2021-11-13
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¿SABÍAS QUE…?
1. De esta batalla surgió la leyenda del extremeño Martín Álvarez, escolta de la bandera a bordo del San Nicolás de Bari, quien la defendió de forma tan vehemente que, a pesar de las bajas que ocasionó entre los ingleses, Nelson ordenó que lo llevaran a tierra para que le curasen las heridas.
2. De forma permanente hay un barco de la Armada con el nombre de Martín Álvarez por Real Orden de 1848.
3. El Santísima Trinidad, intacto tras la batalla, era el mayor buque de guerra del mundo, dotado de ciento treinta cañones y cuatro cubiertas de artillería.
15 de febrero
«Manos blancas» contra ETA, la mayor manifestación estudiantil hasta la fecha (1996)
El País del viernes 16 de enero de 1996 abrió su edición con una fotografía que acaparaba la mitad de la portada y un sencillo titular: «Manos blancas contra los asesinos terroristas». En ella podía verse a un grupo muy numeroso de jóvenes alzando sus manos y mostrando sus palmas inermes. Las siguientes líneas resumían el acontecimiento: «Miles de manos blancas se alzaron contra ETA ayer en el campus de la Autónoma de Madrid, en la que el miércoles fue asesinado su catedrático Francisco Tomás y Valiente».
La manifestación pacífica y silenciosa rompió filas al grito de un mensaje de dos palabras que sonó de esta forma por primera vez: «¡Basta ya!». Pero los homenajes al expresidente del Tribunal Constitucional no acabaron ahí, ni en el lugar donde daba clases de Historia del Derecho ni a la hora en que doce mil manos se vistieron o pintaron de blanco para mostrárselas a ETA. Las manifestaciones se multiplicaron por toda España, tanto en centros universitarios como en las calles. Por ejemplo, la Plaza Mayor de Salamanca, en cuya Universidad el homenajeado había ejercido también como profesor y catedrático de Derecho, acogió a diez mil personas. En el resto de centros universitarios de toda España y en todas las capitales de provincia hubo también plantes silenciosos contra el terrorismo etarra.
En Madrid, por ejemplo, a quince kilómetros de la Universidad Autónoma, cerca de dos mil personas, casi todas ellas jóvenes de alrededor de dieciocho años, se manifestaron contra ETA y guardaron cinco minutos de silencio. Varios líderes políticos y sindicales aprovecharon la iniciativa ciudadana para unirse a la concentración. Mientras tanto, miles de trabajadores realizaban su particular homenaje a las puertas de sus empresas. Y por la tarde, en la Puerta del Sol, convocados por Jóvenes contra la Intolerancia, miles de ciudadanos unieron sus manos blancas en protesta por todos los actos terroristas de la banda armada.
Y es que el asesinato del gran jurista valenciano se sumaba al del político socialista vasco Fernando Múgica Herzog, que apenas una semana antes había tenido lugar en San Sebastián, y a las decenas que en los meses anteriores se habían producido en diversos lugares de España y a los centenares por toda la geografía española que venían teniendo lugar desde hacía décadas.
Dos días antes de que el hartazgo pintara de blanco las manos inocentes de miles de estudiantes en la Universidad Autónoma de Madrid, Francisco Tomás y Valiente, un padre de cuatro hijos, fue sorprendido en la mesa de su lugar de trabajo mientras hablaba por teléfono. Alguien se había hecho pasar por alumno y había esperado pacientemente en el pasillo hasta que encontró la ocasión, a las once menos diez de la mañana de un día lectivo cualquiera.
