SABÍAS QUE ? El germen del Banco de España (1829)

¿SABÍAS QUE…?

 

1. A pesar de que José Bonaparte es «rey de las Españas y de las Indias» —según el primer párrafo del preámbulo de la Constitución—, el 8 de julio apenas había pisado suelo español y, recién llegado a Madrid, tuvo que huir de la Corte el 25 de julio tras la derrota francesa en Bailén.

2. Si bien una «junta española» refrendó la Constitución, José Bonaparte nunca fue reconocido rey por las legítimas Cortes españolas.

 

9 de julio

 

 El germen del Banco de España (1829)

En 1782 se fundó el Banco de San Carlos con el doble objetivo de amortizar los vales reales y ejercer las funciones crediticias propias de un banco comercial. Su misma constitución, impulsada por Francisco Cabarrús, fue, en cierto sentido, un fracaso, ya que muchas de sus acciones no fueron suscritas inicialmente. No obstante, el problema se subsanó gracias al monopolio de la exportación de metales preciosos, cuyos beneficios animaron a diversos inversores. Esta entidad también practicó otras actividades, como el abastecimiento de la Marina y el Ejército, pero las malas inversiones y la Guerra de la Independencia, durante la cual el banco se vio obligado a conceder grandes préstamos al Gobierno, condujeron a una situación de falta de liquidez que se prolongó hasta su disolución en 1829.

Así lo explicaba de forma elocuente el preámbulo de la real cédula para la erección del Banco Español de San Fernando que el rey homónimo (Fernando VII) firmó el 9 de julio de 1829:

Entre las providencias de fomento que estoy meditando y preparando para sacar las clases productivas del reino de la languidez y postración en que las han puesto las dos catástrofes políticas [acaso las etapas liberales de 1812-1814 y 1820-1823] que tan marcado dejarán en los fastos de la historia el periodo de los últimos cuarenta años se han presentado a mi soberana consideración las ventajas positivas y de suma entidad que redundarán al Estado en general y a mis amados vasallos individualmente de la restauración del antiguo Banco de San Carlos, erigido en 1782, que participando de la decadencia común, y constituido bajo bases, cuya equivocación tiene demostrada la experiencia, no puede corresponder en su actual estado a los objetos de su institución. En su consecuencia, y después de haber provisto lo conveniente en otra disposición de este día a la liquidación de aquel establecimiento [convenio de transacción celebrado entre los comisionados del rey y los del Banco de San Carlos], conformándome con lo que me ha propuesto el Consejo de Ministros, con vista de toda la instrucción que ha exigido un asunto de tanta gravedad, vengo en crear y erigir en esta corte un banco de descuentos, cobranzas, pagos, préstamos y depósitos […] bajo la denominación de Banco Español de San Fernando.

En efecto, el Banco de San Carlos y el Gobierno habían llegado a un acuerdo por el cual este entregaría a los accionistas de la entidad extinta cuarenta millones de reales en acciones del nuevo banco a cambio de los trescientos diez millones que el Estado les debía. Este buen trato fue el que hizo posible la creación del Banco Español de San Fernando, germen del que en 1856 sería el Banco de España, mediante su simple cambio de denominación, a través de la ley de 28 de enero, que además otorgaba al Estado la potestad de nombrar al gobernador de la nueva institución nacional, tal como sigue sucediendo hoy.


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