SABÍAS QUE ? Blas Infante es fusilado (1936)

¿SABÍAS QUE…?

1. A esta victoria, obtenida el día de San Lorenzo, Felipe II consagró su gran proyecto arquitectónico, el del monasterio de El Escorial.

2. De esta batalla, del sitio y de sus consecuencias procede la famosa frase «se armó la de San Quintín».

3. Una nueva derrota francesa en Gravelinas al año siguiente (julio) puso fin a estas guerras franco-españolas con la firma de la Paz de Cateau-Cambrésis en abril de 1559.

11 de agosto

 Blas Infante es fusilado (1936)

El que fue la principal figura del llamado «andalucismo político» durante el reinado de Alfonso XIII y la Segunda República duró poco tras el estallido de la Guerra Civil: el 2 de agosto de 1936 Blas Infante fue detenido en su casa de Coria del Río (Sevilla) por unos falangistas que —eso dijeron— aplicaban un bando de guerra, ya que el político y escritor había formado parte de «una candidatura de tendencias revolucionarias en las elecciones de 1931 y sucesivas hasta 1936 y se significó como protagonista de un partido andalucista o regionalista andaluz». Posteriormente lo trasladaron a una dependencia de la Falange ubicada en el edificio de la Cámara Agraria de Sevilla y pasó sus últimos días en una improvisada prisión instalada en el cine Jáuregui de la capital andaluza. En la madrugada del 11 de agosto fue fusilado en el kilómetro 4 de la carretera de Sevilla a Carmona, junto a la antigua huerta de las Clarisas.

Blas Infante (Casares, Málaga, 1885) había iniciado su actividad política en 1913 con un discurso en Ronda (Málaga) en el que defendió el socialismo agrario y el andalucismo centrado en las diferencias estructurales de la región respecto a otras regiones de España. A partir de aquí llegaron años de política y letras: a medida que se radicalizaba su discurso —hasta propugnar el separatismo total de Andalucía (Manifiesto de Córdoba, 1919)—, fue publicando títulos como El ideal andaluz (1915), Motamid, último rey de Sevilla (1920) o La dictadura pedagógica (1921). Tras el golpe de Estado de Primo de Rivera (1923) y el consiguiente cierre de centros andalucistas, Blas Infante interrumpió casi por completo su actividad política para dedicarse a la notaría.

Pero con el advenimiento de la Segunda República reactivó su vida pública a través de la creación de las Juntas Liberalistas de Andalucía, que reemplazaron a los centros que se habían cerrado durante el régimen anterior. Pese a figurar en distintas coaliciones de partidos republicanos, no logró ser elegido diputado en las elecciones constituyentes de 1931, como tampoco lo fue en las posteriores convocadas durante la República. No obstante, la acción de las Juntas resultó decisiva para la elaboración de un anteproyecto de estatuto de autonomía para Andalucía que, redactado en buena medida por el propio Infante, fue aprobado en 1933 por los diputados provinciales andaluces reunidos en Córdoba. A instancias de la Federación de Municipios Andaluces, se constituyó en 1934 una Junta de Acción Andalucista, de la que saldría luego una comisión pro-estatuto, con el objetivo de redactar el borrador que fue aprobado en la Asamblea de Córdoba.

Tras las elecciones de febrero de 1936 se intensificó la campaña andalucista a favor del autogobierno. El 15 de junio, cuando ya se habían iniciado las gestiones para la discusión del proyecto en las Cortes españolas, Infante publicó un manifiesto en el que pedía el voto favorable, y en los primeros días de julio presidió las asambleas de Cádiz y Sevilla que estrenaron el himno andaluz (7 de julio) e izaron la bandera andaluza en sus respectivos ayuntamientos (12 y 14 de julio), justo a tiempo para que Blas Infante pudiera verlo y oírlo, ya que muy pocos días después (18 de julio) estalló la Guerra Civil y, con ella, murieran sus propios sueños.