SABÍAS QUE ? La ley Moyano y la primera escuela pública de España (1857)

¿SABÍAS QUE…?

 

1. Su submarino puede verse en el Museo Naval de Cartagena.

2. Tres submarinos de la Armada han llevado su nombre, además del que actualmente hay en activo.

3. El nombre de Isaac Peral es uno de los más homenajeados tanto en España como en el extranjero, y aparece en multitud de calles, escuelas y otros centros educativos.

 

9 de septiembre

 

 La ley Moyano y la primera escuela pública de España (1857)

En una pequeña localidad, a escasos treinta kilómetros al este de Málaga, de nombre Macharaviaya (hoy tiene poco más de medio millar de habitantes), la noble familia Gálvez —en el último cuarto del siglo XVIII contaba con dos virreyes de Nueva España, un ministro de Indias y un embajador en Prusia y Rusia— construyó una fábrica de naipes y una escuela. De la primera, la familia consiguió, en 1776, que Carlos III la convirtiera en Real Fábrica, y de la segunda, que el monarca creara, en 1783, la Fundación de Escuelas y Banco Agrícola de Macharaviaya.

Con la Ley de Instrucción Pública culminada y ratificada por el ministro de Fomento, el 9 de septiembre de 1857 el liberal progresista moderado Claudio Moyano logró que la escuela de Macharaviaya se convirtiera en el primer centro educativo de carácter público oficial de la historia de España.

La ley Moyano, como es más conocida, además de cubrir todas las fases de la docencia, desde la escuela elemental hasta la Universidad, y de regular, entre otros asuntos, los tipos de estudios, las etapas educativas, el tipo de establecimientos, las condiciones del profesorado y el gobierno y la administración de la enseñanza, establecía la enseñanza pública con carácter local y estatal —eso sí, separando por aulas a niños y niñas—, distinguiéndola de la privada. Así, «son escuelas públicas […] las que se sostienen en todo o en parte con fondos públicos, obras pías u otras fundaciones destinadas al efecto», las cuales «estarán a cargo de los respectivos pueblos, que incluirán en sus presupuestos municipales, como gasto obligatorio, la cantidad necesaria para atender a ellas». Sin embargo, «todos los años se consignará en el presupuesto general del Estado la cantidad de un millón de reales, por lo menos, para auxiliar a los pueblos que no puedan costear por si solos los gastos…». Quedaba, pues, definida la escuela pública, tanto elemental como superior.

Además, la Ley de Instrucción Pública establecía la cantidad de centros educativos obligatorios para cubrir las necesidades de determinadas localidades basándose en su población. En las de más de quinientos habitantes se determinaba la obligatoriedad de establecer una escuela pública, y a partir de dos mil vecinos y en múltiplos de otros tantos, una más. Es decir, que una ciudad con, por ejemplo, seis mil habitantes, debía tener cuatro escuelas públicas, una por los primeros quinientos y tres más por cada dos mil. Ahora bien, aquellas que contaran con menos de medio millar de almas debían ponerse de acuerdo con otras villas cercanas para establecer el modo de constituir una escuela, «siempre que la naturaleza del terreno permita a los niños concurrir a ella cómodamente». En algunos lugares de España, más de siglo y medio después de la ley Moyano, este problema aún no ha sido totalmente solventado.


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