobleza seguidora de Felipe el Hermoso estuvo agrupada en el bando partidario de que la Casa de Habsburgo continuara ocupando el trono de Castilla, a lo que se oponían los aragoneses, que apoyaban al regente Fernando el Católico desde la muerte de aquel, ocurrida en 1506. Es cierto que las Cortes de Castilla habían proclamado a Carlos de Habsburgo heredero legítimo de la reina Juana, pero también lo es que muchos castellanos creían que el hijo de un extranjero no era la mejor opción para ocupar el trono.

En este contexto transcurrieron los diez años siguientes hasta la muerte de Fernando, que poco antes de fallecer había nombrado regente al cardenal Cisneros, dada la incapacidad mental de Juana la Loca para asumir la Corona de Castilla. Pero los acontecimientos se precipitaron cuando, poco después, en Bruselas, los consejeros flamencos del joven príncipe Carlos de Habsburgo lo proclamaron rey de Castilla y Aragón. Aquello fue poco menos que un golpe de Estado a los ojos de los castellanos, ya que Juana, a pesar de su incapacidad, seguía ostentando el título de reina.

Un nuevo conflicto nacía con un nuevo partido, el favorable al infante Fernando, hermano menor de Carlos, en quien Fernando el Católico también había pensado como futuro rey. El cardenal Cisneros hizo lo indecible por evitar la guerra, pero entre marzo de 1516 y septiembre de 1517, momento de la llegada a España de Carlos, los reinos peninsulares entraron en una fase de conflicto dinástico y político.

Aunque el cardenal Cisneros no quería recibir a Carlos como rey, emprendió un viaje para acudir a su encuentro en Santander antes de que recalara en Valladolid. Sin embargo, murió durante el trayecto, en noviembre de 1517. A pesar de que una tormenta desvió el barco de Carlos hasta Asturias, la muerte de Cisneros le allanó el camino a Valladolid y, en efecto, tras una visita a su madre en Tordesillas, llegó a la ciudad del Pisuerga, donde se convocaron las Cortes con urgencia para aclarar el asunto de su proclamación de Bruselas.

Así, el 5 de febrero de 1518 acudieron allí las aristocracias nobiliaria y eclesiástica y los representantes de las principales ciudades castellanas. Los primeros reconocieron a Carlos como rey con la esperanza de ser gratificados con más títulos y tierras, y los segundos, que no opusieron resistencia, sí le recordaron unas cuantas cosas: que tenía una madre a quien respetar, que debía aprender a hablar castellano, que dejara de dar cargos a extranjeros —como había hecho— y que no sacara del reino ni metales preciosos ni caballos. Con esto, las Cortes le otorgaron un servicio de 600.000 ducados, siempre que no tocara el sistema fiscal del encabezamiento general (impuesto sobre las ventas que controlaban las ciudades). En menos de un año, heredero ya del trono del Sacro Imperio Romano Germánico, la campaña de Carlos para ganar la Corona a Francisco I de Francia originó numerosos gastos que fueron sufragados, en parte, por las ciudades castellanas.


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