SABÍAS QUE ? Conversión de Recaredo y unidad católica en el reino visigodo de Toledo (589)

¿SABÍAS QUE…?

 

1. El mariscal de campo que dirigió los antidisturbios, José Fulgosio, cayó gravemente herido y fue inmediatamente ascendido a teniente general. Al día siguiente falleció.

 

8 de mayo

 

Recaredo (559-601), continuador de la obra de su padre, Leovigildo, a la muerte de este (586) fue el monarca que consiguió establecer la unidad religiosa del reino visigodo de Toledo, aun a costa de renunciar al arrianismo, tradicional credo de los de su estirpe, y convirtió el catolicismo en la religión oficial de sus dominios, sentando las bases de la futura relación Iglesia-Estado que imperará durante muchos siglos en España.

Recaredo, que desde muy joven había sido educado en las labores militares y gubernamentales, ya había demostrado su valía a los dieciocho años tras triunfar en la conquista de la Oróspeda (región visigoda que hoy se situaría entre las provincias de Alicante, Murcia, Albacete y Jaén) y soportar con éxito la insistente rebelión de su hermano Hermenegildo. Pero cuando accedió al trono, sin aparente resistencia por parte de la nobleza visigoda, Recaredo tuvo que hacer frente al problema religioso, uno de los grandes fracasos de la política de su padre. Mientras los dominantes visigodos eran arrianos, la población sometida, la más numerosa, era católica, una realidad que dificultaba la unidad social del reino. La influencia de san Leandro, arzobispo de Sevilla, y la conveniencia política convencieron a Recaredo de la necesidad de renunciar al arrianismo, de modo que, en marzo de 587, abrazó la fe católica.

Aunque la resistencia fue escasa, la decisión de Recaredo no fue aceptada por todos los sectores de la aristocracia visigoda. Al año siguiente hubo un intento de rebelión entre los nobles de Mérida, con su obispo a la cabeza, descubierta gracias a la traición de Witerico, futuro rey visigodo —deponiendo a Liuva II, hijo de Recaredo, y ejecutándolo posteriormente—. Un año después, en Toledo, la que fuera viuda de Atanagildo (que reinó entre 555 y 567) y luego de Leovigildo participó también en otro complot, fallido, contra Recaredo.

Cuando llegó el 8 de mayo de 589, fecha en la que fue convocado el III Concilio de Toledo, ya habían sido sofocados todos los intentos de restituir el arrianismo. En la primera sesión, Recaredo renunció oficialmente a las doctrinas de Arrio e hizo pública profesión de fe católica junto a su mujer y diversos nobles y obispos visigodos, a los que les fue respetando su grado y oficio.

La unidad religiosa del reino de Toledo era un hecho. Recaredo, además, reforzaba el poder real mediante la sacralización del mismo. Bajo la dirección de san Leandro y del propio monarca, el Concilio prosiguió sus tareas legislativas, aprobando una serie de cánones que afectaban tanto a cuestiones eclesiásticas como seculares y que venían a sancionar la imbricación entre Iglesia y Estado. Así, la gestión de los funcionarios públicos, especialmente en lo referente a la política tributaria, quedaba, de hecho, bajo la supervisión de los obispos, que ejercerían esta potestad mediante concilios provinciales anuales. Para reforzar las decisiones de la asamblea, el monarca emitió un edicto en el que se otorgaba rango de ley civil a los cánones aprobados en el Concilio.


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