SABÍAS QUE ? Fallece Luis de Góngora (1627)

¿SABÍAS QUE…?

 

1. El caso más parecido al de don Felipe y doña Letizia fue el de la regente María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, madre de Isabel II, y Fernando Muñoz, sargento de la Guardia Real, que en 1833 contrajeron matrimonio, eso sí, morganático y mantenido en secreto durante muchos años.

 

23 de mayo

 

Considerado uno de los cuatro grandes del Siglo de Oro de la literatura española —junto a Cervantes, Lope de Vega y Quevedo, con quienes, además, coincidió en el tiempo, y con los dos últimos, en el odio recíproco—, Luis de Góngora y Argote, clérigo por imposición, se nutrió de su intensa educación familiar y de los placeres de la vida por igual para llenar de mordacidad y virtuosismo su obra literaria. Pero el gran poeta y dramaturgo, que llegó a rodearse de nobles y grandes de España, murió desahuciado y arruinado, solo y enfermo, desmemoriado y olvidado, a los sesenta y cinco años de edad, de vuelta obligada en su Córdoba natal, el 23 de mayo de 1627.

Hijo de Francisco de Argote, letrado, y de Leonor de Góngora, él prefirió anteponer el apellido de su madre. Vinculado ya a la Iglesia, estudió en Salamanca a las mujeres, el juego y, de paso, Cánones en su Universidad. Después fue racionero de la catedral de Córdoba (1585), cargo que había sido ocupado antes por su tío. Muchos años después (1517), recién ordenado sacerdote y ya en Madrid, bajo la protección del duque de Lerma y del conde-duque de Olivares, ocupó el cargo de capellán de honor de Felipe III.

Al estudiar la obra literaria del poeta cordobés, Marcelino Menéndez Pelayo encontró dos Góngoras: un «príncipe de la luz» y un «príncipe de las tinieblas», cuyo punto de inflexión se encontraba alrededor de 1610, teoría que fue refutada por Dámaso Alonso, que ya veía oscuridad en la primera etapa, aunque acrecentada hasta el extremo en la segunda. En efecto, el culteranismo de Góngora ha sido ampliamente criticado por muchos estudiosos, aunque todos coinciden en que por ello se convirtió en un poeta innovador cuyo estilo también recibió el nombre de «gongorismo», que se caracteriza por una oscuridad procedente de la abundancia de cultismo, tropos y metáforas, de la excesiva inspiración en la mitología y en la erudición, del retorcimiento gramatical y de la sintaxis latinizante. Pero fue, sin duda, un auténtico artífice de la lengua, y su culteranismo, reflejo del gusto de la época y del momento literario, consiguió numerosos adeptos.

De la primera época son sus letrillas Ándeme yo caliente (1581), Dineros son caridad (1601) y Aprended, flores, de mí (h. 1621), y romances como Amarrado al duro banco (1583), de inspiración nacional, y Entre sueltos caballos (1585); y de la segunda, Fábula de Polifemo y Galatea (1612),sobre un tema ya clásico, escrito en octavas reales, Soledades (1613), inacabado y escrito en silvas, y Fábula de Píramo y Tisbe (1618). Compuso, además, sonetos heroicos y amorosos, como La dulce boca que a gustar convida (1584) o Córdoba (1585);canciones, también de inspiración nacional, como De la Armada que fue a Inglaterra (1588) y De la toma de Larache (1619), además de De la florida falda (1608); y décimas como Con Marfisa en la estacada (1624), que, por sus características generales, vienen a ocupar una posición intermedia entre sus dos facetas estilísticas. Escribió para el teatro Las firmezas de Isabela (1610) y El doctor Carlino (1613), pero fue su obra poética la que logró consagrarlo como una de las grandes figuras del Siglo de Oro español.


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