SABÍAS QUE ? Se promulga el Nuevo Reglamento sobre la Sucesión de estos Reynos (1713)

¿SABÍAS QUE…?

 

1. La Revista de Occidente continúa publicándose bajo la dirección de su nieto, José Varela Ortega.

2. Su hija, Soledad Ortega Spottorno, fundó en 1978 la Fundación Ortega y Gasset, dedicada a estudios sociales.

3. Su hijo, José Ortega Spottorno, fundó en 1976, junto a Jesús Polanco y Juan Luis Cebrián, el diario El País.

 

10 de mayo

 

 Se promulga el Nuevo Reglamento sobre la Sucesión de estos Reynos (1713)

A la muerte de Carlos II, último de los Austrias en España, la elección de Felipe de Anjou (Felipe V), que instauraría en España la dinastía borbónica, no fue aceptada por la mayoría de las potencias europeas, lo que dio lugar a la Guerra de Sucesión española (1701-1714). En 1713, cuando el archiduque Carlos de Habsburgo, pretendiente del trono español, fue coronado como rey del Sacro Imperio Romano Germánico, las demás potencias reconocieron a Felipe V como rey de España, sobre todo para frenar el poder de los Habsburgo.

Entonces Felipe V quiso introducir en España la lex salica —aquella que los francos salios impusieron en el siglo V para excluir a las mujeres de la línea sucesoria— a fin de evitar la vuelta de los Habsburgo. Las Cortes, reunidas en Madrid desde noviembre de 1712, frenaron la radicalidad de la ley del monarca, pero finalmente accedieron, tras un acuerdo firmado el 10 de mayo de 1713, a apartar a las mujeres de la sucesión, salvo en los casos en que no existiera un heredero varón en línea directa o colateral. Esta especie de ley sálica fue derogada por las Cortes Generales en 1789, en tiempos de Carlos IV, pero la Pragmática Sanción no se hizo pública y la disposición no tuvo carácter efectivo. Aunque Fernando VII la suprimió en sus últimos años de reinado, fue utilizada por Carlos María Isidro de Borbón, su hermano, para reclamar sus derechos al trono frente a Isabel II, hija del monarca, dando lugar a las decimonónicas guerras carlistas.

La cuestión es que Felipe V no había instaurado en España, como se ha llegado a creer, la lex salica, aunque su intención inicial sí lo fuera, como reconoce al comienzo de la disposición: «Habiéndome representado mi Consejo de Estado las grandes conveniencias y utilidades que resultaran a favor de la causa pública y bien universal de mis reinos y vasallos de formar un nuevo reglamento para la sucesión de esta monarquía, a fin de conservar en ella la agnación rigurosa, fuesen preferidos todos mis descendientes varones por la línea recta de la varonía a las hembras y sus descendiente, aunque ellas y los suyos fuesen de mejor grado y línea…». El monarca cedió parte de sus intenciones ante las Cortes y dejó escrito lo siguiente: «[…] Y siendo acabadas íntegramente las líneas masculinas del príncipe, infante y demás hijos y descendientes míos legítimos varones de varones, y sin haber por consiguiente varón agnado legítimo descendiente mío en quien pueda recaer la Corona según llamamientos antecedentes, suceda en dichos reinos la hija o hijas del último reinante varón agnado mío en quien feneciese la varonía…». De todas formas esto era en la práctica una ley sálica en toda regla, porque las posibilidades de que pudiera reinar una mujer eran matemáticamente ínfimas. Felipe V había concretado la sucesión al trono de esta manera: «Que por fin de mis días suceda en esta Corona el príncipe de Asturias, Luis, mi muy amado hijo, y por su muerte su hijo mayor varón legítimo […] y a falta de todos los descendientes varones de varones del hijo segundo del príncipe suceda el hijo tercero y cuarto, y los demás que tuviere legítimos, y sus hijos y descendientes varones de varones […] hasta acabarse las líneas varoniles de cada uno de ellos…». La mujer podría reinar por derecho, pero no de hecho.


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