SABÍAS QUE ? La última insurrección filipina contra el régimen colonial español (1896)

¿SABÍAS QUE…?

 

1. El dominio de España sobre toda la península Ibérica solo duraría sesenta años. El 1 de diciembre de 1640 Portugal logró su independencia definitiva, aunque la Monarquía Hispánica no la reconoció hasta veintiocho años después.

2. A pesar de la anexión de Portugal al imperio español, Felipe II mantuvo todos los mecanismos de la administración portuguesa intactos e independientes.

 

26 de agosto

 

 La última insurrección filipina contra el régimen colonial español (1896)

Cuando el hoy héroe nacional filipino José Rizal fue acusado de instigar la revolución indígena y apoyar el independentismo cubano, aún era un joven médico mestizo que aspiraba a que su tierra natal adquiriera los mismos derechos que el resto del territorio controlado por la metrópoli. Considerado también un héroe nacional por algunos españoles, en 1892 José Rizal fundó la Liga Filipina e hizo pública manifestación —contraria al régimen colonial español— para que el archipiélago dejara de ser una colonia y se convirtiera en provincia española, obtuviese representación parlamentaria propia en las Cortes Generales y les fueran concedidas las libertades de reunión y expresión a sus nativos y la igualdad legal de estos y los españoles.

Mientras esta forma tibia de nacionalismo prosperaba, en los círculos ilustrados de Filipinas nacía la Venerable Sociedad Suprema de los Hijos del Pueblo (en tagalo, Kataas-taasang, Kagalang-galangang Katipunan ng mgá Anak ng Bayan), más conocida en su tierra como Katipunan, una sociedad secreta fundada por Andrés Bonifacio y dirigida paramilitarmente por Emilio Aguinaldo, cuyo principal objetivo era la total independencia de Filipinas, además de establecer un régimen solidario en favor de la igualdad de los ciudadanos e implantar una república democrática.

Durante todo el año 1896, el Katipunan hizo proselitismo de su causa entre la población y reclutó a jóvenes soldados para completar su milicia. El 26 de agosto lanzó su primera ofensiva coordinada, a modo de guerra de guerrillas, atacando en diversos puntos a las tropas españolas desplegadas en territorio filipino. La respuesta inmediata de las fuerzas coloniales, al mando del general Polavieja, consistió en la represión de la población y en varias detenciones, entre ellas, la de José Rizal, que se encontraba a bordo de un barco en dirección a España para después trasladarse a Cuba con la misión de ejercer de médico de campaña en la guerra de Cuba. Rizal fue acusado falsamente de sedición, juzgado con más que dudosas garantías legales y fusilado el último día del año.

Al día siguiente, por orden del Gobierno de Madrid, un batallón español de seiscientos hombres, al mando del comandante Olaguer Feliú, se plantó frente a Kakarong de Sili, una localidad en la isla de Luzón en la que unos tres mil partidarios del Katipunan se habían hecho fuertes unos meses antes, proclamando, además, la República de Kakarong. Las fuerzas españolas aplastaron militarmente la ciudad e hicieron prisioneros. A partir de entonces, ni unos ni otros consiguieron hacerse del todo con la situación, por lo que el Gobierno de Madrid envió al general Fernando Primo de Rivera —tío del futuro dictador— para resolverla más por la vía diplomática que por la militar: promovió un pacto, el de Biak-na-Bato (diciembre de 1897), que pudo haber supuesto un éxito tanto para España como para Filipinas si Estados Unidos no hubiera intervenido en el conflicto. Posteriormente tuvo lugar la guerra.


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