2021-11-13
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¿SABÍAS QUE…?
1. Antes de ser rey, Alfonso luchó junto al Cid en una batalla contra los almorávides (1097) muy cerca de Gandía.
2. «Temiendo el juicio divino», hizo testamento a favor de Dios, la Virgen María, Jesucristo y todos sus santos, con el consiguiente disgusto de nobles aragoneses y navarros.
8 de septiembre
Nacido en Cartagena (Murcia) en 1851, Isaac Peral fue un destacado marino español conocido por construir el primer submarino dotado de propulsión eléctrica en inmersión, superando así las limitaciones de diseños anteriores y haciendo viable la navegación submarina. Ingresó en la Armada en 1866, siguiendo la tradición familiar, donde adquirió una amplia formación técnica en sus diversos destinos en el Observatorio Astronómico de San Fernando, la Comisión Hidrográfica y la nueva Escuela de la Armada, donde fue profesor de Física y Química.
A partir de 1885, Peral empezó a interesarse por la navegación submarina, asunto en el que estaban trabajando otros muchos ingenieros e inventores, entre ellos, el español Narciso Monturiol, que en 1859 había sumergido su Ictíneo I en el puerto de Barcelona. Aunque integró algunas novedades procedentes de otros países, sus aportaciones originales resultaron decisivas. Debido a su especialización en temas relacionados con la electricidad, sus investigaciones se centraban sobre todo en el manejo de la energía eléctrica para la propulsión en inmersión.
El 8 de septiembre de 1888 la Armada botó en La Carraca (Cádiz) un prototipo del submarino Peral que funcionó perfectamente. Se trataba de una nave de considerables proporciones, de forma fusiforme y construida con planchas de acero, que medía 22 metros de eslora y 2,87 metros de manga. Peral había diseñado unas baterías especiales para alimentar los dos motores, de treinta caballos de potencia, capaces de desplazar bajo el agua, a diez nudos de velocidad, las más de ochenta toneladas que pesaba el prototipo.
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La nave iba equipada con otros instrumentos de su invención: el periscopio, una brújula protegida de posibles desviaciones, un «aparato de profundidades» para estabilizar la nave sin uso de lastre y diversos purificadores de aire que posibilitaban alargar las inmersiones. Peral también fue un gran innovador en lo que respecta al armamento: un tubo lanzatorpedos, con tres cargas, permitía por primera vez atacar a distancia a los buques enemigos.
El indiscutible éxito del prototipo y los elogios de la prensa convirtieron a Isaac Peral en un héroe popular, pero las dificultades que encontró para que el Gobierno siguiera apoyando sus investigaciones le llevaron a abandonar la Marina en 1891 y a establecerse por su cuenta como fabricante de material eléctrico. De hecho, patentó varios inventos relacionados con el alumbrado público.
Nunca dejó de interesarse por los submarinos, pese a los altibajos en su prestigio y las decepciones que le dio la prensa. Murió tempranamente (1895), a los cuarenta y tres años de edad, después de dos intervenciones quirúrgicas (Madrid, 1891; Berlín, 1895) que no consiguieron curar del todo su tumor cerebral, afección que nunca le impidió lucir su genio.
