SABÍAS QUE ? Comienzan las obras de la Gran Vía de Madrid (1910)

¿SABÍAS QUE…?

 

1. Aunque el pintor firmó alguna vez como Esteban (su primer apellido), Murillo es realmente el segundo apellido de su madre.

2. El Museo Casa de Murillo, antigua residencia del pintor, es hoy la sede de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco.

 

4 de abril

 

El diario ABC del 5 de abril de 1910 dedicó su portada exclusivamente a este hecho: «La inauguración de las obras de la Gran Vía». El subtítulo describía la fotografía que ocupaba la página: «Su Majestad el Rey firmando el acta del comienzo de las obras en el lugar donde se verificó este ayer mañana». Estaba acompañado por personalidades que trascendían el orbe municipal, como el presidente del Consejo de Ministros, José Canalejas, y varios miembros más del Gobierno. Hasta la reina doña Victoria acudió al evento.

Muchos madrileños tenían grandes deseos de ver cómo se llevaba a cabo por fin uno de los excelsos proyectos de la capital del reino: «Podemos ya creer en el hecho de la Gran Vía —escribía el redactor de ABC —. Dichosamente, la realidad […] disipa para siempre dudas y obstáculos. Madrid comienza la gran reforma urbana del interior».

El proyecto de la Gran Vía, concebido en 1862, había estado guardado en un armario tanto tiempo que los ciudadanos más veteranos ya lo habían olvidado: «Durante algunos años —continúa el periodista—, desde la iniciación del pensamiento, la villa y corte soñó con la efectividad del proyecto; luego cayó éste en el olvido, que era magna la empresa y sobrepujaba á la voluntad la escasez de medios». Hacia finales de la década de 1880 el plan volvió a ponerse sobre la mesa, pero tampoco cuajó: «Justo es que hoy, substituyendo al chiste y a la burla […] con que se ha señalado por espacio de dos décadas el abandono del proyecto, mane de nuestro pensamiento y de nuestros labios una alabanza y un vítor con que mostrar legítimo contento».

Hora y media después de que se inaugurara un acto multitudinario y colmado de recepciones y discursos, hacia las doce en punto de la mañana del 4 de abril de 1910, Alfonso XIII, acompañado por José Canalejas y el alcalde de Madrid, José Francos Rodríguez, se dirigió a una pequeña plataforma adosada a la casa-abadía que iba a ser demolida —entre la calle de Alcalá y la del Caballero de Gracia— y, «requiriendo la piqueta de oro», dio un golpe a la fachada. «Vivas y aplausos acompañaron a la acción. La banda municipal, en aquel momento, entonó el pasodoble “Dos de Mayo”, del inolvidable Chueca».

Este sencillo inicio de obras se convirtió a la larga en una pesadilla para los madrileños que vivían en el centro: hasta 1915 no se acabó el primer tramo que unía el punto inaugural con la Red de San Luis (entonces llamada Avenida del Conde Peñalver, de 440 metros); de 1917 a 1922 las obras que se prolongaron hasta la Plaza del Callao (Bulevar de Pi y Margall, de 380 metros), y hasta 1930 no se cerraron los trabajos que culminaron en la Plaza de España (Avenida de Eduardo Dato, de 600 metros). Ahora bien, el proyecto mereció la pena, al menos para los que no vivieron las obras. Pronto la Gran Vía se llenó de magníficos edificios y establecimientos de ocio, con tantos cines y teatros que muchos la llamaron «mini Broadway».


Понравилась статья? Добавь ее в закладку (CTRL+D) и не забудь поделиться с друзьями:  



double arrow
Сейчас читают про: