SABÍAS QUE ? La batalla de Munda (45 a. C. )

¿SABÍAS QUE…?

 

1. Todos los años, en los primeros días de septiembre, el Real Sitio y Villa de Aranjuez celebra las fiestas del motín —declaradas de interés turístico nacional en 1990 e internacional en 2014—, en la que sus participantes escenifican la revuelta y el posterior asalto al palacio de Godoy.

2. Carlos IV había nombrado a Godoy, en 1795, príncipe de la Paz —por el Tratado de paz de Basilea que puso fin a la guerra del Rosellón—, uno de los pocos títulos nobiliarios que no tuvo herederos, ya que fue abolido por Fernando VII tras el motín de Aranjuez.

 

18 de marzo

 

 La batalla de Munda (45 a.C.)

Julio César, como pretor de la Hispania Ulterior (principalmente la Bética) gobernada por Cneo Pompeyo el Grande, practicó una táctica de atracción política que trascendió a la Hispania Citerior (la Tarraconense) de Sertorio. Organizó un ejército permanente, redujo impuestos y concedió derechos municipales. Fue así como se ganó la confianza de Roma y formó parte del triunvirato, con Craso en Oriente, Pompeyo en Italia e Hispania, y él mismo, César, en la Galia. Pero tras la muerte de Craso y las intrigas de Pompeyo para retirarle el consulado de la Galia, César inició, en tierras itálicas, griegas y egipcias, una guerra civil contra aquel en el año 49 a. C. La guerra romana culminó en la batalla de Munda —cuya localización exacta todavía es motivo de controversia, entre las proximidades de Monda (Málaga), de Osuna (Sevilla) o de Montilla (Córdoba), aunque lo más probable es que se trate de esta última—, a partir de la cual comenzaron los planes para la colonización definitiva de Hispania.

En tierras peninsulares, la fase final de la guerra consistió en el asedio de una serie de ciudades de la Bética cercanas a Corduba (Córdoba), con participación activa de los nativos. Mientras tanto, las luchas intestinas de los seguidores de uno y otro bando, los intentos de entregarse al ya dictador César y las represiones de las guardias pompeyanas, comandadas por Publio Accio Varo, Tito Atio Labieno y los hijos de Pompeyo el Grande, Cneo Pompeyo el Joven y Sexto Pompeyo, marcaron durante varios meses la pauta del desarrollo de la sangrienta contienda. Finalmente, el 18 de marzo del año 45 a. C., en la llanura de Munda, César consiguió encontrarse cara a cara con el ejército enemigo en pleno. En el feroz combate que se produjo, la resistencia desesperada de Cneo y Sexto y sus tropas, conscientes de que no encontrarían perdón tras una derrota, consiguió hacer frente a las líneas de César, cuya enérgica reacción, al adelantarse en vanguardia, logró mantener la formación sin fisuras para que a su caballería, muy superior, le diera tiempo a caer sobre el flanco derecho y la retaguardia del enemigo. La batalla se transformó en una auténtica carnicería, en la que, según fuentes de la época, probablemente exageradas, murieron hasta treinta mil pompeyanos.

César se dirigió entonces a Corduba, que encontró devastada por sus vencidos. La resistencia había terminado. Solo le restaba recuperar el sur de la provincia. Sometida la Bética y desecho el ejército enemigo, César reorganizó la situación político-jurídica de la Hispania Ulterior con metas fijas: escarmiento de los vencidos —de forma durísima—, neutralización de las corrientes pompeyanas por medio de una colonización profunda y afianzamiento de su figura con una serie de favorables medidas para aquellos nativos —pocos— que habían sido leales a su causa.

Conseguida la puesta en marcha de todos estos objetivos, César regresó a su ciudad natal, Roma, a finales de año, para celebrar allí los tributos políticos y militares obtenidos en las provincias de la Hispania. Pocos meses después, prácticamente en el día del primer aniversario de la batalla de Munda, el dictador fue asesinado.


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