SABÍAS QUE ? El motín de Esquilache (1766)

¿SABÍAS QUE…?

 

1. Fernando VII no entró en Madrid hasta tres días después de su proclamación, cuando comprobó que no corría peligro.

2. Fernando VII también restableció la Inquisición, cuyo único objetivo era ya la persecución de los liberales.

 

23 de marzo

 

El siciliano Leopoldo di Gregorio, conocido como el marqués de Esquilache (de Squillace, una localidad del sur de Italia, entonces reino de Nápoles, en manos de Carlos III de España), promovió en Madrid muchas de las reformas propias del Siglo de las Luces, bajo la confianza ciega del monarca español —que le había dado tantas secretarías que prácticamente convertían a Esquilache en primer ministro—, una de las cuales le haría tristemente famoso: la que motivó una revuelta en Madrid en 1766.

Las más que ambiciosas e ilustradas medidas reformistas para la recuperación de la economía española no habían dado aún todos sus frutos —solo a finales del siglo XVIII y principios del XIX, a las puertas de la Guerra de la Independencia, la economía española disfrutaría de una leve mejoría— y el marqués de Esquilache recibió la ira concentrada de los ciudadanos de Madrid después de que las nuevas leyes suntuarias prohibieran la capa larga y el tradicional sombrero redondo. La sublevación, preparada y azuzada desde varios meses antes, estalló el 23 de marzo de 1766, con concentraciones frente al Palacio Real y enfrentamientos con los guardias de corps.

Las exigencias del pueblo, por escrito, fueron muy precisas: destierro de Esquilache, nombramiento de ministros españoles, supresión de la guardia valona, rebaja en los precios de los comestibles, supresión de la Junta de Abastos y, por supuesto, conservación de la capa larga, además de la presencia del rey ante el pueblo para confirmar dichas exigencias.

El monarca, naturalmente, no salió al balcón de palacio, sino que huyó a Aranjuez. Los amotinados cortaron la comunicación entre el Real Sitio y la Villa y se apoderaron de un arsenal. Por todas partes se produjeron disturbios gravísimos, no solo en Madrid. Los sublevados volvieron a enviar al rey un nuevo memorial con parecidas exigencias y, al final, Carlos III tuvo que prometer cumplir los deseos del pueblo. Esquilache huyó de España vía Cartagena y Miguel de Múzquiz se hizo cargo del Gobierno. Después se acusó a la Compañía de Jesús de estar detrás de esta algarada, así como al marqués de la Ensenada, que fue desterrado por segunda vez (ya lo había sido en 1754, durante seis años).

A pesar de la huida del marqués de Esquilache, el rey se vio obligado a desterrarlo oficialmente. Pero el siciliano nunca se apartó por completo de la política. Aunque vivió en su tierra natal durante un tiempo, Carlos III, que era VII de Nápoles, lo recuperó para labores diplomáticas y le asignó la embajada de Venecia. Nunca regresó a España, ya que murió en la ciudad de los canales en 1785.


Понравилась статья? Добавь ее в закладку (CTRL+D) и не забудь поделиться с друзьями:  



double arrow
Сейчас читают про: